Vivimos en la Era de la Tecnología. Mandamos un mensaje de Whatsapp cuando queremos contar qué tal nos ha ido el día, nos tiramos en el sofá a jugar al Candy Crush con el iPad, hacemos videollamadas con nuestros amigos que viven lejos, apuntamos la lista de la compra en el móvil y buscamos en Google “cómo hacer croquetas”.
Sin embargo, cuando pensamos en la terapia online nos puede parecer algo extraño, o poco común. Como psicóloga sanitaria desde hace unos años, yo también tenía dudas: ¿La terapia online es útil? ¿Funciona? ¿Es tan efectiva como la terapia presencial? La ciencia dice lo siguiente:
Un estudio en 2018 publicó en Journal of Anxiety Disorders que la terapia cognitivo-conductual online (iCBT) es “efectiva, aceptable y práctica”.
El estudio encontró que la terapia cognitivo-conductual online es tan efectiva como la terapia presencial para trastornos depresivos y de ansiedad (trastorno de pánico, ansiedad social, ansiedad generalizada, etc.)
En 2014, otro estudio publicado en Behaviour Research and Therapy encontró que la terapia cognitivo-conductual online (iCBT) es efectiva y menos costosa para trastornos de ansiedad. Además, se seguían viendo mejorías al año de haber terminado las sesiones. Link
También en 2014, se publicó un estudio en Journal of Affective Disorders en el que compararon la efectividad de la terapia online con la terapia presencial y encontraron que la terapia online es igual de beneficiosa que la terapia presencial. Link
Con esta información me decidí y comencé a atender a personas en formato online. Desde entonces he tenido la ocasión de atender a decenas de personas que, debido a la situación que estaban viviendo, no podían o querían atender terapia presencial. Entre ellos había estudiantes, viajeros, expatriados, migrantes e hijos de migrantes, personas que no podían abandonar su domicilio por causas físicas o psicológicas, o incluso gente que, después de toda la jornada laboral quería dedicarse tiempo a uno mismo desde la comodidad de su hogar.
A través de la terapia online, ellos pudieron acceder a un cuidado o una terapia psicológica a la que no hubieran podido acceder de otra forma. Ellos me ayudaron a definir los beneficios de la terapia online:
- Desde donde sea: el formato online nos permite tener libertad de movimientos. A veces por trabajo, por ocio o por otros motivos puede ser difícil acudir a tu psicólogo en formato presencial.
- Sin desplazamientos: Elimino el tiempo invertido en el transporte hasta y desde el centro de mi terapeuta.
- Continuidad: Como podemos fijar una cita desde cualquier lugar, no tengo la obligación de parar mi cuidado psicológico cuando realizo un viaje o cambio de domicilio por motivos de trabajo.
- Flexibilidad: Nos permite acceder a un horario más amplio, así que es más fácil encontrar el momento ideal para ver a mi terapeuta.
- Comodidad: Puedo realizar terapia psicológica desde la comodidad de mi hogar, o del lugar en el que me sienta más seguro y tranquilo.
- Seguridad: Las terapias online se realizan a través de plataformas con unas fuertes medidas de seguridad, para garantizar que los datos que se comparten son confidenciales y privados.
- Inmediatez: Puedo acceder a la documentación que comparta conmigo mi terapeuta sin esperas, y mandarle yo también la documentación que vea necesaria.
La terapia online ha comenzado a ganar adeptos en los últimos años y no es de extrañar. Cada vez más, utilizamos los recursos que nos brinda la ciencia para ponerlos al servicio de lo más humano, que es la conexión entre nosotros.
Es posible que la terapia online sea una alternativa para recibir el adecuado cuidado psicológico, con la calidad y humanidad que nuestro terapeuta nos puede brindar, desde la comodidad de nuestro hogar.