Después de Lucía: Duelo, acoso y violencia
Después de Lucía es una producción mexicana que trata temas como el bullying y la violencia en las aulas de manera cruda y fría, entrelazando esta temática principal con problemas como el duelo, la falta de límites en adolescentes y la falta de habilidades de gestión emocional entre muchos otros.
La película cuenta la historia de Alejandra, quien se muda Ciudad de México con su padre tras la muerte de su madre en un accidente de tráfico en el que ella estaba presente. Allí, se desencadenan una serie de eventos que dan lugar a un bullying que va incrementando hasta llegar a explotar. La trágica muerte de Lucía, la madre, ha convertido a Roberto (el padre) y Alejandra en seres vulnerables, que aún no han superado el duelo. De ahí el título de la película, ya que ésta vulnerabilidad es facilitadora para que ocurra el acoso hasta tan alto grado, no siendo la protagonista capaz de contar con su padre como fuente de ayuda y apoyo.
La película se ocupa de desencajar al espectador, utilizando una narrativa muy pausada y realista, en la que conocemos lentamente a Alejandra, y junto a ella descubrimos todas dificultades por las que pasa. A ratos podría pensarse que tanta frialdad frente al sufrimiento es imposible en los jóvenes, pero la realidad puede superar a la ficción.
Duelo no procesado
En la primera mitad de la película, vemos varias escenas en las que sutilmente el director refleja la falta de un procesamiento sano del duelo de Lucía. La primera escena muestra como Roberto recoje el coche del accidente en el taller y lo deja abandonado en la calle, sin haber una explicación al expectador de que está pasando. También vemos como Alejandra dice que su madre se quedó en Porto cuando le preguntan por ella, o como Roberto no quiere usar las mismas cosas de la antigua casa. A través de estos ejemplos de evitación ante la imposibilidad de afrontar la realidad, además de pequeños detalles y muchos silencios y explosiones repentinas de emoción, Michel Franco sienta los cimientos sobre los que se mantiene toda la violencia posterior.
El acoso
La relación de Alejandra con sus compañeros empieza de lo más normal, chica nueva que se junta con el grupito de los populares, van a una fiesta, beben y se drogan juntos y ella mantiene relaciones sexuales con uno de ellos, quien lo graba todo. Aquí empezamos a ver los comportamientos autolesivos de Alejandra, quien accede a ser grabada sin imaginar que puede ocurrir después. La viralización del video en la escuela es el desencadenante de un acoso que va incrementando exponencialmente, pasando de las molestias verbales a la violencia física y sexual y a la exclusión social, siendo ignorada, mientras que padece todo tipo de maltrato. Además, se ve como los dispositivos electrónicos facilitan el rápido incremento del acoso.
Para comprender el film se tiene que ver el fenómeno de naturalización de la violencia en las escuelas, cada vez más instaurado, convirtiéndose en una violencia «normal», «cotidiana».
Causas y consecuencias del acoso en Después de Lucía
Vemos como la relación de Alejandra con su padre es aparentemente buena y “relajada”, siendo en realidad bastante frágil y superficial, con ninguna confianza y basada en mentiras e incubrimientos, haciéndo a la protagonista más vulnerable. No tiene apoyos para defenderse, reciéntemente huérfana de madre, con un padre que no sabe como dedicarle tiempo de calidad, siendo la chica nueva que necesita amigos como sea. Hay también una culpabilidad latente en Alejandra por la muerte de su madre, que no se llega nunca a explicar al expectador; esta culpabilidad puede ser causante de la actitud pasiva que muestra ante el acoso, casi dando a entender que “me lo merezco”.
¿Dónde están los adultos?
Algo que queda muy patente a lo largo de la palícula es la falta de presencia adulta, no solo por parte de Roberto que no se entera hasta el final de lo que le ocurre a su hija, sino también de los profesores y padres de otros alumnos. Hay una escena, en la que vemos cómo maltratan a alejandra en su cumpleaños después de una clase en la que no se ve un solo adulto intervenir de ninguna forma, aunque esto sucede dentro de un aula del instituto. Tampoco en las reuniones en las casas de los compañeros ni en los viajes escolares, apenas vemos la presencia de adultos que pongan ningún tipo de límites.
La tribu social
Una de las complejudades más grandes en la adolescencia son los códigos generados entre pares. Uno de ellos, latente en esta película, es que denunciar equivale a exclusión, ya que el que se la lleva “se aguanta”. Alejandra se atiene a estos códigos ferreamente, siendo el momento en el que miente al ser preguntada directamente que está pasando el punto de no retorno. Aquí los agresores son conscientes de su impunidad y todo empieza a desencadenarse a una velocidad vertiginosa.
Se observa también la instauración de los roles y la desesperanza por salir del rol de víctima. Vemos al principio que uno de los chicos del grupo es el que cumplia este papel antes de llegar Alejandra al ser un adolescente con sobrepeso. En cuanto se abre la veda para acosar a la protagonista, este es uno de los personajes que más fuertemente acosa, ya que ve la oportunidad de que otro se quede con el rol que el cumplía hasta ahora, y siente que pertenece al grupo de manera más fuerte.
Las consecuencias del acoso que vemos en alejandra son evidentes: angustia, tristeza, aislamiento, fobia social,indefensión aprendida, ansiedad, ideación suicida y depresión. Las secuelas del bullying suelen acompañar a las personas hasta su vida adulta derivando en adultos depresivos, con tendencia a las adicciones o propensos a desarrollar un trastorno psicológico.
Conclusión
Después de Lucía no es una película “fácil” sino hiriente, incómoda y cruda que te hace sentir la desesperanza de la protagonista y genera sentimientos de angustia, indefensión y rechazo. El gran logro de esta película es que consigue que sientas el dolor de los personajes. El expectador se encuentra con ganas de que termine o que pase algo que genere algun tipo de justicia.. y el desenlace no dejará a ningún visor indiferente.
¿Es normal el desarrollo del lenguaje de mi hij@?
El lenguaje se puede manifestar de forma oral, escrita o signada, pero la adquisición de las mismas es diferente. Este artículo se centrará en el lenguaje oral.
Los primeros tres años de vida son fundamentales para el desarrollo del lenguaje ya que el cerebro está en proceso de maduración y es cuando se encuentra en estado óptimo para la adquisición de estas habilidades.
Cada menor sigue su propio ritmo de desarrollo, sin embargo, todos siguen una progresión natural en la adquisición de habilidades relacionadas con el lenguaje más o menos similar.
Dentro de los trastornos propios del lenguaje, se puede diferenciar entre receptivos (dificultades de comprensión), expresivos (dificultades de producción) y de procesamiento.
Desarrollo del lenguaje según la edad:
Entre los cero y los cuatro meses los bebés se suelen calmar al escuchar la voz de la madre y muestran un interés claro por las caras de las personas. Por otro lado, son capaces de llorar para obtener diferentes cosas, como alimento o confort. El llanto es uno de los primeros actos de comunicación, ya que a través de él aprenden que pueden modificar el entorno. Además del llanto, empiezan a mostrar sonrisa social y se ríen.
