Causas y posibles soluciones ante las dificultades que experimenta una pareja con la llegada de un bebé.
Marta Gray es psicóloga clínica en Sinews. Tiene un enfoque flexible que combina diferentes métodos científicamente probados (Terapia de Aceptación y Compromiso, TCC, EMDR) dependiendo de las necesidades del paciente. Su principal campo de trabajo es el trabajo con adultos y está especializada en el tratamiento de traumas complejos, trastornos de ansiedad, desregulación emocional y terapia de pareja.
Tener un nuevo miembro en la familia suele suponer una crisis para la pareja y es con la llegada de un bebé cuando muchas parejas deciden acudir por primera vez a terapia, ya que muchos estudios demuestran que la disminución significativa de la satisfacción en la pareja ocurre con la llegada de los hijos (Otero Rejón y Flores Galaz, 2016).
Un día en la primera sesión de pareja me contaba una mujer, bastante enfadada y apesadumbrada “No sé que ha pasado. Mi novio era mi mejor amigo, mi roca. Siempre hemos estado el uno para el otro y, aunque hayamos atravesado dificultades, siempre podíamos resolverlos sin mucha dificultad. Nuestro hijo ha sido un bebé muy deseado y nos hace muy felices. Pero desde que nació entre nosotros solamente existen reproches, enfados, estar a la defensiva y no puedo entender lo ocurrido. De repente nos hemos convertido en enemigos.” Yo como su psicóloga, le comenté que esto era completamente normal; y que, aunque la relación fuese sana y estable y el hijo deseado, esta situación era bastante común. Ella se quedó muy sorprendida. ¿Cómo era posible?
El enfado es una de las emociones que más nos encontramos en terapia de pareja. Es una emoción que aparece para decirnos que sentimos que nuestros derechos no están siendo respetados. Si sentimos que nuestros derechos no se respetan, ¿cómo vamos a entender y empatizar con los de la otra persona? Hay diversas causas que explican por qué sentimos malestar en la relación de pareja ante la llegada de un bebé y también diferentes estrategias para reducirlo.
A continuación, te explico 8 retos por los que atraviesa una pareja ante la llegada de un bebé y sus posibles soluciones desde un punto de vista práctico.
1. Fatiga y cansancio extremo:
El otro día vi un meme en una red social que me pareció muy divertido. Decía “No sabes lo que es realmente el cansancio hasta que te conviertes en (p)madre”. El cansancio y la fatiga juegan un papel muy importante en los problemas de pareja. Nunca se está tan cansado como cuando tienes un hijo.
¿Acaso has intentado llegar a acuerdos, empatizar, comunicar, y tener una visión objetiva de las cosas en el trabajo si llevas 1 año durmiendo de media 3 o 4 horas al día?
En tu pareja es también muy difícil. El cuidado de un bebé es 24 horas al día. Pone al cuerpo en una situación de estrés, por muy agradable que sea tu bebé y tu (p)maternidad. ¿Crees que serías feliz o estarías tranquilo/a si tienes que estar tomando piña colada en una playa paradisíaca durmiendo 3 horas al día y solamente haciendo eso y nada más? ¿Ni hablar con nadie, ni darte un paseo? ¿Solamente tumbado/a en una playa desierta bebiendo piña colada una y otra vez día y noche?
Cuando estamos cansados, no podemos tener una visión objetiva de las cosas y necesitamos ayuda. Si la persona que es también adulta y la única que hay cerca para ayudar, se encuentra del mismo modo, y también necesita ayuda, eso puede despertar muchas tensiones.
Posibles soluciones
Hacer turnos de descanso. Descanso no es solo dormir, sino también desconexión. Encuentra espacios de descanso para ti y dale lo mismo a tu pareja. También puedes pedir ayuda externa. Comer, dormir e higiene son la base y el principio para estar más estables emocionalmente. Es muy difícil construir algo cuando las necesidades básicas no se cubren primero.
2. Reparto tareas domésticas y del cuidado del bebé. Dinámicas asimétricas:
Otro de los retos que atraviesan las parejas ante la llegada de un bebé es cuando se siente que no hay un balance y la relación no está equilibrada, cuando hay una asimetría en el reparto: ya sea de tareas, de poder, de tiempo libre, de individualidad, o de cualquier cosa que sea importante para los miembros de la pareja y esto se siente como injusto.
