El duelo es el proceso psicológico que se produce a partir de la pérdida por la muerte de un ser querido, es una experiencia universal, única y dolorosa. La pérdida conduce a la necesidad de adaptarse a una nueva situación, una realidad en la que ya no está ese ser querido. Teniendo en cuenta esta definición de duelo, no sorprende que los dueños de mascotas atraviesen este mismo proceso cuando su querida mascota fallece.
Las mascotas cada vez se encuentran más integradas en las familias, se les considera un miembro más. Al igual que cualquier otro miembro, ellas tienen su rol y su función. Requieren la responsabilidad de que las cuidemos de forma adecuada y a cambio nos ofrecen su amor y compañía incondicional. Todo esto hace que cada vez estemos más unidos a ellas, lo que a su vez también significa que su pérdida produce un vacío significativo en sus humanos.
Todo esto puede resultar obvio para todos aquellos que tengan mascota, pero aún así resulta común encontrar a aquellas personas que les cuesta entender el sufrimiento que vive las persona tras la pérdida de su querido compañero animal. Expresiones del tipo “cómprate otro”, “solo era un animal”, o “tampoco es para tanto” son comunes cuando alguien se aventura a compartir el sufrimiento que está viviendo debido a la pérdida de su mascota.
El proceso de duelo tras la pérdida de una mascota es similar al vivido tras la muerte de una persona querida, el duelo no depende de las características del ser que hemos perdido, si no del vínculo que hayamos establecido con ellos. Dicho esto, hay tres características que pueden diferenciar una pérdida animal de una pérdida humana: las actitudes sociales, la culpa y la ausencia de ritos. A continuación se irá explicando cada una de estas tres características junto con recomendaciones para facilitar la correcta resolución del duelo:
1. Actitudes Sociales
En un estudio realizado por Adams et al. (2000) se detectó que el 50% de las personas que habían sufrido la pérdida de su mascota sentían que la sociedad no valoraba que su pérdida fuera digna de poder vivir un proceso de duelo. No se da valor a esta pérdida ya que generalmente se considera que una mascota es reemplazable, no legitimando la relación existente entre la persona y su animal.
Este no reconocimiento del sufrimiento dificulta la expresión de la vivencia interna tras la pérdida, complicando el proceso de duelo. En relación con esto, las personas se pueden sentir obligadas a actuar de forma normalizada (como si nada hubiera sucedido) rápidamente tras la pérdida, o podrían negarse a compartir cómo se sienten o a pedir ayuda si lo necesitaran por el miedo a ser juzgados.
Recomendación para aquellos atravesando el duelo:
Es importante en este momento rodearse de gente con la que se sienta cómodo y con los que pueda estar sin necesidad de fingir de que se encuentra bien, si así no lo siente. Continuar con sus actividades del día día es esencial, pero no sienta que tiene que llevar una máscara para poder desenvolverse en la vida real.
Intentar encontrar un grupo de gente que comparta valores similares a los suyos, puede resultar beneficioso. Es importante sentirse libre de expresar como se siente, si no encuentra eso en su día a día recuerde que hoy contamos con una ventaja: internet. A lo mejor encuentra un grupo de apoyo cerca de usted o un foro donde pueda sentirse libre de expresar cómo se siente.
Hablar es importante, hable de los recuerdos bonitos que tiene de su mascota, comparta lo que ella significó para usted y todo aquello que la hacía única. Hable de lo bueno y lo malo, comparta con los demás quien fue su mascota.
Finalmente, como ya se mencionó, siga con sus actividades. Siga saliendo a pasear y yendo a parques, puede que al principio le duela o le cuesta mucho, pero es importante que consiga poco a poco volver a disfrutar, al fin y al cabo, eso es lo que querría su mascota.
2. La Culpa
A diferencia de lo que sucede en el duelo por pérdida de un humano, la culpa suele cobrar un papel relevante y principal cuando fallece nuestro animal de compañía. La intensa culpa que se vive tras la muerte de una mascota viene explicada por dos aspectos: el tipo de vinculación que se establece con el animal y el gran número de casos en los que la muerte se produce por eutanasia.