A los seis meses, son capaces de responder a su nombre, de seguir estímulos auditivos con los ojos y empiezan los balbuceos y las vocalizaciones. Esto es seguido por la comprensión de rutinas verbales, como “adiós” y señalizar y decir las primeras palabras, lo que suele suceder alrededor de los nueve meses. Alrededor de los doce meses, los menores son capaces de seguir una orden verbal y de producir tres palabras con significado (por ejemplo: “mamá”, “papá”, “agua”). A los quince meses, los niños son capaces de identificar las partes de su cuerpo cuando se le preguntan por ellas (se le pregunta “¿dónde tienes las orejas?” el niño será capaz de señalarlas). En cuanto a la expresión, adquieren más vocabulario.
Entre los dieciocho y los veinticuatro meses, serán capaces de reconocer las partes de su cuerpo, así como de seguir órdenes verbales simples. La producción se caracteriza por un aumento del número de palabras que utilizan, tienen un vocabulario de alrededor de 50 palabras y de hacer combinaciones de dos palabras (“más galletas”). Además, conocen su nombre y son capaces de emplearlo.
De los veinticuatro a los treinta y seis meses, los niños comprenden y cumplen órdenes verbales complejas y pueden realizar frases de tres palabras. Además de esto, son capaces de emplear la partícula interrogativa qué para formular preguntas. También comienzan a emplear pronombres como “tú” o “yo”, comprenden “tú”, “yo” o “ella” y responden a preguntas simples. Entre los 36-48 meses, cabe destacar la comprensión de acciones y el uso de la interrogación “¿por qué?”.
Entre los 48-60 meses, los menores son capaces de comprender todo lo que se les dice, así como de generar oraciones completas y contar cuentos. En esta etapa comprenden términos relacionados con el espacio como “detrás” o “al lado”. Se consideran típicos errores en palabras largas y complejas como “hipopótamo”, pero una persona ajena al núcleo cercano del niño es capaz de comprender y mantener una conversación con él.
Finalmente, a los seis años son capaces de comprender y cumplir órdenes de todo tipo de complejidad y poseen la habilidad para expresarse sin cometer errores relacionados con la articulación de sonidos así como narrar eventos e inventarse historias.
Signos de alerta en el desarrollo del lenguaje:
Previamente se ha descrito el desarrollo típico del lenguaje de un niño en las diferentes etapas de la infancia. Hay una serie de redflags o signos de alerta que permitirán identificar si el lenguaje del menor es el esperado para su edad o si, por el contrario, se debe consultar a un especialista.
Entre el primer y el cuarto mes, la presencia de un llanto extraño y la ausencia de sonrisa social deben llamar la atención. Por otro lado, entre el sexto y el noveno mes, se debe estar atento a la falta de vocalizaciones y balbuceo, así como de palabras bisílabas frecuentes como “mamá/papá”.
A los doce meses, la pérdida de habilidades que ya tenía adquiridas es un signo de alarma. Por otra parte, a los quince meses el menor debería ser capaz de señalar y utilizar combinaciones de tres palabras, en caso de no hacerlo se debería acudir a un especialista. Otro signo de alarma es la falta de seguimiento de instrucciones simples, reconocer las partes de su cuerpo y decir al menos 25 palabras entre los dieciocho y los veinticuatro meses. Tras esto, a los treinta y seis meses, deberían emplear frases de dos palabras y seguir órdenes de dos comandos.
Desde los treinta y seis hasta los cuarenta y ocho meses, el uso de palabras incorrectas o la sustitución de unas palabras por otras debe llamar nuestra atención. Finalmente, desde los cuarenta y ocho meses hasta los seis años, se considera alarmante un uso no adecuado del habla, es decir, la presencia de un habla con errores a la hora de producir sonidos, así como la incapacidad de contar una historia o seguir una conversación.
Como conclusión, a pesar de que cada menor tiene un desarrollo único, es necesario que una edad determinada se corresponda con el logro de determinados hitos. De no ser así, sería recomendable consultar con un logopeda que podrá resolver las dudas al respecto.
EDAD |
LENGUAJE RECEPTIVO |
LENGUAJE EXPRESIVO |
SIGNOS DE ALARMA |
0-4m |
La voz de la madre los tranquiliza. |
Llanto, sonrisa social y risa. |
Llanto extraño. Ausencia de sonrisa social. |
6m |
Responden a su nombre. Siguen estímulos auditivos con los ojos. |
Balbuceo y vocalizaciones. |
Ausencia de vocalizaciones y balbuceo. |
9m |
Rutinas verbales como “adiós”. |
Primera palabra. |
Ausencia de palabras bisílabas como “mama/papá”. |
12m |
Seguimiento de instrucciones verbales. |
Expresión de tres palabras con significado. |
Pérdida de habilidades adquiridas previamente. |
15m |
Identificación de partes corporales. |
Aumento de vocabulario. |
Falta de señalar y combinaciones de tres palabras. |
18-24m |
Reconocimiento de partes del cuerpo. Seguimiento de instrucciones verbales simples. Reconocimiento de su nombre. |
Aumento significativo del léxico del menor (alrededor de 50 palabras). Uso de su nombre y combinaciones de dos palabras. |
Falta de seguimiento de instrucciones simples, reconocimiento de las partes del cuerpo y posesión de un vocabulario de 25 palabras o menos. |
24-36m |
Comprensión de ordines verbales complejas. Comprensión de los pronombres (“tú”, “yo” y “él/ella”). |
Producción de frases de tres palabras. Preguntas con “qué”. Empleo de los pronombres (“tú” y “yo”). Respuesta a preguntas simples. |
Ausencia de frases de dos palabras y seguimiento de instrucciones de dos órdenes. |
36-48m |
Comprensión de acciones. |
Preguntas con “qué”. |
Uso incorrecto de palabras en las emisiones. |
48-60m |
Comprensión total. |
Producción de frases completes y capacidad para contar historias y seguir conversaciones. |
Presencia de errores articulatorios. Incapacidad para contar historias y seguir una conversación. |
- Moreno-Flagge, N. (2013). Trastornos del lenguaje. Diagnóstico y tratamiento. Revista neurológica, 57 (supl 1), 85-94. https://d1wqtxts1xzle7.cloudfront.net/60986065/1.-_Trastornos_del_lenguaje_diagnostico_y_tratamiento20191022-80419-h1p56m-with-cover-page-v2.pdf?Expires=1652004561&Signature=BTaA56uiJzgG40OY7QV6LEfFWwdhz7j1r83-xNISv~ZFQgVB~e9ZM9Guur7juc0X2JunzZcKZ-RvSZTIg2L7Z2y6BhM-tFsQIDVkNMWAqwx~VpKzh3IugK-ER9wf1T6PU-vGZIUFWLtXwIKhhJG1R~SyMCoikRHyhfU6sbdqFDldnyP2CyUqt4QGDlJI-EW-Yk7vqSHMJ8UCpXR2F~pZrp-YHG5cjtXSRauUkp4M8nebltf0JmzcmYQMGfdRCYNKj4tHJ2H28vNHrcu1K2VApze7z7t8up0B3YMko9O4YCSQbXCsTQ2qUYJmoMVhmMvPA9dPTmuVyyk3YzN~PzgmHA__&Key-Pair-Id=APKAJLOHF5GGSLRBV4ZA
- National Institute on Deafness and Other Communication Disorders. (2017). Speech and Language Developmental Milestones. https://www.nidcd.nih.gov/health/speech-and-language
- Galeote Moreno, M. (2007). Adquisición del lenguaje. Problemas investigación y perspectivas. Ediciones Pirámides.