El reparto de tareas no consiste solamente en las tareas físicas, sino también la carga emocional o tareas mentales.
Otra pareja me contaba que su pareja solamente ponía los pijamas del bebé a lavar mientras miraba el móvil. Lo que pudimos analizar después es que no estaba únicamente mirando el móvil sino solucionando cargas mentales: su cabeza estaba anticipando que no habría comida para mañana y la estaba comprando en Internet, otras veces escribiendo a la guardería porque la semana que viene el bebé tendría que acudir al médico, o viendo tiendas de fotografías en la zona porque se acercaba la fecha de su cumpleaños y su tío le quería regalar un álbum de fotos, o mirando el clima y comprando una capota para la lluvia para ir de paseo el sábado.
Es responsabilidad de los dos miembros de la pareja estar al corriente en el cuidado del bebé y las tareas del hogar. Otras veces nos hemos encontrado con personas que dicen “pero tú dímelo y yo lo hago”. Esto hace que solamente una persona esté encargada de la carga emocional.
Esta pareja me decía: “Claro, pero yo trabajo fuera de casa 8 horas al día, 5 días a la semana y mi pareja solamente trabaja en la oficina 3 días a la semana, entonces yo me encargo menos del hogar y cuidados del bebé”. Sí, y no. El trabajo en el hogar es un trabajo también, ¡a veces incluso he tenido pacientes que me dicen que descansan más cuando van a la oficina que cuando se encargan del hogar! Si uno de los miembros de la pareja se encarga del hogar 8 horas al día mientras el otro está en la oficina 8 horas, quedan 8 horas de trabajo en el hogar que hay que repartir a partes iguales. Eso sería lo justo. También es comprensible que la persona que se ha dedicado a trabajar fuera del hogar toda la semana, quiera pasar más tiempo con el bebé el fin de semana y que la persona que se ha dedicado al bebé y el hogar más tiempo durante la semana, quiera salir y no dedicarse tanto el fin de semana.
Los estudios indican que las parejas que sienten más satisfacción son aquellas que sienten que sus parejas cuidan, educan y atienden a los hijos (Otero Rejón y Flores Galaz, 2016).
Posibles soluciones
Es cierto que a unas personas se nos dan mejor ciertas tareas que otras. Es importante hablar lo que se le da bien a cada uno, y apuntar en un papel todas las cargas: físicas, emocionales y psicológicas. Asegurarse que tanto tú como tu pareja estáis cubriendo áreas importantes para vuestra individualidad. Por ejemplo; si a uno de los miembros le hace sentir bien jugar al tenis y al otro estar con amigos, asegurarse que las necesidades de ambos se cubren cuando haya tiempo para cubrirlas y de manera equilibrada. Con respecto al hogar, se puede hacer un horario y asignar las tareas a las dos personas. Organizarlas de más urgentes a menos urgentes y de más importantes a menos importantes. Poner fechas y días para solucionar las distintas tareas. Un consejo que recomendamos es no tanto repartir las responsabilidades sino también repartir el tiempo libre. Si sabemos que todos tenemos el mismo tiempo para nosotros, y es justo y equilibrado, aumenta la satisfacción en la pareja.
3. Comunicación, toma de decisiones y solución de conflictos:
La buena comunicación es un buen predictor de relación sana y satisfacción en la pareja e implica utilizar un estilo flexible, optimista y oportuno a la hora de comunicarse, respetando nuestros derechos y los de la otra persona y con el objetivo de llegar a acuerdos. (Pérez Aranda y Estrada Carmona, 2006).
Cuando lo que solemos hacer es defendernos, protegernos o evitar a la otra persona, es difícil que lleguemos a acuerdos y puntos medios y se solucione nuestro malestar. Puedes leer más sobre este tema aquí.
Antes dedicábamos tiempo a nuestros amigos, familiares, hobbies, descanso, individualidad, y a la pareja. E incluso teníamos tiempo para llegar a acuerdos, y tener una buena comunicación en la pareja. Con la llegada de un bebé el tiempo disponible es menor y eso nos lleva a cubrir lo urgente y práctico. Si tampoco tenemos tiempo de regular nuestras emociones, entonces el tono o la forma en la que hablamos no siempre es la ideal.