El tipo de relación que se establece entre el dueño y su mascota será dependiente, es decir, el bienestar del animal dependerá completamente de su dueño (de nosotros depende que coman, que reciban cuidados veterinarios, que salgas a pasear, etc.). El sentido de la responsabilidad que esto produce es una de las razones por las que surgen los sentimientos de culpabilidad tras la muerte del animal. Por ello, es frecuente encontrar la sensación de que se podría haber hecho algo más.
En lo que se refiere a la muerte por eutanasia, esta decisión tomada por los dueños suele provocar un sentimiento de culpa muy intenso que invade todo el proceso de duelo. La actitud o la comprensión que la persona tenga de la eutanasia va a afectar posteriormente al proceso de duelo que la persona atraviese, pudiendo afectar a su intensidad y duración. La interpretación que se haga de la eutanasia puede oscilar entre la comprensión del acto como una liberación para el sufrimiento del animal hasta la sensación de haber tomado una decisión que convierte al dueño en asesino. Cuanto más duro se sea con uno mismo en la interpretación, mayores serán los sentimientos de culpabilidad.
Recomendación para aquellos atravesando el duelo:
La culpa es un peso enorme, siempre se encuentran cosas que se podrían haber hecho o manejado mejor una vez que la situación ya ha pasado. Recordar que hizo cuanto pudo dentro de una situación complicada y con los recursos de los que disponía es importante.
Es interesante tener en cuenta que la culpa también nos da algo a lo que agarrarnos, nos ofrece control en una situación en la que disponíamos de poco control. Es decir, si yo me siento culpable eso significa que yo podría haber hecho algo para cambiar lo sucedido, no soy victima de la situación. Pero la realidad es que seguramente no pudo hacer más de lo que ya hizo, a veces suceden cosas desagradables en la vida y las manejamos lo mejor que supimos en ese momento.
En una línea similar a lo comentado anteriormente es importante que hable y se permita recordar, cuando vengan los recuerdos dolorosos, permítase atravesarlos pero no niegue los recuerdos bonitos que usted también tiene. Use los recuerdos positivos como el colchón al que caer tras rememorar los momentos más duros. Si expresar cómo se siente es difícil, empiece por escribir. Ponga palabras a todo aquello que tiene dentro, lo que siente y piensa, lo importante es sacar fuera el nudo de dolor que tiene dentro.
3. Ausencia de Ritos Funerarios
Los ritos funerarios tienen una importancia que no debemos olvidar en la elaboración del duelo, ayudan a la persona a poder despedirse de forma formal y a poder ubicar al fallecido en otro plano en su mente. La ausencia de ritos existente para las mascotas fallecidas puede dar lugar a que se dificulte la resolución del duelo, al impedir que se haga un gesto para honrar a la mascota y despedirse públicamente.
Recomendación para aquellos atravesando el duelo:
Hacer un gesto conmemorativo para celebrar la vida que tuvo su mascota es importante, no tiene porque ser algo grande, simplemente es encontrar una forma de despedirse y recordar las cosas positivas que su animal le aportó.
El proceso de duelo que se atraviesa tras la pérdida de una mascota es una experiencia dolorosa, pero recuerde que no está solo, hay mucha gente atravesando una situación similar que usted. Mantenga sus actividades del día a día y no se aísle. Recuerde que el duelo no significa un adiós para siempre, es simplemente un cambio en la relación que teníamos con nuestro querido compañero. Puede que ya no esté con nosotros físicamente pero podemos ubicarles en un sitio en nuestra mente y corazón pudiendo acudir a ellos cuando lo necesitemos. Finalmente, no dude en pedir ayuda si siente que está estancado y que no consigue avanzar en el proceso de duelo.
Departamento Psicológico, Psicoterapéutico y Coaching
Psicóloga
Adultos y adolescentes
Idiomas de trabajo: Español e inglés