Maneras de amar, un libro para entender mejor tus relaciones amorosas
El amor es, sin duda, uno de los temas que más nos ha fascinado (y torturado, a partes iguales) desde el inicio de la civilización. Sin embargo, también es una de las grandes interrogantes científicas, ¿Cómo funciona el amor y, sobre todo, por qué nos enamoramos de quién nos enamoramos? En psicología una de las teorías que está buscando explicaciones, investigando y resolviendo, en parte, estos enigmas es la teoría del apego.
La belleza de esta teoría es que, si conocemos nuestro estilo de apego, podemos también resolver algunas de las contradicciones amorosas en las que caemos y acertar mejor en nuestras decisiones románticas. Como, por ejemplo: “¿por qué si, en general me considero una persona con confianza en mí mismo/a, en el momento en el que la persona que me gusta se muestra distante, me siento fatal y siento que no valgo nada?” o quizás otra persona se pregunte: “¿por qué si me enamoro con facilidad, cuando la relación empieza a estabilizarse, empiezo a encontrarle pegas y decido romper rápidamente?”
Primero, pongamos en contexto esta teoría: Inicialmente, el estudio del apego no estaba relacionado con las relaciones románticas sino con el vínculo que surge entre los bebés y sus madres/padres o cuidadores afectivos. Bowlby (1958), un psiquiatra inglés que trabajaba en un hospital con niños, acuñó este término al estudiar los efectos que la relación entre madre e hijo/a tenía en el desarrollo cognitivo, emocional y social del bebé. Aquellos niños que habían sido separados prematuramente de sus madres (porque, por ejemplo, se habían quedado huérfanos durante la segunda guerra mundial), incluso teniendo cubiertas sus necesidades físicas y nutricionales, sufrían graves consecuencias en su desarrollo cognitivo debido a la ausencia del contacto con su figura de apego.
Gracias a esta teoría aprendimos que, cuando nacemos necesitamos la protección de un adulto para que cubran nuestras necesidades físicas-como la alimentación y el abrigo- pero, sobre todo, para sentirnos queridos, atendidos y para que nos consuelen cuando se activa nuestro sistema nervioso y la respuesta del estrés.
No fue hasta mucho más adelante, a finales de los 80, cuando Cindy Hazan y Philip Shaver nos ayudaron a entender que la necesidad de apego no es algo exclusivo de los niños. La seguridad que sentimos o no, en nuestra relación romántica despierta también nuestros estilos de apego. Por decirlo de una manera sencilla, el apego que se crea en nuestra relación con nuestros padres, funciona como el molde para entender cómo relacionarnos y qué esperar de nuestras relaciones íntimas y sociales.
En este libro, ‘Maneras de amar’ de Levine y Heller (2010), analizan en profundidad cómo influye nuestro estilo de apego en las decisiones románticas que tomamos.
Las personas con un estilo de apego seguro de pequeños aprendieron que el mundo era un lugar estable, predecible y también que podían confiar en que las personas a su alrededor estarían disponibles para ellos siempre que los necesitaran. Por eso en sus relaciones románticas no suelen sentir muchas dudas, se sienten cómodos mostrándose vulnerables ante la persona que quieren y en general, se sienten merecedores de dicho afecto.
En cambio, las personas con un estilo de apego ansioso, se criaron en un ambiente en el que sus necesidades físicas y emocionales se satisfacían de manera ambivalente o intermitente: en ocasiones, estaban ahí para cuidarles y sus cuidadores afectivos entendían qué necesitaban, y en otros momentos, no estaban o no los sentían disponibles para ellos. Como sabemos que el objetivo primordial de los bebés es asegurar su proximidad a su figura de apego, los niños con un apego inseguro-ansioso, desarrollaron una estrategia muy adaptativa para conseguirlo: acercarse a su figura de apego, incluso cuando esta persona se alejaba. Ahora que somos adultos, si te identificas con este estilo, seguramente te critiques mucho porque cuando la persona que te gusta se muestra distante o ambivalente, su actitud genera mucha ansiedad dentro de ti y para calmarte buscas acercarte todavía más. Por favor, no te critiques ni te llames “desesperado/a”, recuerda, en el pasado, ésta fue una forma adaptativa de sobrevivir.
Las personas con un estilo de apego evitativo aprendieron que sus cuidadores pueden rechazarles o ser distantes con ellos. Por eso, aprendieron a sólo depender de ellos mismos y no contar con nadie más, porque si se confiaban demasiado, tenían miedo de ser decepcionados después. En sus relaciones románticas dicen querer intimidad y cercanía, se enamoran con facilidad, y no tienen dificulta en tener relaciones íntimas sexuales, sin embargo, en cuanto profundizan en una relación, les asusta perder su independencia y se muestran distantes.
Este libro ayuda a identificar nuestros estilos de apego y a partir de ese conocimiento, a tomar los pasos para buscar relaciones que “curen” nuestro estilo de apego. En concreto, se explora en profundidad las necesidades afectivas que cada estilo posee. Por ejemplo, las personas con un estilo de apego ansioso tendrán: necesidad de contacto frecuente, de estabilidad, de claridad respecto a lo que la otra persona siente, etc. Tener estas necesidades es totalmente válido y más que eso, es fundamental ser consciente de ellas y buscar relaciones románticas que estén alineadas con esas necesidades. Si somos capaces de validar nuestras necesidades, y comunicarlas abiertamente, podremos observar cómo reacciona nuestra pareja, si está preparada/o para cubrir nuestras necesidades (o no). Y, a partir de ahí será más sencillo, decidir priorizar relaciones con personas que nos ofrezcan una base segura y nos transmitan ese afecto y confianza que tanto necesitamos.
En este libro, ‘Maneras de amar’, de Levine podemos tener un primer acercamiento a la teoría del apego y cómo influye en nuestras relaciones románticas. Pero, en este libro, se quedan en el tintero varios temas, por ejemplo, en el libro no se reflejan ejemplos de relaciones LGTBQ+. Tampoco intenta ofrecer una explicación a cómo influenciarían los estilos de apego en relaciones poliamorosas o no monógamas.
En cualquier caso, espero que sea un buen comienzo para replantearte tus relaciones románticas, aprender a identificar tus patrones de elección de pareja y poner en el centro y validar siempre tus necesidades afectivas en una relación de pareja. ¡Buena suerte en este camino!
