Tras la ruptura sentimental, el duelo amoroso- ¿qué me espera y cómo puedo manejarlo?

Tras la ruptura sentimental, el duelo amoroso: ¿qué me espera y cómo puedo manejarlo?

“¿Existe alguna cosa que no la acerque a mí y no me la recuerde? No puedo ni bajar la vista al suelo sin que sus rasgos se dibujen en las baldosas. En cada nube, en cada árbol, colmando el aire nocturno y refulgiendo de día a rachas en cada objeto, me veo continuamente cercado por su imagen.”

No es fácil acompañar a Heathcliff de Emily Bronte a lo largo de Cumbres Borrascosas y sentir su humillación, el desprecio al que lo someten, la hostilidad que desarrolla y sobre todo la desesperación ante el abandono de su Cathy: “A cada momento necesito recordarme a mí mismo que he de respirar, que ha de seguir palpitándome el corazón…”

Tal vez te reconozcas en las palabras de Heathcliff. ¿Te han dejado y todo te recuerda a tu ex? ¿El dolor te golpea tan fuerte que a veces te resulta difícil incluso respirar? ¿Sientes que Bill Withers no podía tener más razón cuando cantaba “Ain’t no sunshine when she’s gone”? Sigue leyendo porque también nosotros tenemos que hablar, hoy, del duelo amoroso.

¿Qué es el duelo amoroso?

Todos hemos experimentado en algún momento el fallecimiento de una persona: a lo mejor hemos perdido a un familiar o a un ser querido o hemos estado cerca de una persona que se ha visto obligada a decir el último adiós. En estos momentos, se inicia el proceso de duelo, entendido, a nivel general, como la manera de reaccionar ante la pérdida del vínculo con algo o alguien querido. Dicho proceso viene teñido de dolor, desolación, tristeza, incomprensión, rabia, a veces culpa y es inevitable, pero tiene una finalidad: la adaptación de la persona a la nueva situación.

Este desconsuelo también se presenta cuando hay una ruptura sentimental y es que puede llegar el momento en que el vínculo que nos unía con la otra persona haya cambiado tanto que no seamos capaces de reconocerlo y la relación llegue a su fin. Posiblemente la primera pregunta que nos venga a la cabeza sea…¿por qué? El amor puede haberse acabado, los problemas han ahogado la relación o millones de otras razones podrían contestar a esta pregunta. Lo que sí es cierto es que comienza el proceso de duelo amoroso.

El duelo amoroso puede entenderse como la reacción emocional de una persona cuando tiene que hacer frente al final de su relación sentimental. Existen ciertas diferencias respecto al duelo por fallecimiento:

    • No hemos perdido a la persona por completo, tan solo ciertos vínculos que nos unían con ella. Además es muy posible que nuestra ex pareja siga con su vida en un entorno cercano a nosotros por lo que, para coexistir, será fundamental redefinir la relación que teníamos.
    • Tenemos la sensación de que la ruptura es reversible y es posible por lo tanto recuperar a nuestra pareja, aunque sea esta una opción poco probable.
    • Transitan por el duelo, a diferente ritmo, dos personas que posiblemente tengan perspectivas de la relación distintas por lo que la comprensión entre ambas suele ser complicada a pesar de encontrarse en un proceso similar.

Entendido: cuando se termina la relación con una persona con la que manteníamos importantes vínculos, el duelo amoroso es algo natural e inevitable, pero… ¿Y qué me espera ahora? ¿A qué me tengo que enfrentar? Te voy a hacer un pequeño spoiler por si ayuda en medio de tanta incertidumbre: tal vez no sea un proceso fácil, pero el ser humano es inteligente y transitar por las diferentes emociones de un duelo amoroso nos ayudará a reajustar nuestro rol en nuestro entorno, a adaptarnos a la nueva situación y en definitiva, a superar la ruptura sentimental.

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Hablamos de cambios grandes por lo que conocer las diferentes emociones que pueden surgir puede ayudarnos en nuestro desasosiego inicial:

  • Negación: a veces nos lo veíamos venir y otras veces no pero un día nuestra pareja nos comunica que pese a los buenos momentos y a todas las cosas que hemos vivido juntos, quiere poner punto final a nuestra relación. La tristeza, el dolor y la incomprensión nos embargan. Cuando poco a poco vamos procesando lo que ha ocurrido, nos invade la angustia y la incredulidad. “¿Cómo hemos podido llegar a esto?” Anhelamos recuperar a nuestra pareja y tratamos de buscar explicaciones que den coherencia a lo que nos está sucediendo .
  • Ira: el dolor de la pérdida es cada vez más grande, tanto que resulta desalentador. Son muchos cambios en muy poco tiempo: nos damos la vuelta en la cama y ya no tenemos el calor de nuestra pareja, los WhatsApp se han reducido y ahora son escuetos y fríos o simplemente inexistentes, tal vez ahora tengamos que reorganizar nuestros planes para las vacaciones porque ya no somos dos. Y entonces nos embarga la ira que recluta toda nuestra energía y la utiliza para defendernos de todos estos cambios. Las decisiones que tomamos bajo el mando de la ira, suelen ser muy erráticas: nos dejamos llevar por la impulsividad e intentamos llamar la atención de nuestro ex o incluso nos puede invadir la euforia tratando de olvidar y pasar página como si la ruptura no fuese algo que nos afectase realmente. En ambos casos, nos centramos en el presente camuflando el dolor y nos resulta muy complicado tener en cuenta las consecuencias de nuestros actos.
  • Desesperanza: la idea de conseguir reconciliarnos con nuestra pareja parece más irreversible en este punto. La frustración y el dolor fruto de la pérdida que hemos sufrido despiertan una tristeza intensa que activa pensamientos muy pesimistas, llantos, cansancio, pérdida de interés por las actividades que antes nos hacían sentir bien…etc. A raíz de este estado de ánimo, solemos desvalorarnos a nosotros mismos y sentir que somos responsables de la ruptura, por lo que es frecuente revisar las conductas pasadas y centrarnos en lo que deberíamos haber hecho de manera diferente. Es el momento en el que suele aparecer la culpa. Dependiendo de las circunstancias de la ruptura, la culpa puede volcarse a estas alturas completamente en la otra persona dando lugar a sentimientos de resentimiento, de venganza e incluso de odio. Aunque es importante permitirnos sentir dolor por una pérdida importante, no podemos dejar que la tristeza nos entierre por completo y frene nuestro proceso de duelo amoroso.
  • Aceptación: cuando conseguimos alcanzar esta fase, recuperamos algo que se nos había arrebatado el día que nuestra pareja se alejó definitivamente: la alegría. En este momento, somos capaces de valorar de manera positiva tanto lo que estamos viviendo en el momento presente como nuestro futuro. En el duelo amoroso, es posible pasar a esta fase sin haber transitado por las emociones anteriores por diferentes razones: porque se comience otra relación amorosa que trastoque las emociones descritas anteriormente, porque la relación se revise y se vuelva a empezar, porque la persona goce de recursos personales que le permitan avanzar con rapidez… Llegados a este punto, es posible que se desarrollen ciertos miedos e inseguridades fruto de la ruptura y si bien el miedo es inherente a nuestra condición de humanos, no debemos dejar que tome el control de nuestra existencia.

¿Por qué duele tanto?

En el duelo amoroso además de todas esas emociones que hemos descrito anteriormente, no siempre gratas, tenemos que tener en cuenta otros factores importantes:

El apego

Podemos imaginar el apego como un conjunto de lazos que nos unen con nuestra pareja. Tendremos un lazo para la sexualidad, otro para las expectativas, otro para las responsabilidades… Cuando nuestra relación se termina, algunos de esos lazos se cortan en ese mismo momento, como por ejemplo ese en el que está escrito “estamos juntos”, sin embargo otros muchos siguen uniéndonos como por ejemplo el del cariño. Al poner distancia de por medio, los lazos siguen sin deshacerse y los nudos se tensan hasta el punto en que ahogan el alma.

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La representación negativa de nuestra ex-pareja

Nos encontramos por lo tanto aún unidos a una persona por la que aún tenemos una representación positiva que fuimos formando a lo largo de nuestra relación pero por la que tal vez también se está construyendo una representación negativa a raíz del sufrimiento que nos genera la ruptura sentimental. Nos encontramos así, en una situación absurda que no ayuda a superar el duelo amoroso.

La interpretación de la ruptura

Solemos buscar una explicación coherente que nos permita reorganizar el caos en el que estamos sumergidos. El problema es que esto supone ser conscientes de que nos hemos desnudado (más allá del sentido literal) ante una persona que se ha ido, recordar las cosas malas por las que pasamos, las cosas buenas que ya no tenemos y en este proceso nos enfrentamos constantemente al dolor de la pérdida que puede llegar a absorbernos.

El autoconcepto

Es la imagen que tiene una persona de sí misma. A medida que la relación avanza, es frecuente que fusionemos nuestro autoconcepto con el de nuestra pareja. Cuando la ruptura altera nuestro ritmo de vida, tenemos que pasar del nosotros al yo, que había quedado relegado a un segundo plano. Este proceso implica sentimientos de indefensión, vacío o confusión que acompañan al sentimiento de que hay algo malo en ese yo, razón por la cual nos han dejado. Nuestro autococepto por lo tanto debe redefinirse en un momento en el que se debilita nuestra autoestima, complicándose la toma de decisiones, la planificación de tareas o la capacidad para actuar.

¿Qué puedo hacer para gestionar mi duelo?