Posibles soluciones
Utilizar un estilo de comunicación asertivo (respetando tanto nuestras necesidades como las de la otra persona), empático y de escucha activa. Llegar a puntos intermedios, ser flexibles. Podemos dejar claro lo que para nosotros es importante y ceder en lo que para la otra persona es importante y para nosotros no lo es tanto. Tomarnos tiempos fuera de discusiones cuando las emociones sean muy intensas. Con emociones menos intensas la buena comunicación aumenta. Puedes leer más sobre el tiempo fuera aquí.
4. Afecto, cercanía e intimidad:
Con la llegada de un bebé uno de los retos o desafíos que nos encontramos es la desconexión con la pareja en terrenos íntimo, sexual, de actividades, económico, y en general de tiempo con nuestra pareja. Pérez Aranda y Estrada Carmona (2006) refieren que las relaciones positivas, la salud física, el apoyo emocional recibido por parte de tu pareja y la intimidad en particular es un importante predictor del bienestar psicológico en la pareja.
Posibles soluciones
Si no existe mucho tiempo, es importante hacer pequeños gestos de afecto diarios, y encontrar actividades dentro de casa (jugar a un juego de mesa juntos, hacer crucigramas, preparar una cena romántica cuando el bebé duerma, por ejemplo) que puedan ayudar a reconectar con la pareja.
5. Distintos lenguajes emocionales o distintos lenguajes de amor:
Podéis leer el libro “Maneras de Amar” (resumen aquí) que explica cómo nuestra historia de aprendizaje, bagaje familiar y nuestras propias experiencias influyen en la manera que tenemos de amar a las personas. Estas distintas formas de amar pueden ser un desafío con la llegada de un bebé, al no entender el lenguaje de tu pareja o cómo ésta se relaciona con el bebé. También hay ocasiones en las que un miembro de la pareja tiene más experiencia emocional que otro, y, por ejemplo, entender más rápido las necesidades del bebé, o intentar “educar” a su pareja, o no entender por qué la otra persona encuentra más dificultad en entender las emociones del bebé y las suyas propias, etc. Muchas veces tener distintos lenguajes emocionales no es significativo hasta que existe un ser que depende completamente de sus padres para su supervivencia, y las maneras diferentes que tiene de cubrir esas necesidades cada miembro, puede constituir un desafío en la pareja.
Nuestro bagaje familiar y nuestras propias formas de ver la vida, la educación y nuestros aprendizajes personales influyen en la manera que tenemos de educar y cuidar y puede haber desacuerdos al respecto. Por ejemplo, puede haber un miembro de la pareja que piense que es mejor dar lo básico al bebé, mientras que la otra persona cree que hay que darle siempre lo mejor.
Posibles soluciones
Poder comunicar desde la empatía y el respeto las distintas formas que tenemos de amar, de educar, y de ver el mundo, contrastarlo con información científica y distintas lecturas para la educación del bebé, y llegar a acuerdos o puntos intermedios siempre y cuando se cumplan los mínimos para una crianza respetuosa.
6. Las familias de origen influyendo en la pareja:
Es bueno que pidamos consejos a personas que nos han educado y criado y nos han ayudado a ser las personas que somos hoy en día. El reto comienza cuando las familias de origen dan consejos no pedidos, o se inmiscuyen en asuntos que son solamente de la pareja, o se salten límites que la nueva familia ha puesto. En ocasiones lo que genera el desafío en la pareja con la llegada de un bebé es cuando uno de los miembros siente que su pareja no pone límites apropiados con algún familiar.
He podido observar que esta situación puede crear sentimientos de soledad, de falta de afecto y empatía, de indefensión y de enfado, y de no sentir que la nueva familia es tan importante como la de origen, lo que puede dar lugar a discusiones. Por ejemplo, un paciente me comentaba: “Hemos acordado mi pareja y yo que nadie venga a casa a partir de las 7 de la tarde, para que nuestro bebé ya esté tranquilo, y los padres de mi pareja vienen una vez a la semana a esa hora. Mi pareja no es capaz de decirles que no vengan, y luego el bebé acaba nervioso”. En esta situación, la pareja quiere algo y encuentra difícil poner límites a su familia de origen, lo que genera fricción consigo misma y también con la pareja.