Departamento Psicológico, Psicoterapéutico y Coaching
Psicóloga
Adultos y adolescentes
Idiomas de trabajo: Español e inglés
“Nine perfect stangers” y el peligro del auge de las pseudoterapias
La premisa de esta serie de Amazon Prime es sencilla: nueve personas acuden a “Tranquilum”, un apacible y lujoso resort en California, que promete en pocos días la sanación y un cambio en sus vidas. Pero casi nada es como parece, como muy pronto se descubre viendo la serie. Como profesional de la salud mental y del bienestar psicológico hay muchos motivos por la cual recomiendo esta serie.
En primer lugar por los personajes, todos muy bien diseñados: todos son personas con background e historia vital diferente. Entre ellos destacaría los una familia que no ha superado el terrible duelo a raíz del suicidio de su hijo mayor tres años antes, una escritora de best-sellers en horas bajas tanto en lo profesional como en lo personal, un ex deportista de élite deprimido, amargado y adicto a los analgésicos, una insegura mujer recién divorciada, una joven pareja de nuevos ricos gracias al juego y con una vida muy vacía).
También el personaje de la directora del centro, Masha (interpretado por Nicole Kidman), nos muestra una persona muy compleja, que se enfrenta a graves traumas de su pasado. En general a través de las vivencias de los personajes que acuden a Tranquilum en busca de una mejora vemos tratados con acierto y con sensibilidad problemas muy graves como el duelo por la pérdida de un hijo, el suicidio, la soledad y la depresión que pueden sufrir personas que tenían mucho éxito y que dejan de tenerlo, o el trastorno de estrés postraumático.
También la recomiendo por el momento en el que estamos. La creciente necesidad de servicios de salud mental es una tendencia clara en España y en el resto del mundo y algo que sin duda se ha visto acrecentada por los efectos de la pandemia. Por esto creo que «Nine Perfect Strangers” es una serie que, al margen de sus innegables cualidades cinematográficas (tiene un reparto de primer nivel, un guión trepidante, y logra moverse de manera bastante loca pero siempre acertada entre la comedia, el drama y el thriller) se ve con otros ojos hoy en día, ya que sus planteamientos quedan más cerca de muchas personas.
Al fin ya al cabo la pandemia ha visibilizado la gran cantidad de personas que sufren y necesitan atención psicológica o psiquiátrica. También por qué ha aumentado el aislamiento, la soledad y el sufrimiento y en la serie, a pesar del equivocado entorno, los protagonistas experimentan al principio algo parecido a un apoyo gracias a que están compartiendo sus vivencias y traumas con otros seres humanos que a su vez han sufrido y necesitan ayuda. El impacto de compartir nuestras experiencias con otras personas está reconocido en las terapias de grupo, aunque la forma en la que esto se hace en “Tranquilum”, hace imposible cualquier mejora.
Entre los pocos ortodoxos métodos terapéuticos que se emplean en «Tranquilum» está el consumo de drogas alucinógenas. Sin duda se trata de una tendencia mucho más de nicho en el mundo real pero no por esto inexistente ni novedosa. Si bien existe debate en el mundo académico sobre la evidencia científica de que en contextos muy controlados y en dosis muy pequeñas, el consumo de ciertas sustancias, bajo la supervisión y la guía de un profesional cualificado de salud mental, puede ayudar en el proceso terapéutico, la serie nos muestra bien los peligros del uso incontrolado de las sustancias alucinógenas con supuestos fines curativos cuando se hace en dosis excesiva, sin supervisión o con la supervisión de la persona equivocada, no cualificada para ello. En general, en todo lo relacionado con utilización de sustancias alucinógenas, cualquier prudencia es más que necesaria.
Por último, en la serie vemos también reflejada una tendencia cada vez más difundida en muchos ámbitos de la vida pero especialmente peligrosa en la salud mental: la búsqueda de soluciones rápidas, casi milagrosas a nuestros problemas. La falta de tiempo de la vida moderna empuja a soluciones de este tipo y es justo ahí donde mejor se cuela el intrusismo profesional y la pseudociencia, haciendo negocio con el sufrimiento de las personas, prometiendo lo imposible, encima sin tener la titulación ni el conocimiento profesional adecuado.
Al final los personajes (en realidad víctimas) en lugar de ir al psicólogo o al psiquiatra y de enfrentarse a un camino lento pero eficaz prefieren creerse las promesas de una gurú con pretensiones ocultas que les dice que les va a sanar en solo unos días. Aceptan ser drogadas de forma descontrolada para enfrentarse a sus duelos, miedos y obsesiones. Por todo esto, además de ser un excelente producto audiovisual, un entretenimiento inteligente, “Nine Perfect Strangers” es una serie que pone en valor, por contraposición a los peligros de las pseudociencias y de los tratamientos “alternativos”, la importancia del trabajo que realizamos los profesionales de salud mental y del bienestar emocional, más necesario que nunca ante la gran demanda de salud mental que solicita la población.
Reseña de película: Separados (2006)
“Separados” es una película ideal para comprender los entresijos de las relaciones de pareja. Trata de Brooke (Jennifer Aniston) y Gary (Vince Vaughn), una pareja que decide finalizar su relación después de unos años, lo cual desencadena una serie de acontecimientos posteriores: la lucha por quién se queda el piso que compartían, y más tarde, la evolución de cada uno al lidiar con esta ruptura.
Una escena clave ocurre al principio de la película, donde la pareja discute por cosas superficiales. Brooke le recrimina a Gary que no se ha ofrecido a ayudarle a lavar los platos, y después continúa diciéndole que él nunca le compra flores o nunca le lleva a ver el ballet. Ante esto, Gary responde muy frustrado, diciendo que siente que nunca hace las cosas lo suficientemente bien para Brooke y que nunca está contenta con ello.
Este tipo de discusiones pueden ocurrir a menudo en las parejas, y hay veces que no se dan cuenta del mensaje que hay detrás de estos reproches aparentemente superficiales.
En esta dinámica de pareja se puede observar cómo los pensamientos y acciones de uno retroalimentan los del otro, y viceversa, y de ahí creando un círculo vicioso (o lo que llamamos en terapia: circularidad). En este caso, si lo reducimos a un mecanismo simple, lo veríamos de la siguiente manera:
Brooke piensa “Gary no me aprecia”, y de ahí se siente poco valorada, frustrada y desmotivada, y consecuentemente le dice a Gary que no hace nada por ella. Esto provoca el punto número 2.
Gary piensa “Haga lo que haga, Brooke no lo verá como suficiente”, y de ahí se siente incapaz, frustrado y defensivo, y consecuentemente no intenta hacer cosas que a Brooke le gustarían. Y esto retroalimenta el punto número 1.
Dentro de esta circularidad, hace falta realizar cambios para crear una retroalimentación más sana. De hecho, más tarde veremos cómo Brooke hace esto, comunicando exactamente lo que intentaba transmitir en esta primera discusión: no se siente valorada ni apreciada por Gary. De hecho, se ve cómo Gary está mucho más receptivo ante este tipo de comunicación vulnerable y directa, y no se muestra defensivo porque no lo siente como un ataque.
