En el acelerado mundo actual, los niños se ven a menudo abrumados por las altas exigencias de la escuela, los apretados horarios y la presión por cumplir las expectativas de la sociedad. Esto puede dar lugar a comportamientos perturbadores, desregulación emocional y dificultades para hacer frente a los retos cotidianos. Aunque es esencial comprender las dificultades a las que se enfrenta un niño, una terapia eficaz también tiene en cuenta el entorno en el que se encuentra. A veces, la clave para apoyar el bienestar de un niño no es sólo abordar sus comportamientos, sino adaptar su entorno para satisfacer mejor sus necesidades de desarrollo, creando un espacio en el que se sienta seguro, apoyado y capaz de prosperar.
Las clínicas de salud mental reconocen la importancia de atender a cada persona allí donde se encuentre, incluido su proceso de desarrollo. Al igual que apoyamos a los adultos en su bienestar mental, los niños también merecen un espacio seguro para procesar sus emociones y retos. Cuando no proporcionamos a los niños la oportunidad de trabajar en su bienestar emocional, les enviamos involuntariamente el mensaje de que sus luchas no son tan importantes como las de los adultos. Esto puede provocar sentimientos de invalidación y disuadirles de buscar ayuda en el futuro.
Uno de los cambios positivos más significativos que estamos presenciando hoy en día es la normalización de la terapia y la atención a la salud mental desde una edad temprana. Más que nunca, estamos adoptando la idea de que el bienestar emocional es tan crucial como la salud física. Al animar a los niños a expresar sus sentimientos, buscar apoyo y desarrollar estrategias de afrontamiento, estamos fomentando una generación que comprende el valor del autocuidado, la inteligencia emocional y la resiliencia. Este cambio no sólo beneficia a los niños en el presente, sino que también les dota de herramientas para el bienestar mental y emocional durante toda la vida.
Como padres, queremos lo mejor para nuestros hijos, incluido su bienestar emocional y mental. Sin embargo, a veces puede resultar difícil saber cuándo buscar ayuda profesional o incluso entender lo que implica la terapia infantil. Esta guía le ayudará a conocer lo esencial de la psicología infantil, cuándo buscar terapia y cómo puede beneficiar a su hijo y a usted como familia.
¿Qué es la psicología infantil?
La psicología infantil se centra en comprender, observar y guiar a los niños para que desarrollen habilidades emocionales y mentales para toda la vida. Se centra en los primeros años de la vida del niño, educando a los padres y a otros adultos sobre las etapas del desarrollo (qué se espera y qué no) y proporcionando información sobre la mejor manera de apoyar a su hijo.
La terapia en edades tempranas fomenta una salud mental positiva mediante el respeto mutuo, el establecimiento de relaciones profundas y la exploración terapéutica lúdica. Implica escuchar a los niños, ayudarles a expresar sus emociones y dotarles de herramientas para afrontar los retos de la vida. El objetivo es que los niños crezcan sintiéndose comprendidos, apoyados y seguros de sí mismos.
¿Cuándo debo llevar a mi hijo/a a terapia?
Al igual que los adultos, cada niño es único y también lo son sus dificultades. La terapia puede ser beneficiosa para casi cualquier niño, especialmente si están experimentando:
- Dificultades en la escuela o en casa, tales como luchas académicas, cambios en el comportamiento, o desafíos sociales. Dificultades para expresar sus emociones o comprender sus propios sentimientos.
- Dificultades con las técnicas de crianza: si no está seguro de cómo apoyarle mejor, la terapia puede orientarle.
- El deseo de comprenderse mejor a sí mismos y desarrollar estrategias para afrontar los altibajos de la vida.
Acudir a terapia no significa que algo «vaya mal» con su hijo. Más bien, es un paso proactivo para ayudarles a desarrollar resiliencia e inteligencia emocional.
¿A qué edad pueden empezar terapia los niños/as?
A menudo los padres se preguntan cuándo es apropiado que sus hijos acudan a terapia. La verdad es que no hay una edad fija: el apoyo a la salud mental puede ser beneficioso en cualquier etapa del desarrollo. Niños tan pequeños pueden beneficiarse de la terapia, especialmente si experimentan dificultades con la regulación emocional, el comportamiento o el apego. La terapia de juego, por ejemplo, está diseñada específicamente para niños pequeños y utiliza juguetes y expresión creativa para ayudarles a procesar sus emociones de una forma que les resulte natural.
En el caso de los niños en edad preescolar y escolar, la terapia puede ayudarles a afrontar cambios como el inicio de la escuela, las transiciones familiares, la ansiedad o las dificultades en las interacciones sociales. Los adolescentes, que a menudo se enfrentan a mayores presiones académicas y sociales, pueden utilizar la terapia como un espacio para desarrollar la resiliencia emocional, la autoconciencia y las habilidades de afrontamiento.