Para superar el duelo amoroso y por lo tanto reajustar nuestro rol en la nueva realidad se recomienda:

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  • Dar el lugar adecuado a lo que sentimos: reprimir las emociones no hará que nos sintamos mejor, al contrario, es posible que explotemos con más facilidad, nos encontremos más bajos de ánimo, nos sintamos más estresados y al final gastaremos mucha energía para nada. Respetemos nuestro ritmo y transitemos por las diferentes emociones sin miedo.
  • Mantener el menor contacto posible con la ex pareja: a veces es difícil, especialmente cuando tenemos hijos en común, pero el contacto puede hacer que el duelo amoroso sea aún más complicado, especialmente cuando va seguido de bucles infinitos de preguntas que nos hacemos a nosotros mismos, de análisis pormenorizados de los encuentros que no llevan a nada o de asociaciones a conceptos como “fracaso” o “abandono”. Esto implica no revisar las redes sociales de nuestra ex-pareja ni dejar que nos pongan al día los amigos en común.
  • Reflexionar sobre las oportunidades de cambio y crecimiento personal que se plantean en este nuevo camino: el duelo no tiene por qué ser un proceso aversivo. Al contrario, supone una muy buena oportunidad para explorar nuestras necesidades y capacidades así como para decidir cómo queremos evolucionar a partir de este momento. Recuerda que con cada oportunidad perdida, se abre un nuevo horizonte de posibilidades.
  • Retomar las actividades que nos hacían sentir bien y que dejamos de lado porque no teníamos tiempo: Tal vez sea un buen momento para incrementar la frecuencia de estas actividades, aprovechando el tiempo libre que te ha dejado la ruptura sentimental.

Aunque hemos comentado que el objetivo del duelo amoroso es conseguir adaptarse a la nueva situación, en algunos casos, los duelos no resultan adaptativos y sentimos que el malestar emocional tras la ruptura es demasiado intenso. En ese caso, la mejor recomendación es que acudas a un profesional que te pueda ayudar a afrontar tu experiencia.

Sobre la autora

Ana López es psicóloga sanitaria en Sinews y pasa consulta en español, inglés y francés. Está especializada en infancia y adolescencia pero también trata adultos en procesos de duelo, con problemas de autoestima, ansiedad, estrés o depresión entre otros. Trabaja desde un enfoque contextual que adapta a las demandas de cada paciente. Para ella es fundamental que estos encuentren en consulta un espacio cálido en el que no se sientan juzgados y puedan identificar qué dirección quieren marcar en su vida.

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¿Cómo dejar de preocuparse por el futuro?

¿Y si suspendo el examen? ¿Y si no consigo trabajo? ¿Y si me diagnostican con cáncer? ¿Y si…? Preocuparse por el futuro es una experiencia común para muchas personas. Puede ser difícil desprenderse de lo desconocido y de las cosas que están fuera de nuestro control. Sin embargo, preocuparse por el futuro puede provocar estrés y sentimientos de ansiedad, entonces ¿por qué seguimos preocupándonos por el futuro cuando nos hace sentir mal?

Como humanos, tenemos una capacidad increíble para pensar, analizar y resolver problemas. Nuestra capacidad para anticiparnos los retos futuros nos ayuda a prepararnos, asegurándonos de que muchas de las cosas incómodas que potencialmente podrían ocurrir al final no sucedan, ya que pensamos en ello, nos preparamos o pudimos evitarlo. Esto es algo estupendo, sin embargo, muchos de nosotros hemos empezado a exagerar este proceso, lo que ahora nos hace sentir muy estresados y ansiosos.

¿Por qué pienso demasiado si eso me estresa?

Hay muchas razones diferentes por las que podemos pensar en exceso, pero algo que vemos con frecuencia en la clínica es que imaginar cosas que puedan ocurrir en el futuro nos da una falsa sensación de control y disminuye la incómoda sensación de incertidumbre que puede suponer no saber lo que vaya a ocurrir. Si podemos pensar en todo lo que podría ocurrir, es posible que estemos más preparados para afrontar la situación temida anticipadamente, e incluso que disminuya la probabilidad de que lo que tememos ocurra realmente. Sin embargo, en muchos casos, lo que imaginamos que podría ocurrir nunca vaya a suceder, y anticiparlo e imaginarlo nos hace sentir aún más ansiosos.

¿Cómo dejar de preocuparse por el futuro? 2

Entonces, ¿cómo puedo intentar dejar de preocuparme por el futuro?

Céntrate en lo que puedes controlar: invierte tiempo y energía en lo que realmente puedes controlar. Hay muchas cosas en la vida que están fuera de nuestro control, pero podemos aprender a controlar mejor nuestras reacciones y respuestas. En lugar de preocuparte por lo desconocido, céntrate en lo que puedes controlar y actúa cuando puedas. Por ejemplo, no puedes controlar si aprobarás un examen o conseguirás un trabajo, pero puedes controlar si estudias (algo que aumentará la probabilidad de aprobar el examen), o si envías solicitudes de empleo (lo que aumentará la probabilidad de conseguir un trabajo).

Intenta hacerte tres preguntas:

  1. ¿Tengo alguna evidencia de que vaya a ocurrir lo que me preocupa? Ésta puede ser una pregunta difícil de responder, ya que a menudo se nos da muy bien encontrar pruebas donde no las hay. ¿Encuentras alguna prueba de lo contrario? ¿Ha ocurrido antes? ¿Les ha ocurrido a otras personas? Fíjate si puedes encontrar afirmaciones alternativas que parezcan más probables, por ejemplo "es difícil encontrar trabajo, pero ya lo he conseguido antes, puede que tarde un poco". Si no hay pruebas de nuestra preocupación, entonces es mejor que pensemos en las alternativas o afirmaciones más apropiadas y probables.
  2. En el caso de que encuentres pruebas que apoyen tu preocupación, pregúntate si es realmente importante. ¿Serían tan terribles las consecuencias? ¿Afectaría a muchas áreas de tu vida? ¿Podrían ir bien las cosas aunque ocurriera lo que te preocupa? A menudo, damos demasiada importancia a cosas que al final podrían no importar a largo plazo, por lo que es importante que evaluemos si esto tendrá realmente un impacto significativo en nuestra vida, y si no es así, entonces no es útil que sigamos pensando en ello.
  3. Si puedes encontrar tanto evidencia como importancia a tus preocupaciones, pregúntate si es útil para ti seguir preocupándote por ello. ¿Te ayudará a resolver tus problemas seguir pensando en ello? ¿Cambiará algo? ¿Provocará una acción que cambie las consecuencias? ¿Te hace sentir bien? Si la respuesta es no, entonces es mejor que pienses en las cosas con las que realmente puedes hacer algo. Si la respuesta es sí, estupendo, pongamos acción y sólo pensemos en ello cuando realmente vayamos a hacer algo al respecto.

Busca ayuda

Puede ser muy difícil dejar de preocuparse por el futuro. Si te cuesta dejar de hacerlo y está empezando a afectar a distintas áreas de tu vida y tu bienestar, puede ser útil buscar el apoyo de un psicólogo. Puede ayudarte a desarrollar habilidades y estrategias de afrontamiento para gestionar tus preocupaciones y miedos de una forma más útil, de modo que sólo te preocupes cuando te resulte útil.

Sobre la autora

Amalie Hylland es psicóloga sanitaria en Sinews. Está especializada en el análisis y modificación de la conducta, trabajando con adolescentes y adultos. Tiene experiencia en trabajar con varias problemáticas, incluyendo el manejo de la ansiedad, fobias y pensamientos rumiativos, el desarrollo de habilidades asertivas y sociales, la autoestima, procrastinación, autolesiones y la conducta obsesiva compulsiva. Su orientación es terapia conductual, integrando técnicas y herramientas basadas en la evidencia para ayudar el cambio de los pensamientos, emociones y conductas que nos causan problemas.

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Errores comunes de pronunciación en inglés en hispanohablantes

Errores comunes de pronunciación en inglés en hispanohablantes

Como profesora de inglés para hispanohablantes nativos desde varios años, mi oído ha estado especialmente expuesto a la influencia que a veces la pronunciación española puede tener en la pronunciación inglesa. He podido captar algunos de los sonidos que a menudo oigo confundir a mis alumnos. Es normal, el inglés es un lenguaje muy confuso. Hay un montón de reglas y muchas excepciones, por lo que puede resultar un poco agobiante a la hora de aprenderlo. Hay algunas diferencias clave entre el inglés y el español que lo hacen aún más complicado. El español es una lengua fonética, así que lo que normalmente ves en el papel es exactamente lo que oirás decir. Por desgracia, el inglés no funciona así, la mayoría de las veces la ortografía y la pronunciación no coinciden. Así que, naturalmente, los hispanohablantes utilizan sus propias palabras y reglas fonéticas como muleta, y muchas veces acaban pronunciando la palabra inglesa como si fuera una palabra española.

Acentos y pronunciación

Los acentos pueden ser encantadores, cuentan algo de la historia de una persona, dicen de dónde viene y dónde ha estado. Los acentos se perciben en la voz y en la forma de combinar las palabras. Aunque ciertos errores de pronunciación pueden cambiar el significado que el mensajero intenta transmitir, y eso, a veces, puede meter a alguien en problemas. Si eres una persona que se comunica en un idioma que no es tu lengua materna o dominante, tu objetivo es ser un comunicador eficaz en ese idioma. Es difícil hacerse entender bien cuando cometes errores que no te permiten transmitir lo que quieres decir.

¿Por qué son difíciles los acentos?

Es normal cometer errores de pronunciación cuando se habla una lengua distinta de la materna, ya que se emiten sonidos que normalmente no sueles hacer y a veces hay que cambiar la estructura de la forma en que se dicen las cosas. Cada lengua tiene sus propias reglas y su propio ritmo, así que dependiendo de las similitudes entre dos lenguas se determinará el nivel de dificultad de la pronunciación. Cuando se aprende un idioma en la escuela, a menudo no se enseña bien la pronunciación. Se dedica mucho tiempo al vocabulario y a la gramática, y se suele prestar muy poca atención a la pronunciación. La exposición al lenguaje verbal es muy importante, hay que saber escuchar e identificar los sonidos de una lengua antes de poder producirlos. La pronunciación es una habilidad, no un conocimiento, hay que practicar mucho antes de llegar a dominarla.

¿En qué puede beneficiarme trabajar mi acento?