Desde luego, esta comedia romántica es una herramienta que puede darnos un vistazo de lo que puede complicarse la vida en pareja por dinámicas que se atascan y se pueden volver crónicas. Pero también nos puede enseñar cómo un pequeño cambio en la dinámica puede abrir puertas nuevas hacia el cambio y el crecimiento como pareja.
Te dejamos el clip de la escena de la discusión con subtítulos.
Departamento Psicológico, Psicoterapéutico y Coaching
Psicóloga Sanitaria
Adultos, adolescentes, parejas y familias
Idiomas de trabajo: Español e inglés
Queridos Reyes Magos...
- LINCE: Comenzamos con un juego ideal para estimular la atención selectiva de los peques de la casa- Consiste en un tablero redondo con imágenes y unas fichas en las que aparece una sola imagen. El juego consiste en extraer una ficha y encontrar lo más rápido posible la imagen que aparece en ella. Gana la ronda el primero que lo encuentre. ¡Ideal para una tarde en familia! (4-7 años).
- CUBEEZ: Imaginen un híbrido entre Mr. Potato y un cubo de Rubik y tendrán una ligera de cómo funciona Cubeez. Cada jugador dispone de tres cubos con diferentes ojos y bocas. Ganará la ronda quien antes consiga crear la cara que aparece en la carta del mazo. Además de lo divertido que resulta, conseguiremos trabajar una gran variedad de funciones cognitivas como la atención selectiva visual, la orientación espacial y la motricidad fina. (A partir de 6 años).
- JUNGLE SPEED KIDS: La versión infantil de este juego de mesa clásico es perfecta para estimular los reflejos y la memoria visual de los más pequeños. El objetivo del juego consiste en conseguir recordar la posición de las cartas de animales para poder formar el mayor número de parejas posible y así salvarles de las garras del león. Gana el jugador que más parejas haya conseguido voltear. Otro aspecto interesante de este juego es que nos permitirá trabajar la inhibición conductual, puesto que cuando un jugador levante dos cartas y no tengan el mismo animal, no podrá participar en el juego hasta que vuelva a ser su turno. (A partir de 5 años).
- CONCEPT KIDS: Este juego es, sin duda, uno de los más recomendados para trabajar la formación de conceptos y el razonamiento abstracto. El objetivo es conseguir que el resto de jugadores adivinen un animal, señalando los iconos que aparecen en el tablero. Una de sus principales ventajas es que no requiere el uso del lenguaje verbal, ni del aprendizaje de la lectura. Por tanto, es ideal para niños a partir de 4 años.
- ANIMAL SOBRE ANIMAL: Una versión de la clásica Jenga adaptada para el público infantil, que pondrá a prueba su capacidad de concentración y sus habilidades visoespaciales. Es uno de esos básicos que nunca pasa de moda, consiguiendo atrapar a toda la familia. (A partir de 4 años).
Los juegos de mesa son una estupenda forma de pasar tiempo de calidad con nuestros hijos, pues aquello que recordarán cuando sean mayores no es aquel juguete tan fascinante que les trajeron los Reyes, sino todos esos momentos especiales que pasamos en familia.
Escrito por Alba Ferrero.
Distintas formas de limitar el uso del smartphone en adolescentes
Los dispositivos electrónicos son herramientas muy útiles que se han convertido en una parte intrínseca de nuestra vida hoy en día. Utilizados de forma correcta se convierten en un valor añadido y de forma incorrecta se convierten en un obstáculo.
Lo primero que debemos entender es la extensión de la importancia de estos dispositivos en nuestra vida. Como adultos profesionales, los hemos integrado en nuestro día a día como herramienta indispensable para trabajar, socializar, reservar eventos, pagar, hacer deporte, entretenernos, organizar nuestras agendas y un infinito etcétera.
Teniendo en cuenta esto, ¿por qué esperamos que para los adolescentes no sea igual? El uso de dispositivos electrónicos es tan necesario para el correcto funcionamiento de las diferentes áreas de su vida como para los adultos, se podría argumentar que incluso más teniendo en cuenta el papel omnipresente que ha pasado a tener la tecnología en la educación en los últimos dos años. Sabemos que hay tanto ventajas como desventajas en el uso de estos dispositivos y aún así, cuando vemos a un adolescente con un Smartphone parece que solo recordamos lo segundo.
Tal vez esto se deba a que nos asustan más los posibles efectos adversos que los posibles beneficios. Sabemos que por un lado el uso correcto de dispositivos electrónicos puede ayudar en la socialización, crear nuevas formas de aprendizaje, incrementar la capacidad de solución de problemas y tolerancia a la frustración (videojuegos), posibilitar la creatividad y libertad de expresión, y permitir un acceso ilimitado a la información. Pero por otro lado el abuso de la tecnología entre los jóvenes puede provocar adicción y aislamiento, mayores niveles de ansiedad, trastornos de la conducta, bajo rendimiento escolar, depresión, estrés y falta de interés por lo que les rodea.
Lo que es importante reconocer aquí es la diferencia entre las causas de las ventajas y desventajas. Las ventajas asociadas al uso de dispositivos electrónicos aparecen con el correcto uso de éstos, y las desventajas aparecen cuando hay un abuso. Son el mal uso y el abuso por tanto, lo que debemos evitar.
Consejos
Si te preocupa un uso excesivo por parte de tu hij@ adolescente, puedes poner en práctica los siguientes consejos:
- Crea un compromiso familiar, con unas reglas de espacio y tiempo que todos debéis respetar. Por ejemplo, no se puede utilizar el móvil antes de las 9 de la mañana ni después de las 10 de la noche; es importante proponer alternativas interesantes y divertidas para hacer juntos como ver una película en familia, jugar a algo, crear algo juntos como una maqueta o puzle o compartir cualquier actividad que sea interesante para ellos como aprender a tocar un instrumento. Con eso conseguiremos que no lo vea como una restricción sino como un cambio.
- Hazles saber las ventajas de no estar siempre disponible, de una desconexión digital completa de vez en cuando. Podéis planear uno o dos días al mes en los que se realizará una actividad nueva y gratificante fuera de casa (una excursión, un concierto, un día de Spa, un evento culinario…
- Apóyales en el uso de apps que le expongan a salir al exterior. Si le gusta hacer deporte hay muchas opciones que facilitan hacerlo al aire libre, incluso una app, Caminandum, que te ayuda a encontrar personas que practiquen el mismo deporte o actividad para realizarlo juntos o prestarse material.
- Utiliza apps educativas con ellos para aprender juntos, por ejemplo un nuevo idioma. Hay apps gratuitas como Memrise y Duolingo que permiten aprender jugando, o apps de pago como Babbel que son más completas a nivel académico. Enséñales que pueden utilizar los dispositivos para satisfacer su curiosidad y aprender algo nuevo sobre un tema, introduciendo la cuestión de la veracidad de las fuentes y asegurándote así de que tus hijos están preparados para reconocer las noticias falsas.
- Participa en las actividades en línea de tus hijos. Si jugáis juntos online o muestras interés por su grupo favorito que sigue en las redes sociales, se convertirán en pasatiempos compartidos. De esta manera, tendrás más control sobre el tiempo que se le dedica a estas actividades.