¿En qué puede ayudar la terapia?
En pocas palabras, ¡en todo! La terapia infantil puede ayudar a los niños en diversos aspectos de su desarrollo, entre ellos:
- Regulación y expresión emocional.
- Habilidades sociales y amistades.
- Ansiedad, estrés y problemas relacionados con el estado de ánimo.
- Dinámica familiar y comunicación.
- Fomento de la confianza, la resiliencia y el autoconocimiento.
La terapia es un espacio donde los niños pueden explorar sus pensamientos y emociones en un entorno seguro y enriquecedor.
Los niños de hoy crecen en un mundo que va demasiado rápido para su ritmo natural de desarrollo. La presión para seguir el ritmo de las expectativas académicas, las demandas sociales y las actividades estructuradas a menudo deja poco espacio para el juego no estructurado y el tiempo de inactividad que son esenciales para la regulación emocional y el autodescubrimiento. Esperamos de ellos que gestionen el estrés y se adapten a los retos a una edad mucho más temprana que antes, a pesar de que sus cerebros y emociones aún se están desarrollando. Este ritmo abrumador puede provocar frustración, ansiedad y dificultades de comportamiento, no porque los niños sean incapaces, sino porque su entorno no está alineado con sus necesidades.
Por qué el estilo de vida actual no se ajusta a las necesidades de los niños:
- El mundo va demasiado deprisa - Los niños necesitan tiempo para procesar las cosas y crecer a su propio ritmo, pero la vida moderna les obliga a seguir el ritmo de las expectativas de los adultos.
- Esperamos que afronten las cosas demasiado pronto - La resiliencia emocional tarda en desarrollarse, pero exigimos que los niños gestionen el estrés y los retos mucho antes que las generaciones anteriores.
- Agobio por un mundo acelerado - La estimulación constante, las distracciones digitales y los horarios apretados dejan poco espacio para la regulación emocional.
- Menos tiempo libre para jugar y aburrirse - El juego no estructurado y los momentos de aburrimiento son cruciales para la creatividad, la autorregulación y la resolución de problemas, pero los niños tienen menos tiempo para estas experiencias.
- Desconexión del autoconocimiento - Con poco tiempo para detenerse y reflexionar, los niños tienen dificultades para desarrollar el autoconocimiento y la inteligencia emocional, lo que les dificulta navegar por sus sentimientos y relaciones.
¿Cómo funciona la terapia infantil?
La terapia infantil suele basarse en el juego y adaptarse a las necesidades individuales de cada niño. El juego es una forma natural de expresión para los niños, por lo que la terapia incorpora métodos creativos como la narración de cuentos, el arte, el juego con arena y el juego imaginativo.
Es crucial que exista una relación sólida entre el terapeuta y el niño. La terapia crea un espacio cómodo, acogedor y seguro en el que los niños se sienten a gusto. A través de la confianza y el apego seguro, los niños aprenden a confiar en su propia resiliencia y capacidades. Se adopta un enfoque holístico, que garantiza que las necesidades emocionales, sociales y de desarrollo del niño se satisfagan de forma comprensiva y comprensiva.
La terapia infantil no es sólo para los niños que se enfrentan a grandes retos, sino que es un recurso valioso para que cualquier niño desarrolle su inteligencia emocional, la confianza en sí mismo y el conocimiento de sí mismo. Si le preocupa el bienestar de su hijo o simplemente quiere ayudarle a crecer, acudir a terapia puede ser un paso positivo y proactivo. Un terapeuta infantil proporciona un entorno cálido y comprensivo, ayudando a los niños a convertirse en su mejor y más auténtico yo.
Si está considerando la posibilidad de que su hijo reciba terapia, recuerde: no se trata de solucionar problemas, sino de fomentar el crecimiento, la comprensión y el bienestar emocional a lo largo de toda la vida.
Sobre la autora:
Noa Zelman es una psicóloga licenciada en desarrollo infantil con más de 10 años de experiencia ayudando a las familias a navegar por las complejidades del desarrollo emocional. Es una dedicada psicóloga infantil que cree en el fomento de una salud mental positiva desde los primeros años de vida. Con una profunda pasión por guiar a los niños en la comprensión de cómo son las relaciones sanas y seguras con las personas y los entornos, Noa se compromete a apoyar su crecimiento emocional. Lograr un impacto duradero en las vidas de los niños y sus familias ha sido la mayor motivación de Noa, impulsando una carrera centrada en la empatía, la educación y la conexión significativa.
Departamento Psicológico, Psicoterapéutico y Coaching
Psicóloga
Niños, adolescentes y adultos jóvenes
Idiomas de trabajo: Español, catalán, hebreo e inglés