Trabajar tu acento no sólo te ayuda a que te entiendan mejor, sino también a comprender mejor. A veces no te das cuenta de que cometes ciertos errores de pronunciación, y eso es probablemente porque no puedes identificar esos sonidos difíciles cuando te están hablando.

Trabajar tu acento puede ayudarte:

  • Sonar más claro.
  • Aumentar la comprensión.
  • Sonar más natural.
  • Sonar más inteligible.
  • Hacerte sentir más seguro de ti mismo.

¿Cuáles son algunos sonidos difíciles para los hispanohablantes?

Consonantes:

Los grupos de consonantes se ven habitualmente en inglés. Se trata de un grupo de sonidos consonánticos sin vocales entre ellos. Por ejemplo, como en las palabras splash, spoon, breakfast y worked. Dependiendo de la colocación del grupo de consonantes y de la combinación de consonantes, la pronunciación de los grupos de consonantes puede resultar complicada para los hispanohablantes.

  • Varias palabras empiezan con el sonido s en español, como en solo, sala, sentir, pero cuando el sonido s va seguido de una consonante como en Spain, school y stay suelen añadir un sonido vocálico al principio y se pronuncian como espain, eschool y estay.
  • Los grupos de consonantes se encuentran a veces al principio y en medio de una palabra, como en fresa, espuma y hombre, pero no al final. Por lo tanto, cuando se ven grupos de consonantes al final de la palabra en inglés, como en must, wind y help, a veces cortan uno de los sonidos finales y lo pronuncian como mus, win y hel.

Sustitución de la z por la s

Esto se remonta a cuando mencioné que el español es una lengua fonética. Hay muchas palabras en inglés que se deletrean con la letra s pero acaban emitiendo el sonido z, como cousin, has y season. Estas palabras deberían pronunciarse como cuzin, haz y seazon, pero como no hay sonido z en español, los hispanohablantes acaban pronunciando las palabras como se escriben.

Errores comunes de pronunciación en inglés en hispanohablantes 3

Sustitución del sonido v por el sonido b

El inglés distingue claramente entre la pronunciación de la v y la de la b. Puedes oírlo en palabras como very y berry, y en vote y boat. En español la v y la b suenan exactamente igual, como en basta y vasta y en haber y a ver, la ortografía es diferente pero la pronunciación es la misma. Los hispanohablantes tienden a seguir esta misma regla fonética cuando hablan inglés.

El sonido H

La letra h al principio de una palabra es muda en español, por ejemplo, en las palabras hora, huevos y hermana. No se oye en absoluto, por lo que las palabras en inglés que empiezan con h, como en house, suelen pronunciarse -en una gran parte de España- con j, como en julio. Palabras como happy, hello y how, suelen pronunciarse como jappy, jello, jow.

El sonido th

En inglés, la th puede pronunciarse de dos maneras come en than (con vibracion) y en think (sin vibración). La th sin vibración puede oírse en algunas partes de España, pero no en todos los países hispanohablantes.

  • La th con vibración de las palabras than, they y these adoptan la d y suenan como dan, day y dis.
  • La th sin vibración, como en las palabras think, thunder y thorn, adoptará la t y sonará como tink, tunder y torn.

Vocales

Hay la misma cantidad de letras vocálicas en inglés y en español, pero hay muchos más sonidos vocálicos en inglés que en español. Además, el inglés y el español no comparten ningún sonido vocálico, lo que explica por qué a muchos hispanohablantes les cuesta oír y pronunciar la diferencia en algunas palabras, por ejemplo, en sheep y ship. El español no distingue las vocales por su longitud, todas son cortas. Esto se puede oír en palabras como peso y piso, y en hambre y hombre, el sonido vocálico cambia, pero la longitud sigue siendo la misma. En inglés hay algunas vocales cortas y otras largas, puedes oír las diferencias en las palabras hide (larga), y hid (corta) y en pool (larga), y pull (corta) el sonido vocálico y la longitud cambian.

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Estos son algunos de los errores de pronunciación más comunes que se suelen escuchar en los hispanohablantes. Eso no quiere decir que sean sonidos difíciles para todos. Es importante recordar que tener acento no es malo, pero también es posible que quieras trabajar tu pronunciación para convertirte en un comunicador más eficaz y sentirte más seguro al hablar. La pronunciación requiere mucha práctica y exposición, y puede resultar difícil cuando se trabaja solo. Con mucha dedicación y entrenamiento puedes cambiar tu pronunciación y mejorar tu inteligibilidad.

Sobre la autora

Jarrisvette, es del sur de Texas, de los Estados Unidos. Trabajó como asistente de Logopeda en Brownsville, Texas y luego se trasladó a España para cursar un Máster en Educación Bilingüe y Multicultural en la Universidad de Alcalá en Alcalá de Henares. Ha estado viviendo en España durante 4 años y trabajando como auxiliar de conversación con una amplia variedad de edades. Actualmente trabaja como logopeda en Sinews y está encantada de formar parte del equipo.

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¿Puede estar mi hijo/a desarrollando un trastorno de alimentación?

¿Puede estar mi hijo/a desarrollando un trastorno de alimentación?

En España, alrededor de 300.000 adolescentes y adultos jóvenes de entre 12 y 24 años sufren algún tipo de trastorno de la conducta alimentaria, según datos de la Asociación Española para el Estudio de los Trastornos de Conducta Alimentaria (AEETCA).

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria o TCA por sus siglas, son trastornos psicológicos relacionados a alteraciones en la ingesta alimentaria, la imagen corporal y el peso que pueden afectar los ámbitos físicos, psicológicos, sociales, familiares y académicos/profesionales de la persona que los padece.

Los TCA son trastornos complejos, por lo que no existe un único factor que ocasione su aparición, sino que son de origen multifactorial, en donde confluyen una variedad de factores genéticos, personales, familiares y sociales.

¿Puede estar mi hijo:a desarrollando un trastorno de alimentación? 1

Los trastornos alimentarios más frecuentes en adolescentes son la anorexia, la bulimia y el trastorno por atracón. La anorexia, se caracteriza por una restricción de la ingesta alimenticia que ocasiona una pérdida considerable de peso. La bulimia, se caracteriza por una restricción de la ingesta alimentaria, con episodios de consumición de una cantidad elevada de alimentos en poco tiempo, seguido de vómitos autoinducidos. El trastorno por atracón se caracteriza por ingerir una cantidad muy grande de alimentos en poco tiempo con sensación de pérdida de control, sin emplear posteriormente métodos para compensar lo comido, por lo que frecuentemente está asociado a una ganancia de peso.

Aunque los trastornos de la conducta alimentaria pueden aparecer a cualquier edad, la adolescencia es un período de especial vulnerabilidad por la gran cantidad de cambios físicos, mentales y sociales, por lo que los TCA tienen una mayor incidencia en esta etapa de la vida, especialmente entre los 12 y los 18 años, aunque cada vez es más frecuente que la edad de inicio sea más temprana.

A continuación, se encuentran algunos signos de alerta que te pueden ayudar a identificar si tu hijo está sufriendo un trastorno alimenticio.

Señales de alarma relacionadas a la comida

  • Comer a escondidas.
  • Evitar comer con la familia.
  • Saltarse comidas o comer porciones pequeñas.
  • Ayunar (no comer por un período de tiempo)
  • Comer grandes cantidades de alimentos en un corto período de tiempo.
  • Interés excesivo por contar calorías, dietas, gramos de grasa y composición de los alimentos.
  • Crear “rituales de comida” (por ejemplo, masticar cada bocado un cierto número de veces, desmenuzar la comida en trozos muy pequeños, comer muy lentamente).
  • Eliminar grupos enteros de la alimentación (por ejemplo, los hidratos, dulces o grasas).
  • Desaparición de comida en casa.
  • Control y supervisión de la preparación de los alimentos en casa.

Señales de alarma relacionadas al peso y la apariencia física

  • Pérdida de peso injustificada.
  • Ganancia de peso muy rápidamente.
  • Preocupación o miedo a aumentar de peso.
  • Culpa por su peso o después de comer.
  • Sensación de sobrepeso, a pesar de tener un peso normal.
  • Evitar ir a la playa o a la piscina.
  • Esconder el cuerpo con ropa muy grande o amplia.

Señales de alarma relacionadas a conductas

  • Practicar ejercicio en exceso.
  • Sentir malestar intenso si no puede realizar deporte.
  • Pesarse con mucha frecuencia o por el contrario tenerle miedo a la báscula.
  • Llevar un registro exacto del peso corporal y calorías consumidas.
  • Ir al baño inmediatamente después de las comidas.
  • Estado de ánimo depresivo.
  • Irritabilidad.
  • Aislamiento social.
  • Dificultad de concentración.
  • Hiperexigencia en ámbitos académicos o deportivos.
  • Perfeccionismo.
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Cuándo acudir al especialista

Si tu hijo presenta alguno de éstos síntomas es importante consultar con un profesional de la salud mental lo más pronto posible, ya que un diagnóstico y tratamiento temprano aumenta las probabilidades de éxito y son un factor de pronóstico favorable. Puede que tu hijo sólo presente uno de los indicadores, pero ante la duda es mejor acudir a un especialista para así poder descartar o confirmar la presencia de un trastorno de la conducta alimentaria.

Cómo es el proceso de diagnóstico del especialista

El proceso de evaluación diagnóstico de un trastorno de la conducta alimentaria incluye una entrevista inicial con el paciente, así como con sus padres en caso de niños y adolescentes. En esta entrevista se realiza una historia clínica detallada para conocer la historia de desarrollo del paciente, los síntomas actuales relacionados a la conducta alimentaria, la presencia de otros posibles síntomas relacionados al estado de ánimo y personalidad así como los antecedentes médicos y psiquiátricos familiares.

Igualmente se suelen realizar tests psicológicos específicos de los trastornos alimenticios que evalúan imagen corporal, conducta alimentaria y hábitos de alimentación. De igual manera es importante realizar una exploración física para conocer la estatura, peso, índice de masa corporal y otros parámetros médicos de la persona.