- Explícales las diferencias en el uso del Smartphone y todo lo que ofrece de manera comprensiva. Queremos que entienda cómo usar correctamente los dispositivos para que pueda valerse por sí mismo, no imponer nuestro propio criterio.
- Sé un ejemplo para ellos, comprometiendo a todos los miembros adultos de la familia a serlo también. Si nosotros mismos estamos enganchados al móvil o tablet siempre que tenemos un minuto libre, estamos validando un comportamiento erróneo. Por el contrario, podemos enseñarles cómo es un uso responsable, compartiendo con ellos las utilidades que nosotros sacamos en el día a día. Los padres siguen siendo el modelo más importante en la vida de un adolescente.
- Asegúrate de tener una forma de estimar el número de horas que tus hijos pasan en línea de manera realista, Android, por ejemplo, cuenta con la función «Digital Wellness» que te dice cuántas veces desbloqueas el teléfono y cuánto tiempo pasas en cada aplicación. A veces ver las estadísticas te ayuda a darte cuenta del problema, y reflejarles esto de manera comprensiva puede llevarles a disminuir la exposición por cuenta propia.
- Intenta no llegar a los extremos, como bloquear el internet de tus hijos o quitarle los dispositivos de golpe; lo harás aún más deseable.
Solo hay una consigna válida para el uso de éstos dispositivos, y es el equilibrio. Lograr un bienestar digital, sabiendo que dispositivos o aplicaciones usar en qué momento y cuando debemos parar. No es solo el tiempo delante de la pantalla lo que importa, sino la calidad de lo que están viendo. Esto significa que si no podemos reducir significativamente el tiempo que pasan delante de la pantalla, si podemos asegurarnos de que aprovechen estos dispositivos de la misma manera que lo hacemos nosotros.
En resumen:
Para limitar el uso de dispositivos electrónicos en adolescentes necesitamos ayudarles a encontrar el balance que ellos mismos no consiguen lograr. Como padres, se puede:
- Compartir el tiempo en línea interesándose por lo que a ellos les interesa
- Proponer un bienestar digital familar y alternativas viables, saludables y divertidas
- Ser un modelo a seguir, un ejemplo de buen uso de dispositivos electrónicos
- Explicar de manera comprensiva las diferencias entre uso y abuso
- Asegurarse de que entiendan cuando el uso es excesivo, enseñarles estadísticas
- Ayudarles a satisfacer sus necesidad de explorar y su curiosidad de manera adaptativa
En esta nueva era tecnológica, se nos presentan un millón de posibilidades y por tanto un millón de decisiones a diario. Tenemos en nuestras manos dispositivos que nos permiten una accesibilidad permanente; depende solo de nosotros mismos convertirlos en una herramienta de ayuda o en un hándicap. Ésta es la idea que debemos transmitir a los adolescentes.
Para más información sobre prevención, diferencias entre uso, abuso y adicción, factores de riesgo y de protección, y pautas de un uso adecuado, la Universidad Complutense de Madrid ha elaborado una guía para padres y educadores sobre el uso seguro de Internet, móviles y videojuegos.
Disponible en el siguiente enlace:
¿Qué hacer cuando un familiar es diagnosticado con cáncer?
Recibir noticias tan graves como la enfermedad de un familiar suele ser un hecho con un enorme potencial desestabilizador. Este hecho se agrava aún más si hablamos de cáncer, ya que esta enfermedad conlleva un enorme estigma por ser socialmente considerada una condición fatal, aunque en la práctica no siempre es así.
Muchas personas, una vez que ha pasado el impacto inicial de la noticia, luego se preguntan si hay algo que pueden hacer por su familiar, pero muchas veces surge la pregunta de cómo se puede ayudar a una persona en esta situación.
Como comentamos anteriormente en posts sobre este tema, hablar de cáncer en general es engañoso, ya que esta enfermedad, dependiendo de la ubicación, tamaño y estado de salud del paciente puede ser tan inofensiva como para no tener prácticamente complicaciones (en casos de detección rápida e intervención), o tan terminal como inoperable y mortal.
En cualquier caso, muchas de las cosas que podemos hacer por las personas que padecen esta enfermedad son las mismas independientemente del grado de gravedad de su afección, por lo que vamos a hacer ciertos puntos y luego a mencionar casos especiales.
- Entender qué tipo de ayuda necesita nuestro familiar: Todos tenemos una forma en la que nos gusta que nos consuelen, algunas personas necesitan contacto físico, las calma y las hace sentir mejor, pero otras no lo soportan y pueden sentirse incómodo con eso. De la misma forma, hay personas que aprecian la interacción regular y que los controlen para ver cómo les va, y hay quienes prefieren tener su propio espacio y tiempo a solas para manejar la ola de emociones que acompaña a este tipo de noticias. . Como no podemos leer las mentes de las personas con las que vivimos, hay un pequeño truco que casi siempre funciona: ¡Pregunte!
Dar espacio a nuestro familiar y hacer preguntas como: «¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte?», «¿Preferirías que hablemos de esto a menudo o crees que sería mejor para ti lidiar con esto en tu ¿propio?» «¿Te haría sentir mejor si hiciéramos planes con más frecuencia?» son excelentes formas de empoderar a la persona con la que hablamos. Les permitimos gestionar las interacciones que tienen de la forma que les resulte más sencilla, y también tenemos la certeza de que les estamos ayudando. - Esté atento a reacciones emocionales intensas: Es muy normal que tras recibir noticias de este calibre, las emociones puedan apoderarse de la persona que las escucha. Las emociones que alguien pueda sentir pueden ser realmente variadas; tristeza, vergüenza, culpa por no haber actuado antes, ansiedad, miedo, enfado y muchos más. Compartir la carga de estas emociones (siempre al ritmo que marca el afectado, como se mencionó anteriormente) siempre las hace más fáciles de manejar. Además, normalizar este tipo de reacciones emocionales y acompañar a la persona que las sufre nunca es una mala opción.
3) Presta atención a los pensamientos distorsionados: Cuando sufrimos oleadas de emociones negativas intensas, suelen sesgar nuestra forma de pensar y podemos acabar teniendo pensamientos algo dramáticos, ilógicos y algo extremos. No es raro encontrarse con personas que piensan que lo que les sucede es un castigo por algo que hicieron mal, que su vida ya no tiene sentido o que otros no pueden ayudarlos en absoluto. Ayudar a los pacientes a eliminar estos pensamientos es el trabajo de un psicólogo, pero a veces el simple hecho de ser consciente de que existen y que nos afectan negativamente ayuda a reducir el efecto que tienen en nosotros.
En algunos casos, lamentablemente, el cáncer es terminal y, aunque las muestras de apoyo mencionadas anteriormente son igualmente importantes, estos casos tienen una particularidad.
Cabe mencionar que ante la muerte muchas veces las personas reevalúan su vida y se plantean cómo les ha ido, qué podrían haber hecho de otra manera, etc. Este es un proceso natural y deseable, en el que se contará con el acompañamiento de un profesional. siempre ayuda.
