Marta es hija de padre escocés y madre española por lo que ha estado expuesta al bilingüismo desde pequeña y conoce, como Thrid Cultura Kid, lo que supone vivir entre culturas. Licenciada en Psicología con especialidad de Clínica por la Universidad Complutense de Madrid, mientras estudiaba participó como voluntaria en programas de intervención psicológica para maltratadores en la cárcel de Navalcarnero y en la Fundación Atenea proporcionando orientación psicosocial para la reinserción. Hizo sus prácticas en la Unidad de Psicología Clínica de la Universidad Complutense de Madrid donde comprendió la importancia de ser rigurosa en la aplicación de las técnicas terapéuticas que han demostrado eficacia (no se trata simplemente de hablar ni del desahogo, se trata de dar herramientas útiles para el día a día que liberen al paciente de los síntomas que lo bloquean).

Cuando acabó su Licenciatura, Marta se fue a vivir a Edimburgo, Escocia (el país de la familia de su padre) donde comenzó trabajando en un centro de apoyo a adultos en el espectro autista creando planes de acción desde un enfoque positivo y centrado en la persona con el fin de mejorar su calidad de vida. Ayudando a mejorar las estrategias de resolución de problemas, su autonomía en la gestión económica, su capacidad de comunicación o las habilidades sociales que permiten crear y mantener relaciones personales (amistades, pareja…)

Enseguida, Marta se dio cuenta de la necesidad de la comunidad expatriada de habla hispana en Edimburgo, por lo que decidió emprender abriendo la primera clínica de psicología en español “Psicología en Edimburgo” a la que finalmente acudirían personas de todas las nacionalidades. Marta es consciente, primero por experiencia propia, y también a través de las vivencias compartidas de cientos de personas que compartieron con ella sus dificultades, de los retos psicológicos que conlleva la adaptación a un país nuevo (separarse en otro país, vivir tan lejos cuando un familiar enferma, dificultad para hacer amistades en otro idioma…)

Marta ha adquirido amplia experiencia con adultos de todas las nacionalidades en su trabajo en clínica, atendiendo muy diversas problemáticas desde inestabilidad emocional, a ansiedad (tanto en forma de síntomas físicos como de preocupaciones obsesivas…), problemas del estado de ánimo y siendo de especial interés para ella el tratamiento de las experiencias traumáticas de la vida.

Desde muy pronto en su carrera se interesó por las relaciones de pareja completando el curso de la Universidad Complutense de Madrid “Terapia de pareja, sexualidad y sistema familiar”. Como ella misma dice “es un reto especial, cuando empieza la terapia a veces no pueden ni tocarse y apenas se miran y ver cómo después de unas sesiones recuperan la conexión es muy satisfactorio”.

Su orientación es cognitivo conductual, aunque en su trabajo aplica las técnicas y terapias que más se ajusten a cada caso concreto y cuya eficacia esté basada en estudios científicos, como son la Terapia de Aceptación y compromiso (ACT), la Terapia dialéctico conductual (TDC), y la desensibilización y el reprocesamiento del trauma con EMDR. De hecho, su trabajo de fin de Máster se focalizó en la aplicación de EMDR y Terapia Dialéctico Conductual en personas con diagnóstico de Trastorno Límite de la Personalidad y Trastorno de Estrés Postraumático.

Recientemente, Marta ha completado el curso de EMDR (desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares) con la Asociación Europea de EMDR para tratar el trauma. El EMDR es un enfoque psicológico basado en la evidencia para el procesamiento de recuerdos traumáticos. Marta utiliza EMDR cuando sus pacientes han experimentado situaciones traumáticas y aún muestran síntomas relacionados con el trauma. Si deseas tener más información sobre cómo utiliza el EMDR, puedes leer el artículo que ha escrito en nuestro blog: “El tratamiento del trauma con EMDR”.

Como terapeuta, los pacientes dicen de Marta que es una persona cercana y que se involucra en los casos con un nivel de trabajo excepcional, su manera de entender la terapia implica ser capaz de mantener la mente abierta y no quedarse en la primera hipótesis.