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Cómo hablar con mi hijo si identifico alguna de las señales de alarma de un trastorno alimenticio

Es importante comprender que los niños y adolescentes que sufren de un trastorno alimenticio tienen poca conciencia del problema y si la tienen por lo general sienten vergüenza de ello y lo intentan esconder o negar. Aquí hay algunos consejos para abordar el tema con ellos:

  1. Busca un momento y lugar tranquilo para tener una conversación en un ambiente relajado y que invite al diálogo. Puede ser en un paseo a solas con tu hijo o durante un momento distendido del fin de semana. Evita las horas de las comidas o cuando estén otros miembros de la familia presentes.
  2. Expresa tus preocupaciones sobre los cambios que has observado en relación a su conducta alimentaria o estado de ánimo sin emitir juicios de valor. Evita comentarios relacionados a su apariencia física o su peso y enfócate en expresar tu preocupación por cómo se siente y por su salud.
  3. Proporciona información precisa y comprensible sobre los trastornos alimenticios, su tratamiento y la importancia de recibir ayuda profesional. Le puedes explicar que el papel del psicólogo es ayudarlo a comprender qué le ocurre y a sentirse mejor consigo mismo, y que lo que le cuente al psicólogo es confidencial.
  4. Ofrécele un espacio seguro para que pueda expresar sus preocupaciones, pensamientos, emociones y preguntas sin interrupciones ni juicios. Al escucharlo, pregúntale qué puedes hacer para apoyarlo y qué necesita.
  5. Practica la paciencia y compasión: puede que tu hijo tenga miedo o resistencia inicial de acudir a un especialista por lo que es importante tener paciencia durante este proceso a la vez que constancia. Si rechaza inicialmente ayuda no insistas en ese momento. Deja pasar un tiempo para volver a hablar con el o ella expresándole que puede acudir a ti para cualquier pregunta o preocupación que le surja. Evita reproches, castigos, dramatizar o tomártelo personal.

Los trastornos de la conducta alimentaria son uno de los trastornos psicológicos más frecuentes en niños y adolescentes. Si tu hijo desarrolla un trastorno alimentario es importante no culpabilizarse ni sentir vergüenza, ya que son trastornos mentales complejos en donde no hay responsables directos sino que tienen un origen multifactorial.

Si identificas uno o varios de los indicadores de trastornos alimenticios en tu hijo es importante acudir a un especialista lo más pronto posible ya que una intervención temprana aumenta las probabilidades de éxito del tratamiento. La familia tiene un rol clave tanto en la detección inicial de señales de alarma como en el proceso de recuperación. Afortunadamente, los trastornos de la conducta alimentaria tienen solución. Con un adecuado acompañamiento profesional y tu cariño, apoyo y paciencia tu hijo puede superar un trastorno alimenticio.

Sobre la autora

Verónica Sarria es psicóloga sanitaria en Sinews. Está especializada en trastornos de la conducta alimentaria y obesidad, trabajando con adolescentes y adultos. De igual manera trata otras problemáticas como ansiedad, depresión, duelo, autoestima y problemas en relaciones interpersonales, entre otros. Su orientación es cognitivo conductual pero integra herramientas y técnicas de otras corrientes según las necesidades de cada paciente, gracias a su formación en mindfulness, mindful eating, teoría del apego y terapia sistémica (de familia).

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¿Está tu hijo/a preparado/a para hablar?

¿Está tu hijo/a preparado/a para hablar?

Jarrisvette Villarreal estudió ciencias y trastornos de la comunicación en Texas en la universidad de Texas A&M en Kingsville. Trabajó como asistente de logopeda en Brownsville, Texas por 1 año y medio. Despues se trasladó a España para cursar un Master en Educación Bilingüe y Multicultural en la Universidad de Alcalá en Alcalá de Henares. Ha estado viviendo en España durante 4 años y trabajando como auxiliar de conversacion con una variedad de edades dentro del sistema escolar. Actualmente trabaja como logopeda en Sinews y está muy contenta de formar parte del equipo.

¿Nota que su pequeño aún no habla? ¿Se pregunta por qué? ¿Ha investigado mucho sobre cómo estimular el habla, pero no lo consigue? Quizá deberíamos dar un paso atrás y preguntarnos: ¿están preparados para hablar? ¿Han adquirido las habilidades prelingüísticas que sientan las bases de las palabras?

A medida que los bebés crecen, sus capacidades cambian. Los bebés son como esponjas: absorben muchas cosas durante sus primeros años de vida. Pasan de ser recién nacidos que solo duermen, a niños que caminan y hablan. No ocurre de la noche a la mañana, hay muchas cosas que suceden entre estas dos fases. “Baby steps,” como se dice en inglés, poco a poco van pasando pequeños cambios y aprendiendo a convertirse en niños que caminan y hablan. Siempre celebramos los grandes cambios, como cuando pronuncian su primera palabra o dan sus primeros pasos. Es increíble ver cómo aprenden y crecen, pero es fácil pasar por alto los pequeños cambios. Los pequeños cambios son los que los llevan a caminar y hablar, son las habilidades que sientan las bases para que se produzcan las palabras y los pasos.

Sabemos que cada bebé es diferente y se desarrolla a su propio ritmo, así que quizá no todos alcancen ese hito a la «edad indicada». Sin embargo, hay ciertas habilidades que un bebé debe adquirir antes de alcanzar ese hito. Algunos niños necesitan más ayuda y orientación para adquirirlas.

Competencias prelingüísticas

Las habilidades prelingüísticas son requisitos previos para el habla y el lenguaje. Son un conjunto de habilidades que se van desarrollando en niños con un desarrollo normal y en niños con trastornos del lenguaje. Es posible que estas habilidades no aparezcan en el mismo orden en todos los niños, pero lo harán antes de que aparezca el lenguaje. Estas habilidades son las que utilizan los niños para comunicarse antes de ser capaces de formar palabras. Para que el niño esté preparado para hablar, las habilidades prelingüísticas deben ser constantes y estables.

¿Cómo puedo saber si mi hijo está preparado para hablar?

Por suerte para nosotros, Laura Mize, logopeda, tiene una serie de podcasts increíblemente detallados que describen las habilidades prelingüísticas. Élla habla de «11 habilidades que un niño pequeño debe usar antes de que surjan las palabras». Nos ayuda a entender qué son, cómo identificarlas y por qué son importantes.

Las habilidades mencionadas en su podcast son:

  1. Responde a los acontecimientos del entorno: ¿se da cuenta de las cosas que le rodean? Los niños deben ser capaces de procesar las cosas que oyen y ven. Deben ser conscientes de lo que les rodea y reaccionar ante ello.
  2. Responde a las personas: ¿le interesan las personas? Los niños deben interactuar con la gente, responden cuando les llames por su nombre, o te buscan para que juegues con ellos.
  3. Desarrolla una capacidad de atención: la capacidad de atención de los niños pequeños suele ser de 3 a 6 minutos. Pueden fijarse en algo si les interesa. Se quedan con ello un rato y se dan la oportunidad de ver cómo funciona.
  4. Muestran atención conjunta: pueden compartir el momento. Pueden utilizar un juguete contigo y desplazar su atención del juguete a ti.
  5. Juega con juguetes: los niños pequeños aprenden jugando y utilizando juguetes. Los juguetes son significativos para ellos. ¿Saben jugar adecuadamente con los juguetes? Por ejemplo: hacer rodar un coche de juguete por el suelo.
¿Está tu hijo:a preparado:a para hablar? 1
  1. Comprenden y utilizan los primeros gestos: ¿se comunican con el cuerpo? ¿Saben decir adiós, decir sí o no con la cabeza, pueden seguir un punto?
  2. Entienden las primeras palabras y siguen instrucciones sencillas: ¿reconocen los nombres de personas conocidas o cosas que utilizan a diario? Si dices ”¿dónde está papá? o ¿quieres agua?”, ¿Lo entenderán
  3. Vocaliza: ¿son ruidosos? Los niños pequeños deben emitir sonidos intencionados con su voz, antes de poder hablar.
  4. Imitan acciones, gestos y palabras: copian lo que tú haces: utilizan un juguete de la misma forma que tú, aplauden cuando tú aplaudes.
  5. Inicia la interacción: toma la iniciativa para llamar tu atención: quieren jugar contigo, intentan que los mires o que cojas algo para ellos.
  6. Toman turnos: pueden juagar contigo a pasar la pelota o con un cochecito.

Estas son las 11 habilidades que debe desarrollar un niño pequeño antes de empezar a hablar. Cada una de estas habilidades son esenciales para el desarrollo del lenguaje. Los niños pequeños deben tener estas habilidades firmemente establecidas para que las palabras fluyan.

Puedes escuchar la primera parte del podcast pinchando aquí y la segunda parte pinchando aquí.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a prepararse para las palabras?

Como uno de los padres, usted es quien mejor conoce a su hijo. Sabe lo que es capaz de hacer y lo que no. Debe ser capaz de identificar si estas habilidades están presentes, son constantes y fuertes para que surja el lenguaje. Si falta alguna de estas habilidades, o no son muy consolidadas, hay que centrarse en ellas y reforzarlas para preparar a su hijo para que surgan las palabras.

Las preguntas que debemos hacernos cuando intentamos determinar cómo ayudar a nuestros hijos a hablar son:

  • ¿Cuáles de estas habilidades están presentes en mi hijo? ¿Cuáles no?
  • ¿Cuáles de estas habilidades aparecen constantemente? ¿Cuáles sólo de vez en cuando?
  • ¿Cuáles son fuertes? ¿Cuáles necesitan más trabajo?

Debemos determinar cuáles de estas habilidades necesitan refuerzo y cuáles hay que introducir. Una vez que sepamos a qué dirigirnos, podremos trabajar con nuestros pequeños para prepararlos para las palabras.