Aun así, hay un elemento que suele dar sentido a los últimos momentos de la vida de una persona en fase terminal, y es la oportunidad de despedirse de sus seres queridos. Muchas personas que mueren de forma natural no tienen la oportunidad de despedirse de familiares y amigos, y en ocasiones esto es algo que pasa factura hasta el punto de complicar el dolor de las personas cercanas. Sin embargo, expresar emociones, deseos y afectos estando todavía puede ayudar tanto a los enfermos como a sus familias a seguir adelante y afrontar el final de una forma menos dolorosa.
Siempre existen los últimos deseos y acciones a tomar, y es en estos momentos cuando los pacientes tienen la opción de hacerlo.
El cáncer es una enfermedad cada vez más estudiada y comprendida, y ya son muchos los profesionales tanto en oncología como en salud mental (psicooncología) que dedican su vida a ayudar a las personas que lo padecen. El acompañamiento en estos momentos por personal calificado siempre puede ser un alivio que permita aligerar la carga de un momento tan difícil para quienes lo necesitan.
El maltrato en la pareja
El maltrato en la pareja consiste en cualquier acto de violencia física, sexual, emocional o económica por parte de un miembro de la pareja hacia el otro con el objetivo de ejercer un control total sobre la persona.
Se considera una de las formas de violencia contra las mujeres más extendida, y según datos del gobierno de España, 14,2% de mujeres ha sufrido violencia física y/o sexual por parte de una pareja. Es difícil precisar el número real de personas que sufren violencia en el ámbito de la pareja, ya que en numerosas ocasiones (ya sea por miedo a las consecuencias/represalias, no saber a quién acudir, falta de apoyo, estigmatización o esperanza de que la pareja cambie) no se denuncia. Esto es particularmente frecuente en casos en los que el maltrato es más difícil de probar o ver, como en el abuso emocional o psicológico.
¿Qué tipos de violencia se dan dentro del ámbito de la pareja?
Podemos dividir en cuatro categorías diferentes los subtipos de violencia ejercida en la pareja, dependiendo de la naturaleza del acto que se utilice para obtener la sumisión de la persona.
- Maltrato físico: Este tipo de violencia persigue provocar dolor físico, humillación y miedo a través de puñetazos, bofetadas, patadas, quemaduras, tirones de pelo, estrangulamiento, empujones o cualquier otra forma de abuso físico. Otras formas de violencia física son el uso de arma blanca de forma directa o como amenaza, la destrucción de objetos del hogar (lanzar objetos contra las paredes, pegar puñetazos al mobiliario, romper objetos preciados para la persona), coaccionar a consumir sustancias o alcohol, conducir de forma peligrosa, abandonar en lugares peligrosos para “enseñar una lección”, impedir recibir atención médica o impedir salir del domicilio.
- Violencia sexual: Consiste en obligar a la pareja a mantener relaciones sexuales (ya sea a través de la fuerza física, la manipulación o las amenazas) o practicar conductas sexuales humillantes para la dignidad de la persona sin su consentimiento. Otras formas de abuso sexual son la utilización de comentarios sexuales insultantes, la exigencia de mantener relaciones a pesar de estar enfermo o cansado, incluir a otras personas en actos sexuales sin consentimiento, grabar o fotografiar a la persona en situaciones sexuales sin permiso o utilizar dicho material de forma posterior con el objetivo de manipular o amenazar, o no considerar los sentimientos de la otra persona en situaciones sexuales.
- Maltrato emocional o psicológico: Es el uso de la manipulación emocional a través del menosprecio, intimidación, culpabilización, aislamiento, o agresión verbal para conseguir minar la autoestima de la persona y generar una sensación de miedo, inseguridad e indefensión. Es el tipo de violencia más extendido y más difícil de detectar. Los insultos, la crítica constante a la persona y sus habilidades, el control de los movimientos, la vigilancia de las comunicaciones con otras personas; desvalorizar el aspecto, opiniones, aficiones o características personales de la pareja; ridiculizar en público a la persona; mostrarse frío e indiferente o retirar el afecto; el uso de luz de gas para confundir, hacer pensar que se está loco o minimizar el abuso; aislar a la persona de sus seres queridos saboteando las relaciones o usando los celos y la desconfianza; amenazar con herir a sus seres queridos o mascotas; o amenazar con el suicidio son ejemplos de violencia psicológica.
- Abuso económico: Supone intentar que la pareja dependa económicamente del agresor controlando su acceso a sus propios ingresos, utilizar los ingresos de la persona sin permiso, tomar decisiones sobre la economía familiar o de la pareja sin consultar, restringir el acceso a su salario, o impidiendo tener un trabajo o acceder a estudios.
¿Cómo puedo saber si soy víctima de maltrato por parte de mi pareja?
En ocasiones es difícil identificar situaciones de violencia en la pareja, en especial si son formas más sutiles e insidiosas, como el maltrato emocional. Otra de las razones por las que resulta difícil de detectar es porque la escalada de violencia se produce de forma gradual, empezando por actos que son fáciles de ignorar y se van normalizando y naturalizando hasta permitir o invisibilizar formas de maltrato más graves.
Por último, los seres humanos tendemos a protegernos de ciertas realidades que nos dañan, por lo que la persona en situación de maltrato puede minimizar o negar el abuso para evitar confrontar el hecho de que la persona amada pretende ocasionar un daño con el fin de subyugar y controlar a la persona.
Para poder identificar si estamos sufriendo violencia por parte de nuestra pareja, podemos basarnos en comportamientos comunes que se dan en las víctimas de estas situaciones: empezar a ocultar cosas por miedo a la reacción explosiva y violenta de su pareja, evitar contradecir o expresar una opinión discordante, perder la confianza en la propia capacidad de decisión, sentir que se ha perdido el control de la propia vida, temor a ver o comunicarse con gente por miedo a la desaprobación o violencia de la pareja, acceder a tener relaciones sexuales sin ganas para evitar un conflicto, tolerar invasiones de la privacidad como acceder a que su pareja mire sus mensajes en el móvil, no poder tomar decisiones libres sobre cómo organiza su tiempo libre, qué come o que ropa se pone, aislarse de sus seres queridos (familia, amigos, compañeros de trabajo…), pedir permiso a su pareja para tomar decisiones, sentir que nada de lo que hace tiene valor, o miedo constante a cometer algún error que enfade a su pareja.
Otra forma de saber si estamos sufriendo maltrato es identificando el daño psicológico que este genera. El impacto de la violencia en el seno de la pareja incluye la destrucción de la autoestima, estrés crónico, abuso de sustancias o alcohol, alteraciones en el sueño y la alimentación, aislamiento social, depresión o apatía, miedo, cambios de humos abruptos, desesperanza o ideación suicida, problemas somáticos como cefaleas o desregulación gastrointestinal, sentimientos de inseguridad, vergüenza o culpabilidad constantes, o pérdida de confianza en su capacidad de funcionar como un adulto autónomo.
¿Cómo puedo lidiar con el impacto psicológico del maltrato?