Posibles soluciones
Hablar de lo que para cada miembro de la pareja significa respeto. Hablar de las distintas maneras de educar, y de las normas de vuestra nueva familia. Aprender a poner límites asertivos a las familias de origen en el caso de que no se respeten esos acuerdos de pareja. Un ejemplo de límite asertivo para la familia de origen de esta pareja sería: “Aprecio mucho que vengáis a ver al bebé y os lo agradezco, aunque cuando venís a esta hora, el bebé acaba más cansado. Entiendo que no podéis venir antes, ¿qué os parece que nos veamos este otro día más temprano? Los límites con respeto son una buena herramienta y no hacen sentir mal a las personas que nos quieren.
7. Nuestro autoconcepto e individualidad. Posposición de planes individuales. Duelo:
Cuando se pierde algo importante para un individuo, hablamos de duelo, tristeza y pérdida. Con la llegada de un bebé, uno de los desafíos es la pérdida de individualidad, hobbies, lo que creíamos que éramos, tiempo libre, tiempo social, ejercicio, descanso, la imagen corporal, la individualidad, etc. El bebé supone una felicidad absoluta, y esa felicidad puede coexistir con un sentimiento de pérdida y duelo.
Posibles soluciones
Es importante entender que la pareja también está atravesando un proceso de duelo, e intentar encontrar espacios para cubrir esas necesidades que no están siendo satisfechas en la medida de lo posible, y darle el mismo espacio a tu pareja.
8. Intentar controlar lo que no está bajo nuestro control, perfeccionismo, miedos, y problemas individuales que afectan a la pareja:
En ocasiones son miedos, o aspectos individuales lo que crea un desafío en la relación de pareja ante la llegada de un bebé. Algunos de ellos son intentar controlar lo que no está bajo nuestro control: esto es, querer, por ejemplo, que las cosas se hagan a nuestra manera cuando no estamos delante, o que nuestra pareja tenga una manera de ser o adopte una actitud determinada, etc. Otras veces es el perfeccionismo, el querer hacerlo todo perfecto y esperar lo mismo de nuestra pareja. También anticipaciones del futuro (pensar que algo horrible pasará si no se cumplen ciertos requisitos) o miedos individuales pueden influir en la relación de pareja. Todo esto es aplicable únicamente a relaciones equilibradas e igualitarias.
Posibles soluciones
Es ideal que nos responsabilicemos de nuestras propias emociones y malestar y nos centremos en qué podemos hacer nosotros para mejorar la dinámica de pareja, más que en lo que puede hacer la otra persona, y reducir al máximo las exigencias en la medida de lo posible.
Conclusiones
Como hemos visto, la llegada de un bebé supone un reto y un desafío para las parejas, aunque tuviésemos una relación sana y satisfactoria previamente. La fatiga y cansancio extremo, la comunicación, las dinámicas asimétricas, la influencia de las familias de origen, las dificultades en la conciliación, las pérdidas que supone para nuestra individualidad y objetivos personales, la falta de tiempo que influye en la intimidad, los conflictos o el reto de llegar a acuerdos que pueden hacer que se reduzca el afecto, y las distintas ideas sobre la educación, el respeto, y nuestras propias variables individuales pueden suponer un gran desafío con la llegada de un nuevo miembro a la familia.
Las claves para aumentar la satisfacción en la pareja serían entonces el respeto, la comprensión, una buena comunicación, aumento del afecto y la intimidad, poseer una alta capacidad de resolución de conflictos, ser flexibles, poder poner límites, la empatía, y encontrar tiempos equilibrados y justos para satisfacer las necesidades propias y de nuestra pareja (Armenta Hurtarte y Díaz-Loving, 2008).
Si después de seguir estas claves, continúas encontrando retos en tu relación ante de la llegada de tu bebé, puedes contactar con un psicólogo especializado. En Sinews estamos encantados de ayudarte a atravesar este periodo de la forma más sana posible, proporcionándote herramientas prácticas para que puedas aplicar en tu relación de pareja.
Tu pareja es la persona que has elegido para pasar el resto de tu vida, y es con quien compartes más tiempo. Es entonces una prioridad darle a tu relación espacio y tiempo para poder nutrirla y cultivarla.