Las habilidades prelingüísticas desempeñan un papel fundamental en el desarrollo del lenguaje. Los niños deben desarrollar todas estas estas habilidades antes de que empiecen a hablar. Si nuestros pequeños hablan tarde, debemos examinar esta lista y determinar qué les falta, y trabajar esas habilidades con ellos. Es importante que no nos saltemos ningún paso que nos lleve a la comunicación. No queremos presionarles para que digan palabras cuando todavía no están preparados. Tenemos que prepararlos para que lo logren, dándoles las herramientas que necesitan para el lenguaje. Una vez alcanzadas estas once habilidades, podemos centrarnos en hablar con palabras.

¿Deberíamos ir a un logopeda?

¿Está tu hijo:a preparado:a para hablar? 2

Algunas personas le dirán «no se preocupe, las palabras le saldrán solas, todavía es muy pequeño». Aunque a veces sea cierto, no siempre es así. Es estupendo que te informes y aprendas más sobre cómo ayudar a tu hijo. Tú eres el experto en tu hijo y quien mejor lo conoce, así que si tienes el presentimiento de que necesitas buscar ayuda, no hay nada malo en ello. Cuanto antes reciban el apoyo que necesitan, mejores serán sus resultados.

Sinews, Hacemos Fácil lo Difícil
Sinews MTI
Instituto de Terapia Multilingüe
Psicología, Psiquiatría, Logopedia
Cita en la Clínica

Posibles desafíos para madres y padres de hijos autistas

Posibles desafíos para madres y padres de hijos autistas

Nerea Arranz es psicóloga focalizada en el área de infanto-juvenil, con amplia experiencia en neurodiversidad, especialmente autismo y sus comorbilidades. Su objetivo es entender la situación general de las familias y trabajar con los padres y el colegio para fomentar su rol como agentes de cambio. Utiliza técnicas basadas en la evidencia científica para proponer intervenciones adaptadas a las necesidades y fortalezas de cada persona.

Siempre dicen que ser padre o madre no viene con un manual de instrucciones, esto se hace más real cuando uno o varios de tus hijos viven en un mundo que no ha sido diseñado para ellos, como es el caso que se da en el autismo. Este artículo tiene como objetivo introducir y nombrar en una serie de desafíos que se pueden plantear cuando el autismo forma parte de tu familia. No pretende ser una lista elaborada y completa donde todos tengamos que cumplir criterios, son retos que puede que se experimenten y puede que no. Si eres un padre o madre de un hijo/a autista y no te has sentido identificado con lo que se plantea en este blog o sientes que ha faltado nombrar otros retos en el camino, estaríamos encantados de escucharte, porque cada comentario, opinión e historia compartida abre nuevos interrogantes y nos ayuda a comprender más sobre la diversidad que existe en el autismo.

¿Qué entendemos por autismo?

El autismo es una condición con sus fortalezas y necesidades que afecta la manera en la que el cerebro procesa información del entorno, y por tanto, cómo se relaciona con él. El autismo es considerado una discapacidad y figura en el manual diagnóstico y estadístico DSM-5 como trastorno del neurodesarrollo. Existen muchos mitos sobre el autismo, pero uno clave es entender que el autismo no es lineal. No se tiene más o menos autismo, se es o no se es autista.

Esta imagen propuesta por @autism_sketches pretende hacer entender de manera visual como aproximarse a esta condición que aunque implique un reto vivir con ella, también inspira, despierta curiosidad, compasión y nos abre la mente a entender maneras distintas de comunicarse y experimentar el mundo que nos rodea:

El autismo en sí es un desafío y cuando es la primera vez que pasa en una familia, viene acompañado de sentimientos intensos, y profundos, hasta el punto de que podría describirse como algo abrumador. Es posible que genere dudas y grandes interrogantes que os acompañaran a lo largo del desarrollo de vuestros hijos e hijas.

Todos somos diferentes. No hay algo que se entienda como la manera “correcta” de pensar, ser, aprender o comportarnos. El autismo se encuentra dentro del concepto de Neurodiversidad, la cual describe diferencias en el neurodesarrollo, con sus fortalezas y sus retos. La Neurodiversidad es también un movimiento social que busca reducir el estigma entorno a condiciones como el autismo. A las personas autistas les gusta utilizar términos como neurodivergente o neurodiverso para referirse a esta diferenciación en el desarrollo del cerebro. Un desarrollo que cambia y afecta a diferentes áreas de una persona, y que irá variando en el tiempo.

Entonces, ¿Cuáles serían esos retos a los que se pueden enfrentar los padres? Aquí os planteo una serie de preguntas que puede que os hayáis hecho o sí empezáis a notar diferencias en el desarrollo de vuestros hijos, os estéis haciendo:

1. ¿Por qué me pasa esto a mí?

El primer y uno de los mayores desafíos es comprender que significa autismo para tu hijo/a y aceptar que está pasando. Se dice que muchas veces no podemos ver las cosas que no comprendemos y, por tanto, reconocer que tu hijo/a está mostrando signos de una diferenciación en el desarrollo es de por sí un reto. Sobre todo, por la incertidumbre que genera. Pero también, porque es muy probable que ya te hayas imaginado una posible vida con tu hijo, que ahora te están diciendo, que no vas a poder vivir. Esto suele vivirse como un duelo. En este proceso de aceptación hay un bache en el camino, y es que se desconoce la causa del autismo. El no poder entender el origen de las cosas, genera falta de control y esa falta de control puede terminar paralizando el cómo nos enfrentarse a lo que viene después, el cómo vivimos el presente y por tanto el cómo nos comportamos con esos hijos que no supimos que iban a ser como son.

¿Qué se puede hacer?

  • Escuchar de aquellas personas con neurodiversidad, ellos saben de primera mano que puede significar autismo. El autismo es una condición de por vida, esto significa que no sólo hay niños con autismo, hay adultos con autismo. Entre estos adultos, encontramos un número de personas cuyo objetivo es sensibilizar sobre la neurodiversidad y por tanto tenemos a nuestro alcance información de primera mano de cómo se vive con esta condición. En este artículo puedes leer sobre cómo varios tiktokers en el espectro autista están educando sobre ello y en esta charla se explica cómo una persona dentro del espectro autista ve el mundo. También puedes seguir a Sara Codina, que publica contenido sobre el tema o a Ian.
  • Reunirse con otros padres o madres que también estén viviendo un momento similar o que ya hayan pasado por ello. Es decir, participar de una comunidad donde se encontrará compresión y conocimiento. Al final es encontrarse con otros que han estado en un punto parecido por el que tú estás pasando. La manera más fácil es buscando asociaciones específicas del espectro autista en el lugar donde residas. Si aún no estás en ese momento en el que eres capaz de hablar sobre la realidad en la que vives, siempre puedes empezar leyendo o escuchando el cómo otras personas describen esta experiencia de ser padres de un niño con necesidades especiales. Te dejamos tres vídeos para ampliar la información: en este vídeo se cuenta a través de una métafora de un viaje, en este otro cuentan cómo cambiar la narrativa mental cuando se recibe un diagnóstico de autismo y en este una madre cuenta cómo le enseñó a su hijo a ver el mundo.
  • En esta web puedes ver las asociaciones que hay en España, en esta otra web también las que hay a nivel regional y te dejamos también la web de la Federación Española de Autismo.

2. Esto se llama espectro autista, ¿y ahora qué?

Mientras se intenta procesar ese duelo está ocurriendo al mismo tiempo una demanda, la necesidad de buscar un apoyo y unos servicios que estén familiarizados con la neurodiversidad. La idea de poder tomar una decisión sobre qué es lo mejor para tu hijo, sin llegar aún a comprender lo que le ocurre, es un reto de por sí.

Por tanto, buscar servicios y apoyo puede ser un proceso complicado y desalentador, ya que hay muchas opciones y no siempre es fácil saber qué opción es la mejor para vuestra familia. Entre esos caminos en los que un padre o madre se encuentra, está el camino de intentar que tu hijo/a se parezca como sea a los demás, que es el objetivo de las terapias más antiguas, aquellas que entendían el autismo como algo a corregir. Pero también está el camino de aceptar que uno puede ser diferente y trabajar desde esas fortalezas. Enseñarle habilidades que vayan a ayudarle a relacionarse en la sociedad en la que vivimos, pero sin cambiar aspectos fundamentales de su persona. Para poder distinguir, que es lo que ofrecen los distintos tratamientos, y que puede ser mejor para el niño o la niña, hay que comprender y entender más sobre autismo y que significado se le da dentro de una familia.

Además, para ayudar a las personas autistas, los padres y madres deben involucrarse en utilizar estrategias en cada aspecto de la rutina, a veces casi en cada minuto del día. Esta gran demanda del adulto se hace muy difícil de compaginar con otras responsabilidades y derechos de la vida adulta. Muchos de los servicios y los posibles tratamientos, además no se ofrecen desde el servicio público, por tanto, el costo y la disponibilidad también jugarán un papel en el nivel de ayuda que cada niño pueda recibir.

Por eso es importante esa frase de Menos es más. Empezar poco a poco con lo que puedas involucrarte (rutina y estabilidad, juego, comunicación, alimentación, etc.) y tomate cierto tiempo para conocer y confiar en esas personas que quieren guiarte en cómo ayudar a tu hijo/a. La consistencia será clave, pero si tú no confías en lo que te recomiendan, es difícil encontrar la fuerza para continuar probando estrategias que nunca funcionaran de inmediato. Hay que dejar pasar tiempo e insistir en ellas para empezar a ver resultados, por eso es mejor ir paso a paso, porque habrá muchos aspectos que abarcar.

Hay que dejar pasar tiempo e insistir en ellas para empezar a ver resultados, por eso es mejor ir paso a paso, porque habrá muchos aspectos que abarcar.

Aquí tienes más información sobre los diferentes tratamientos:

3. ¿Hasta dónde va a cambiar la vida que imaginaba?