Una de las formas de recuperarse del daño sufrido (una vez se esté en una situación segura que garantice la integridad física y emocional del individuo) es recibir asistencia psicológica. El trabajo de procesar emocionalmente el trauma sufrido será una piedra angular del trabajo terapéutico, pero también lo será la reconstrucción de la autoestima y confianza en uno mismo, además de trabajar los síntomas derivados del maltrato como la ansiedad, depresión o abuso de sustancias.
Departamento Psicológico, Psicoterapéutico y Coaching
Psicóloga
Adultos y adolescentes
Idiomas de trabajo: Español e inglés
¿Cómo identificar trastornos alimenticios en adolescentes? 12 señales que lo delatan
Los trastornos alimentarios son enfermedades complicadas que afectan a los adolescentes con una frecuencia creciente. Están clasificados como la 3era enfermedad crónica más común en mujeres adolescentes, con un tasa de aumento dramático durante las últimas tres décadas. Las causas de los trastornos alimentarios son ampliamente aceptados como una combinación de varios factores: genéticos, psicológicos y socioculturales.
Los trastornos alimentarios son patrones extensos de comportamiento impulsados por tremendo miedo, ansiedad y culpa de la persona que lo sufre.
Los tres principales trastornos alimentarios son: anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y trastorno por atracón
- La anorexia nerviosa es un trastorno alimentario en el que las personas mantienen un peso que está por debajo del promedio para su edad y altura. Gente con anorexia nerviosa tienen un miedo intenso a aumentar de peso, por lo tanto, siempre preocupado por la comida y con un cuerpo distorsionado imagen. Para mantenerse bajo de peso, pueden morirse de hambre, comer escasamente y con poca frecuencia, purgue los alimentos vomitando o usando laxantes, o hacer ejercicio en exceso.
- La bulimia nerviosa se manifiesta por una serie de excesos extremos y sentimientos de pérdida de control sobre la alimentación, seguidos de purgas u otros comportamientos para compensar la sobrealimentación como vómitos, ejercicio o uso de laxantes. Los atracones a menudo son hecho en privado porque la mayoría de las personas con bulimia nerviosa son de peso promedio o incluso un poco de sobrepeso, puede que no sea fácilmente evidente para los demás que algo anda mal.
- El trastorno por atracón se caracteriza por episodios recurrentes de comer en exceso y en secreto, pero no intente deshacerse de calorías una vez consumida la comida. Personas con atracones trastorno puede sentirse avergonzado o sentirse culpable por los atracones, pero sienten tal compulsión que no pueden detenerse. Estas las personas pueden tener un peso medio, sobrepeso u obesidad.
Características únicas de los adolescentes y el proceso de desarrollo de la adolescencia son a menudo consideraciones cruciales para determinar la diagnóstico, el tratamiento o resultado del trastorno alimentario.
Por lo tanto, cada adolescente debe ser considerado por separado y diferenciado de pacientes adultos con trastornos alimentarios. Es importante darse cuenta de que la lista de banderas rojas que figura a continuación servir como una guía, sin embargo, puede divergir para cada adolescente.
12 señales que lo delatan
- Inseguridad corporal
Tener pensamientos negativos u obsesivos sobre el tamaño o la forma del cuerpo. Preocupaciones o quejas persistentes sobre la gordura o la necesidad de perder peso. Comparaciones con otras personas y su forma / peso. (Sin embargo, los trastornos alimentarios son posibles sin inseguridad corporal).
- Ejercicio intenso y extremo
Obsesivo por hacer ejercicio, a veces incluso a diario. También, obsesivo con el ejercicio incluso cuando está lesionado, cansado o enfermo.
- Miedo a comer delante de los demás
Evita situaciones que incluyen comer frente a otras personas o en público. Volverse más evitativo, reservado, irritable o ansioso en el contenido de la comida (ej .: dificultad en la comida familiar o salir a comer) Da excusas acerca de no poder comer con amigos o familiares.
- Placer en la comida de los demás
Prepara comidas elaboradas para otros, especialmente alimentos con alta ingesta calórica que no comerá.
5. Cambios en apariencia y vestimenta
Pérdida de peso significativa o de nuevo. Caída importante de cabello, cabello seco o piel o vello facial o corporal excesivo. Además, muda de ropa estilo (por ejemplo: ropa más grande).
- Cambios fisiológicos
Desarrolla patrones de sueño inusuales (p. Ej., Insomnio) y alta sensible a las bajas temperaturas, se siente cansado la mayor parte del tiempo, la menstruación cambia o no la tiene (amenorrea). Además, el estreñimiento, el dolor de estómago y las caries dentales pueden ser signos de tener una disfunción eréctil.
- Restricción excesiva de alimentos
Considera ciertos alimentos o grupos de alimentos completamente prohibidos. Negarse a comer o poner excusas para no comer incluso hasta el punto de saltarse las comidas. Existe una preocupación incesante por hacer dieta y calorías.
- Miedo desproporcionado
Evita ciertos alimentos por miedo a ahogarse o por miedo a purgarse después de su ingesta.
- Purga
Puede compensar la comida ingerida a través de los vómitos, el uso de Abuso de laxantes o diuréticos. Tan pronto como termine la comida, salga la mesa inmediatamente para purgar.
- Comer en secreto
Grandes cantidades de comida desaparecen en breves períodos de tiempo. Además, acumular alimentos puede convertirse en parte de la enfermedad. Una persona puede almacenar grandes cantidades de alimentos en varios lugares donde los atracones típicamente pueden ocurrir para ellos: automóvil, casa, sala de descanso, etc.
Encontrar envoltorios o contenedores que puedan indicar secreto consumo de grandes cantidades de alimentos.
- Rituales alimentarios
Cuando llega el momento de comer en público, existe una fijación por cortar la comida en trozos muy pequeños o disponer la comida de cierta manera para que parezca que están comiendo, mientras que poca o ninguna comida es consumado.
- Aislamiento
Hay retiros de amigos, familiares y actividades habituales que solía disfrutar antes. Tiende a aislarse en la habitación y ponerse de mal humor, especialmente después de comer. Hay irritabilidad constante y bajo estado de ánimo persistente.
Si tu hijo / a o un amigo cercano que te importa ha cambiado su relación con la comida, se salta las comidas, se excusa para no comer, sigue una dieta muy limitante o se concentra compulsivamente en comer, podría estar sufriendo un trastorno alimentario. Si no se tratan, los trastornos alimentarios pueden provocar enfermedades graves e incluso la muerte. Aquellas niñas con un peso corporal más bajo pueden perder sus períodos menstruales, lo que posiblemente podría provocar osteopenia, una pérdida ósea temprana que puede provocar fracturas dolorosas. Además, los trastornos alimentarios están muy relacionados con otros problemas de salud graves, como las enfermedades renales y cardíacas. Por lo tanto, es importante que exprese sus inquietudes de manera afectuosa y cariñosa. Si es su hijo, hable con un profesional, ya que los adolescentes están especialmente en riesgo y la intervención temprana es clave.
Departamento Psicológico, Psicoterapéutico y Coaching
Psicóloga
Adultos y adolescentes
Idiomas de trabajo: Español e inglés