El actual responsable del servicio de profesores de apoyo en el aula y a domicilio de SINEWS, nos habla de su experiencia con P.P., un niño de 14 años que cursa 3º de E.S.O. diagnosticado de Déficit de Atención con Hiperactividad con el que ha trabajado durante casi un año.
Visito a P. tres días por semana en su casa. Las sesiones de trabajo duran dos horas. El caso ofrece un ejemplo muy ilustrativo de la filosofía que tenemos en SINEWS con respecto al servicio: No le des el pez, enséñale a pescar.
La principal preocupación de los padres de P. era su bajo rendimiento académico. Ambos son personas que han trabajado duro en la vida para alcanzar el éxito profesional. Son conscientes de las dificultades que el TDAH plantea a P. pero también de su buena capacidad y se sentían frustrados porque sabían que con esfuerzo P. podría conseguir lo que se propusiese y lo veían muy desmotivado.
El primer paso fue un análisis detallado de la forma de estudiar y de manejarse con las tareas académicas de P. Se hizo evidente entonces que el chico tenía muy buenas capacidades y ganas de hacerlo bien. Los problemas detectados eran una mala organización y gestión de su tiempo, dificultades de concentración, escaso o nulo manejo de la agenda escolar, una importante falta de motivación, creencias erróneas sobre sus logros/fracasos y falta de previsión de consecuencias a medio-largo plazo.
P. es un estudiante que suele subestimar el tiempo que le va a llevar realizar las tareas o preparar exámenes. Por ello, planifico diariamente con él los pasos que debe ir dando, de la siguiente forma:
- Creamos un calendario en el que, de forma diaria, se apunten todas las actividades pendientes con la fecha en la que deben estar preparadas. Segmento esta información en partes y asignamos un tiempo determinado a cada tarea. Esto también queda reflejado en el calendario. Aunque al principio me encargo de esta distribución de tiempos básicamente yo misma, poco a poco, lo voy delegando en el niño para que sea él quien se planifique.
- En ocasiones, le pido que estime el tiempo que le llevará terminar algo, retiramos los relojes y le pido que realice la tarea. Después se comprobamos el tiempo que ha consumido y se comparan los tiempos estimados y reales para que pueda comprobar la diferencia. Los chicos con Déficit de Atención suelen tener mal sentido del tiempo y tienden a subestimar lo que tardarán en completar un ejercicio o en estudiar un tema por lo que se les echa el tiempo encima.
Ante las dificultades de concentración, lo que mejor me ha funcionado es dotarle de técnicas de estudio que fomenten su implicación y aprendizaje activo tales como:
- crear conjuntamente técnicas mnemotécnicas
- realizar mapas conceptuales
- mapas mentales
- apoyarse en imágenes para completar y/o sustituir información verbal
- vídeos
- anotaciones en los márgenes
- encontrar ejemplos
- buscar el sentido práctico…
Así mismo, programarse descansos, en los que él debe salir de la habitación y realizar alguna actividad que no implique esfuerzo cognitivo, es esencial para poder mantener la concentración ya que el tiempo que estos chicos pueden estudiar rindiendo sin interrupción es más limitado.
Me gustaría resaltar el uso de la agenda escolar como una clave del éxito con P., por lo que además de indicarle verbalmente a él la importancia de su uso, hemos implicado a su colegio donde le han situado cerca de compañeros que puedan ejercer de “tutores informales” con este aspecto. Ante situaciones específicas también he planteado un modo de economía de fichas por el que se pactan consecuencias positivas (premios) si consigue mantener al día la agenda.
Antes de los exámenes, realizamos simulacros donde discutimos la mejor manera de organizar el tiempo (con un tiempo estimado por pregunta) así como la forma de expresar los conocimientos, plasmando esquemas previos con ideas claves a desarrollar. En este sentido, también hemos pedido apoyo a la escuela para que se reduzca el número de preguntas y/o se le administren de forma separada.
Una vez recibida la calificación, analizo con él los resultados, sean positivos o negativos, e intentamos revisar los exámenes cuando es posible y analizar los factores que han podido haber influido en el resultado. Hago siempre hincapié en todo aquello que es interno y controlable, siendo el esfuerzo lo que más valoro, e intentando minimizar las falsas creencias acerca de la suerte o el azar.
Para ayudar a P. con su falta de motivación ha sido esencial tener en cuenta que P. es un chico que agradece enormemente el refuerzo verbal positivo y el reconocimiento social por parte de los adultos.
Los elogios y críticas positivas al trabajo bien hecho y al esfuerzo considero que han sido y son de gran ayuda, incluso ante pequeños logros.
Un proceso de enseñanza-aprendizaje en el que se fomente la creatividad, se realicen actividades diferentes y cercanas a la vida diaria ayudará en gran medida a aumentar sus ganas de implicarse en un aprendizaje activo.
Para terminar, me gustaría reseñar que cada niñ@ es diferente y único, que se debe respetar y fomentar su desarrollo de forma individualizada; tod@s tienen sus puntos fuertes, aspectos en los que destacan positivamente, sólo hay que buscarlos y encontrarlos, ya que de valorarlos y potenciarlos depende el éxito.