En el camino que empieza tras reconocer que hay una diferencia y tras oír la palabra autismo, encontramos otro desafío. El cómo equilibrar la vida familiar y la vida del niño/a autista: El autismo suele venir acompañado de inflexibilidad, es de hecho uno de los criterios diagnósticos. Esta inflexibilidad, especialmente cuando aún los autistas son niños, va a llevar a los padres y madres a tener que tolerar o introducir cambios en el día a día que no se esperaban. Además de que muchas veces recae sobre hermanos u hermanas que tienen mayor tolerancia o capacidad de espera y comprensión.

La dificultad de alcanzar ese equilibrio puede generar sentimientos de impotencia, dolor y enfado. Así como una oportunidad para que los padres y madres desarrollen habilidades inimaginables para poder cubrir las necesidades de diferentes miembros de la familia. El cambio en la manera en la que nos enfrentamos al día a día va a ayudar a encontrar ese equilibrio, poder observar y diferenciar cómo potenciar la autonomía del niño/a e identificar qué cosas hay que hacer para él en vez de por él, nos acercarán a ese equilibrio.

Todo esto conlleva una carga cognitiva para los adultos, que puede acompañarse por una sensación de agotamiento, que genere rechazo o necesidad de alejarse del núcleo familiar para buscar un respiro o tal vez, todo lo contrario, una activación y reactividad donde no se permite que otros cuiden de tus hijos. Muchos profesionales, hacen gran hincapié en el autocuidado, pero la realidad es que al principio es muy difícil encontrar ese espacio para cuidarse a uno mismo y donde poder aceptar que habrá que sacrificar deseos por poder asegurarse de que tu hijo/a alcance su mayor potencial, a la vez que conseguir que nadie más en el resto de la familia pase desapercibido, incluso uno mismo.

Es importante considerar que dar lo mejor de ti, va a ser suficiente, para construir paso a paso un mundo que no esperabas.

Posibles desafíos para madres y padres de hijos autistas

4. ¿Por qué no me entienden los demás?

Entre todo ese cúmulo de sentimientos, se presenta un desafío mayor y es la emoción de la soledad. El autismo cada vez es una condición más común pues su incidencia está aumentando, pero eso no significa que tus familiares y allegados lo conozcan o entiendan.

Las conductas impredecibles que suelen darse cuando un niño/a autista tiene que enfrentarse a un nuevo lugar, son como un recuerdo constante de que vuestra familia es distinta. Por tanto, actividades como ir al parque, cenar fuera o visitar un museo, lugares donde hay otros niños con un desarrollo aparentemente esperado, te recordarán lo que no estás viviendo.

La comunidad neurodiversa tiene aún mucho camino por delante para ayudar a otras personas a entender que no existe sólo una manera de experimentar el mundo. Y que, por tanto aquellas conductas que nos resultan atípicas son también válidas. En esta web puedes leer más información sobre neurodiversidad.

Pero todos, incluso tú habrás experimentado rechazo ante lo que desconoces. Esto significa que en muchas ocasiones al ser padre o madre de un hijo/a en el espectro, vas a vivir ese rechazo y discriminación en primera persona. Tendrás que esforzarte en poder separar que esos sentimientos que te trasmiten otros, esas miradas o comentarios tienen más que ver con los demás y no tanto contigo. El poder separar que surge de la ignorancia o el miedo, te ayudará a cultivar coraje en tu camino.

Encontrar el valor de enfrentarte a una sociedad que no está diseñada o familiarizada con la diversidad no es fácil, y puede llevar incluso años. Recuerda que, aunque tengas la oportunidad de sensibilizar a los demás sobre el autismo, es una responsabilidad que no tienes que autoimponerte. Siempre hay diferentes maneras que tal vez funcionen mejor para ti, aunque suelen incluir la búsqueda de ayuda en los demás, ya sea profesional o informal, y que tal vez pueda cambiar esa sensación de malestar, a la que muchos se refieren como soledad.

Posibles desafíos para madres y padres de hijos autistas

5. Pero, ¿qué es una conducta atípica?

La neurodiversidad conlleva comportarse de una manera que no suele ser aceptada o esperada en el contexto social y cultural donde se encuentra el niño/a. Es común, que, en el trascurso de su desarrollo, los niños autistas presentes lo conocido como conducta desafiante. Lo primero que hay que entender es que esta palabra no se refiere a que el niño sea desafiante, sino a que su conducta supone un desafío para el adulto. La responsabilidad de gestionar estas conductas recae en el adulto y por tanto el reto está en poder comprenderlas. Aprender a gestionar estas conductas, las emociones que se generan en los adultos y como responder a ellas es uno de los mayores retos de la neurodiversidad.

Mientras te vas familiarizando con el significado que tendrá el autismo para tu familia, me gustaría proponerte una serie de preguntas que puedes hacerte cuando estás conductas ocurran. Cuando no entiendas algo que tu ha hecho tu hijo/a, puedes preguntarte:

  1. ¿Es esto autismo?
  2. ¿Qué está pasando en el entorno? ¿Es suficientemente predecible para el/ella? ¿Qué nivel de estimulación tiene?
  3. ¿Cuántas demandas ha experimentado mi hijo/a lo largo del día de hoy?
  4. ¿Qué ocurre cuando actúa así? ¿Le ayuda a obtener algo este comportamiento o le ayuda a evitar algo?
  5. ¿Qué hago yo para mantener este comportamiento?
  6. ¿Qué habilidad necesitaría para conseguir lo mismo, pero de una manera menos desafiante para mí?
  7. ¿Qué puedo hacer la próxima vez para prevenirlo?

Puedes leer más en este blog, en este artículo y en esta guía.

Para concluir, quería compartir una frase del Dr. Stephen Shore, autista y profesor estadounidense defensor de que se entienda y comprenda el autismo. Él dijo:

Si conoces a una persona autista, sólo conoces a una persona autista.

Así como el autismo se experimenta de manera tan diferente de persona a persona, esto también se refleja en los retos a los que cada padre tendrá que enfrentarse. Es importante recordar que esto es algo que no tiene uno porque hacer sólo, que puede buscarse acompañamiento para explorar los interrogantes que el autismo genera en cada padre o madre, sino buscar maneras prácticas que adoptar en el día a día para aumentar la calidad de vida de toda familia.

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Reseña de película: Los renglones torcidos de Dios (2022)

El éxito literario escrito por Torcuato Luca de Tena en 1979 ha llegado a la pantalla grande tomando el mismo nombre de la novela que tanto ha conseguido enganchar a los lectores a lo largo de los años. Luca de Tena, con Los renglones torcidos de Dios, nos hace adentrarnos en un thriller psicológico en el que el lector no podrá parar de leer, pues los interrogantes se acumulan en su cabeza y difícilmente puede dejar esas preguntas para la próxima lectura. La película, por su lado, engancha a la audiencia con una serie de argumentos de la mano de la protagonista, que generan interrogantes. Los saltos en el tiempo nos harán reflexionar sobre la veracidad de los hechos.

Breve sinopsis de la película

La novela, y su homónima película, nos cuenta que Alice Gould, una investigadora privada, ingresa en un sanatorio mental por encargo de un cliente para esclarecer las circunstancias de un asesinato. Para ello, Alice se documenta sobre una enfermedad mental, la paranoia. Tras un exhaustivo estudio de este trastorno Alice decide ingresar como un paciente que sufre de ello. Recordemos que en la época en la que la novela está ambientada, la mujer tenía que pedir el permiso del marido para ciertas cosas, por lo que Alice engaña a su marido para que firme la solicitud de ingreso al centro.

A lo largo de las páginas y los minutos de la película, los lectores y audiencia irán tomando decisiones sobre la fiabilidad de lo que en un momento parecía muy evidente, la cordura de la protagonista de esta historia. Pero para el autor del libro y el director de la película, la cordura y la locura están separadas por una línea muy fina y así nos lo hacen saber a lo largo de los minutos que pasamos enfrascados en esta historia.

Símil con la realidad

Según cuenta el propio autor de la novela, para poder escribir el libro, tuvo que internarse voluntariamente durante 18 días en una institución psiquiátrica para así poder ajustarse a la realidad de lo que realmente se vivía entre esas paredes. Finalmente, en la dedicatoria que incluye en el libro quiere agradecer a toda la comunidad médica su labor y tenacidad para “enderezar” a esos renglones torcidos de dios, los pacientes que él mismo conoció y en los cuales se inspiró para crear esta novela.

El interés que puede generar esta novela, y su posterior adaptación cinematográfica, en la sociedad no solo radica en un simple pasatiempo sino que a su vez, acerca a la sociedad el avance que ha experimentado la psiquiatría y la psicología desde la época en la que se enmarca esta historia de suspense. Las distintas enfermedades o condiciones de los pacientes mostradas en la película y el libro, acercan la salud mental a todo aquel ajeno al campo de la salud, si bien en algunos casos no de la forma más acertada. El lector o la audiencia podrá experimentar cómo afecta la mente sobre la fisiología, cuáles eran las técnicas utilizadas para distintos trastornos e incluso, cómo se trataba a los pacientes de esas instituciones. A día de hoy nos podrían parecer indignas o abusivas, pero no debemos perder el foco de los grandes avances que se han conseguido en estos campos para aumentar la dignidad de los pacientes y su seguridad sin privarlos de la libertad que va intrínseca a la condición humana.

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Por qué acudir a un nutricionista

¿Por qué acudir a un nutricionista?

Según la Ley de ordenación de profesiones sanitarias (LOPS) el Dietista-Nutricionista es el profesional sanitario legalmente habilitado para desarrollar actividades relacionadas con la alimentación de las personas, adaptándolas a las necesidades fisiológicas y/o patológicas de las mismas, y proporcionar consejo y tratamiento dietético.

Actualmente vivimos en la era de la información y cada vez es más fácil encontrar en revistas, periódicos y por supuesto, en internet, consejos y recomendaciones de temática variada sobre nutrición. Sin embargo, es muy importante tener en cuenta que no toda la información que encontramos disponible es veraz y está actualizada. Es más, todo este torrente informativo se caracteriza por su ambivalencia, es decir, lo que en una fuente puede aparecer como beneficioso en otra aparece como perjudicial, por lo que se pueden encontrar argumentos para defender una postura, así como para desmentirla, con la misma facilidad. De ahí la importancia de acudir a un profesional Dietista-Nutricionista que nos dé recomendaciones individualizadas y siempre bajo la evidencia científica.

¿Qué es exactamente un dietista-nutricionista?

Es frecuente que cuando las personas escuchan la palabra nutricionista, lo primero que se les viene a la cabeza es “pérdida de peso” y “hacer dieta”. Sin embargo, un dietista-nutricionista es un profesional sanitario cuyas funciones van mucho más allá de todo eso, ya que es un experto en nutrición y dietética que se encarga no solo del tratamiento nutricional de un amplio rango de patologías, y abordaje nutricional en distintas etapas de la vida, sino también de la gestión de calidad y seguridad alimentaria y, algo muy importante, de la prevención de enfermedades relacionadas con la alimentación y el estilo de vida.

Un dietista-nutricionista te proporcionará recomendaciones individualizadas, no solo teniendo en cuenta la situación general del paciente, esto es, patología, edad, etapa de la vida y otras situaciones personales, sino también adaptar las recomendaciones a la cultura del paciente.

¿Cuándo debería acudir a un dietista-nutricionista y en qué me podría ayudar?

Estos son algunos de los motivos por los que deberías acudir a consulta:

  • Cambio de hábitos alimentarios, para ayudar a la prevención de patologías relacionadas con el estilo de vida como la diabetes mellitus de tipo 2, hipercolesterolemia o hipertensión arterial, así como ayudar al manejo de las mismas una vez han sido diagnosticadas. En estos casos, la nutrición es la primera línea de actuación y en los casos en los que es necesaria terapia farmacológica, también continúa siendo una parte muy importante durante el tratamiento.
  • Situaciones específicas como embarazo o lactancia, en las que la nutrición cumple un papel tan importante. En estas etapas de la mujer los requerimientos están aumentados y es esencial asegurar un buen aporte de todos los macro y micronutrientes.
Por qué acudir a un nutricionista
  • Abordaje nutricional en las distintas etapas de la vida, desde la infancia hasta la edad anciana, tanto en contexto de salud como de enfermedad, y siempre teniendo en cuenta las peculiaridades de las distintas etapas.
  • Alimentación infantil. Asesoramiento en la transición de la lactancia exclusiva a la alimentación complementaria, es decir, cómo y en qué momento introducir paulatinamente los distintos sólidos. También con el famoso baby-led weaning (BLW), que tan en auge está desde hace unos años: precauciones, beneficios e inconvenientes, qué alimentos y cómo cocinarlos, texturas de los mismos y mucho más.
  • Mejora del rendimiento en deportistas, con el fin de adaptar las recomendaciones en función del tipo de disciplina deportiva y requerimientos individuales, así como valorar la necesidad de suplementación con el fin de mejorar rendimiento y objetivos.
  • Patologías digestivas: intolerancia a la fructosa y sorbitol, sobrecrecimiento bacteriano (también conocido como SIBO), intolerancia al gluten no celíaca, celiaquía, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa.
  • Tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria o cuando hay una relación negativa con la comida. El nutricionista te ayudará a aprender a comer de todo sin miedo, a desterrar mitos y mejorar la relación con la comida.
  • Abordaje nutricional en otras patologías como enfermedad renal o cáncer es los que la nutrición también juega un papel esencial. También problemas hormonales como amenorrea hipotalámica.
  • Aprender a comer saludable y educación nutricional. No tienes que estar enfermo o una situación específica para decidir acudir a un nutricionista. A veces simplemente una persona sana quiere aprender a comer o cambiar sus hábitos.
  • Alimentación vegetariana. Ya sea por los animales, por el medio ambiente o por cualquier otra razón personal, a veces una persona decide eliminar los productos animales de su alimentación, de una manera más o menos estricta. En cualquier situación (ovolactovegetariano, vegano…) un nutricionista puede ayudarte a realizar el cambio de manera progresiva y sustituir todos esos productos animales por opciones vegetales que te permitan llevar una alimentación saludable cubriendo todos los nutrientes y evitando déficits.

En resumen, la salud es muy importante y por ese motivo deberíamos ponerla en manos de un profesional cualificado y titulado para asegurarnos que las recomendaciones dietéticas son coherentes y adaptadas en virtud de las circunstancias individuales de cada paciente.

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Kit de Herramientas de la Terapia de Superhéroes para ayudar tu hij@ a lidiar con situaciones difíciles

Kit de Herramientas de la Terapia de Superhéroes para ayudar tu hij@ a lidiar con situaciones difíciles

Terapia de superhéroes, ¿eso existe?

Janina Scarlet PhD, adaptó una intervención basada en la evidencia llamada Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y la convirtió en la terapia favorita de los amantes de los superhéroes, con la intención de ayudar a niñ@s y adultos a manejar sus síntomas de depresión, ansiedad, estrés postraumático y otras condiciones de salud mental. El objetivo de ACT y la Terapia de Superhéroes es ayudar a las personas a aprender a tener una relación más saludable y flexible con sus pensamientos, emociones y otros eventos privados significativos. Lo que a su vez les permitirá entender quiénes quieren ser y avanzar hacia lo que es verdaderamente valioso para ellos.

Trabajar en valores con niñ@s puede ser una tarea muy desafiante debido a su trasfondo tan abstracto. Pedirle a niñ@s o adolescentes que hagan lo que es importante por encima del dolor o la incomodidad puede parecer imposible. Afortunadamente, ahí es donde los superhéroes son útiles. Desde el marco de ACT, un terapeuta puede ayudar a un paciente a relacionarse con un superhéroe, comprender el origen de ese superhéroe y discutir cómo ese superhéroe ha superado muchos de sus propios desafíos (probablemente relacionados con lo social, emocional o psicológico) al realizar acciones que lo dirigen hacia sus valores. Motivar a los niñ@s a conectarse con la historia de un superhéroe les permitirá jugar con diferentes perspectivas que pueden ayudarlos a aclarar lo que es importante para ellos.

Entonces, ¿cómo podemos usar la terapia de superhéroes en nuestra vida cotidiana?

Idealmente, la Terapia de Superhéroes debe usarse como una guía para que los terapeutas que usan intervenciones basadas ​​en evidencia las apliquen en niñ@s o adultos en sesión. Sin embargo, como dijo el creador de Marvel Comics, Stan Lee: “La persona que ayuda a los demás simplemente porque es necesario y porque es lo correcto, es, sin duda, un verdadero superhéroe”. Así que tomemos nuestras capas y saquemos a nuestro superhéroe interior.

1 – Busca un superhéroe con el que tu hij@ pueda relacionarse. ¿Puedes pensar en un superhéroe o un personaje con el que tu hij@ pueda identificarse? También puede ser su personaje favorito, no tiene por qué ser un superhéroe en el sentido estricto de la palabra. Puede ser cualquier personaje de su libro, película o serie favorita. Incluso puede ser un miembro de la familia o una persona en su vida que admire, o un personaje que pueda tener una historia de origen o una lucha con la que pueda conectar.

Por ejemplo, para la Dra. Scarlett fue Tormenta de X-Men. Cuando era muy joven, la Dra. Scarlet estuvo expuesta a una explosión nuclear porque vivía en un pequeño pueblo cerca de Chernóbil. Esto tuvo efectos increíblemente debilitantes en su salud. Para empeorar las cosas, sus síntomas estaban fuertemente influenciados por el clima: si hacía calor, le sangraba mucho la nariz, si estaba húmedo, le daban migrañas o convulsiones, etc. Cuando tenía doce años, su familia decidió mudarse a los Estados Unidos, pensando que la situación mejoraría estando lejos de la radiación, pero allí enfrentó otro tipo de problemas. En la escuela, sus nuevos compañer@s de clase no podían entender por lo que había pasado y tuvo que soportar un intenso acoso escolar. La llamaban “radiactiva” o “contagiosa” y sus compañer@s tenían miedo de tocarla o estar cerca de ella. Esto la hizo sentir completamente sola y deprimida. Pero todo cambió cuando vio X-Men. Los «Super Mutantes» la hicieron sentir menos sola, especialmente cuando descubrió a Tormenta, una superheroína que podía controlar el clima, un superpoder que siempre deseó tener, ya que, su propia enfermedad dependía del clima.

¿Hay algún superhéroe que pueda hacer que tu hij@ se sienta un poco menos solo en el mundo? ¿Un personaje que aman o admiran? Puede ser Batman, Superman, Harry Potter, Katniss Everdeen, incluso una princesa de Disney, un personaje de Encanto, Frozen o series de anime. Cualquier personaje que puedan pensar.

2 – ¿Cuál es su superpoder? Trata de averiguar qué es lo que le gusta tanto a tu hij@ de este personaje. ¿Qué superpoderes tienen? ¿a qué problemas se ha enfrentado y qué han necesitado para superarlos? ¿Qué características han enganchado a tu hij@ a este personaje?

Esta es una conversación que también puedes tener con niñ@s más pequeños, es posible que no sean tan claros como l@s mayores, pero si te dicen que les gusta Batman porque es bueno para salirse de aprietos, hay un par de características que puedes sacar de eso como: inteligente, bueno resolviendo problemas, rápido, fuerte. Siempre hay algo detrás de la respuesta obvia, lo cual es realmente valioso, pues estos superpoderes pueden ser la ventana a los valores de tu hij@.

3 – Diario de superhéroes. Una vez que hayas encontrado los superpoderes que tu hij@ admira, es importante que se traduzcan en acciones. Encuentra una manera en la que tu hij@ y tú puedan ser un poco más como Superman, Batman, Elsa, Katniss o cualquier personaje que hayan elegido. Para que sea más divertido, introdúcelo como misiones que tienen que cumplir y tengan un Diario de Superhéroe donde tu hij@ puede dibujar o escribir todas las misiones que ha completado como su superhéroe, para que en momentos difíciles pueda volver y recordar todo lo que es capaz de hacer.

4 – Encuentra un Mentor de Superhéroe. Cada Superhéroe tiene un compañero o un mentor que lo apoya durante sus misiones. Batman tiene a Alfred, Harry Potter tiene a Ron y Hermione, Ironman tiene a Jarvis y Katniss tiene a Haymitch. Anima a tu hij@ a encontrar un compañero o un mentor, puede ser un miembro de la familia, un amig@, una mascota o incluso un terapeuta. Sinews puede ser una gran fuente de asesoramiento, contamos con un gran grupo de terapeutas infantiles que con gusto aprovecharán la oportunidad de ser un mentor de superhéroes.

5 – Todo historia de superhéroe comienza con dificultades. Por último, pero no menos importante, recuérdale a tu hij@ que todos los superhéroes tienen una historia de origen que suele implicar algún tipo de dificultad. Batman perdió a sus padres, Harry Potter no solo perdió a sus padres, tuvo que soportar la horrible familia que le quedaba, Hulk estuvo expuesto a la radiación, entre otros desafíos. Estas historias los convirtieron en los superhéroes que son, las dificultades los ayudaron a desarrollar los increíbles superpoderes que todos admiramos. Entonces, si tu hij@s siente que la vida es un poco desalentadora, recuérdale que esto que tanto les preocupa le convertirá en un asombroso superhéroe.

Referencias:

Scarlet, J. (2017). Superhero Therapy: Mindfulness skills to help teens & young adults deal with anxiety, depression and trauma. New Harbinger. 

Washington, K. (2019, April 25). What is superhero therapy?. Denver Health Blog. https://www.denverhealth.org/blog/2019/04/what-is-superhero-therapy

Sinews, Hacemos Fácil lo Difícil
Sinews MTI
Instituto de Terapia Multilingüe
Psicología, Psiquiatría, Logopedia
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La importancia de poner límites y cómo hacerlo: niños y adolescentes

La importancia de poner límites y cómo hacerlo: niños y adolescentes

Nos encontramos a diario con situaciones de «desobediencia» por parte de los niños. Es normal y necesario que ocurra cuando el niño está en los momentos de afianzamiento de su individualidad. Y más ante personas con las cuales la implicación emocional es intensa, por lo que no debemos sentirnos como víctimas.

Siempre hay dificultades y contradicciones a la hora de educar a los niños, pero tengamos presente que la falta de constancia y claridad para transmitir las normas hace niños inseguros y nerviosos (más crisis, rabietas, y caprichos). Quienes conviven con el niño tienen que ponerse de acuerdo respecto a las normas y pautas educativas que le van a pedir.

Si la desobediencia es continuada, debemos pensar que el niño no está feliz, que está pidiendo ayuda.

¿Por qué a veces nos provocan?

El niño pierde los límites con facilidad, lo que le angustia, entonces convoca al adulto para ver si nos pasa lo mismo y para saber con nuestro ejemplo cómo hay que reaccionar. Lo que le tranquiliza es ver nuestra seguridad (no es que esté pidiendo un azote para calmarse).

Los adultos debemos ir adaptando nuestra autoridad al nuevo individuo que va creciendo, con deseos y derechos propios que se topan con las limitaciones correspondientes a los deseos y derechos de los demás.

¿Para qué sirven los límites?

Durante todo el crecimiento el niño necesita unos límites y normas que le ayuden a conocer sus posibilidades, saber hasta dónde puede llegar y lo que se espera de él. Se trata de proporcionarles un marco de referencia y no tanto de cómo hacer cuando el niño se pone «imposible».

Los límites ayudan a crecer, mientras que los castigos crean ansiedad y baja autoestima. A través de ellos, puedes enseñar a tu hijo o hija autodisciplina; aprenderá a lidiar con sus propias responsabilidades sin ser recordado, desarrollando estrategias para imponerse límites a sí mismo.

Los primeros límites tienen que ver con los cuidados que se proporcionan al bebé en la atención a sus necesidades básicas, y le permiten ir diferenciando poco a poco lo que es él de lo que son los demás, lo interno y lo externo, con lo que podrá avanzar en la organización de su personalidad.

Los límites también ayudarán al niño a aprender a lidiar con emociones incómodas como la frustración, el enfado, el aburrimiento o la tristeza. Cada límite es una oportunidad para aprender a gestionar emociones.

A través de los límites, enseñamos a nuestro hijo o hija que nos importa. Muy a menudo, los niños ponen a prueba nuestros límites para ver como reaccionarán los adultos. Implementar consecuencias negativas por romper las normas muestra que el adulto no está dejando que la situación se descontrole, creando seguridad en el niño.

Gracias a los límites, aprenderá a ser capaz de aplazar la satisfacción inmediata de sus deseos, lo que favorece la convivencia y la socialización. También podrá avanzar en su autonomía, desde el control externo que le proporciona el adulto hasta desarrollar sus propios criterios, siendo responsable de sus actos y dueño de sí.

¿Cómo poner límites?

A la hora de poner límites, debemos tener en cuenta ciertos factores que nos ayudarán a hacerlo correctamente:

  • Tener claro que los límites son necesarios para el niño
  • Mostrarnos tranquilos cuando solicitamos o prohibimos algo al niño, así estará más dispuesto a cumplir lo que se le pide. Es decir, no esperemos a poner límites cuando ya han superado nuestra paciencia.
  • Si ante una pequeña frustración el niño reacciona con una rabieta, debemos esperar a que se le pase, contenerle físicamente si hay riesgo de que se lastime, y después poner en palabras lo que ha sucedido («te has enfadado por…»).
  • Cuando prohibimos algo, podemos ofrecerle la alternativa permitida. Saber brindarle alternativas le ayuda a aprender a decidir.
  • Es mejor seleccionar y establecer lo más prioritario que le vamos a pedir, y esperar  a que esté conseguido antes que intentar que respete nuevas normas. Ni desgastar nuestra autoridad ante detalles intrascendentes, ni caer en el extremo del «dejar hacer» para todo.
  • Ofrecer explicaciones o razones para fundamentar las exigencias («se puede romper… «puedes hacerte daño… «no es tuyo…») sin intentar justificarnos. 
  • No caer en intentar discutir el porqué del límite. Basta con dar una explicación razonada de la expectativa que tenemos, a veces el silencio es una herramienta poderosa.
  • Pocas consignas, pero claras y expresadas en forma positiva (las consignas negativas invitan al rechazo, crean más resistencias y ganas de transgredirlas). Es decir, exprésale lo que quieres, no lo que no quieres.
  • Que las normas sean adecuadas al nivel madurativo del niño (asegurarnos que el niño las entiende) Coherentes, no contradictorias, ni arbitrarias. Y además, han de ser verdad.
  • El límite hay que ponerlo a tiempo y hacer que el niño lo conozca, incluso que sepa cuánto tiempo dispone para reaccionar ente la norma propuesta. No siempre podemos exigir obediencia inmediata en cuanto intentamos poner un límite, ya que no buscamos un sometimiento sino un aprendizaje. 
  • Involucra a tu hijo o hija en la creación de los límites o las normas de la casa. De esta manera, no sólo están motivados para seguir los límites y las rutinas al haber participado en su creación, sino que además están aprendiendo habilidades para resolver problemas.
  • Intentemos no mezclar las distintas situaciones; no es el mejor momento para «enseñar» normas cuando dedicamos un rato a disfrutar a través del juego y la conversación.

Poner límites en adolescentes

En adolescentes, ser capaz de poner límites es una de las mejores formas de mejorar la comunicación y generar más confianza, para así poder reducir los conflictos. A estas edades, saber establecer y moldear límites (quizás de cuando eran más pequeños) obliga a reconocer el hecho de que tu hijo o hija está creciendo y que necesita que el control establecido cuando era más pequeño se afloje y adapte a sus nuevas circunstancias para que pueda madurar.

Es especialmente importante en adolescentes que el límite esté muy claro; se puede utilizar la siguiente fórmula:

Límite o regla (lo que no se permite) + excepciones a la regla + consecuencias de no cumplir

Puntos importantes para tener en cuenta al poner límites en adolescentes:

  • Sé consistente con las normas, es de especial importancia estar de acuerdo con todas las personas de la casa en cuales son los límites y no olvidarse de aplicar las consecuencias. La adolescencia es un periodo en el cual es normal intentar encontrar inconsistencias en las reglas que nos ponen para poder incumplirlas.
  • Permite que entienda las consecuencias naturales de sus actos y decisiones. Muchas veces, no es necesario poner un límite, sino hacer entender a tu hijo o hija que va a responsabilizarse de las consecuencias de sus actos. Por ejemplo, si sus actos tienen como consecuencia un coste económico, se responsabilizará de pagarlo con su propio dinero, o realizará una tarea en la casa que equivalga monetariamente.
  • Respeta de la misma manera que quieres ser respetado. Los adolescentes están empezando a crear su propia identidad y a entender su lugar en el mundo, y para ello necesitan sentirse respetados como individuos por sus padres. Es a través del respeto mutuo que conseguimos poner límites que ellos mismos decidan respetar.

Al fin al del día tenemos que recordar que las normas y los límites son imprescindibles, pero desde el apoyo, el afecto y sobre todo el entendimiento que nos haga comprender la dificultad que se da entre cumplir con unas determinadas normas y límites y la necesidad del niño de afirmar su independencia y autonomía. 

Hemos de encontrar un equilibrio entre la socialización de nuestros hijos y su necesidad de afirmación, autonomía e independencia. Es desde aquí desde donde serán capaces de afrontar las emociones negativas que aparezcan a lo largo de sus vidas sin tener que recurrir a modos alternativos (alcohol, drogas, violencia…) para gestionarlas.

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