Cómo mejorar tus hábitos alimenticios: Una guía hecha por un nutricionista que habla inglés en Madrid
La alimentación ha experimentado cambios significativos en las últimas décadas debido a una variedad de factores, incluyendo cambios en los hábitos alimenticios, avances tecnológicos, disponibilidad de alimentos y cambios en el estilo de vida. También se suma el cambio en los patrones de consumo de alimentos. Con el ritmo de vida acelerado, muchas personas dependen más de alimentos preparados fuera del hogar, como comidas para llevar, comida rápida y restaurantes. Estos alimentos suelen ser convenientes, pero también tienden a ser altos en calorías, grasas saturadas, azúcares añadidos y sodio, y bajos en nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y fibra. Además, pueden contribuir al aumento de peso y problemas de salud relacionados.
Existen además varios errores comunes que la gente comete al comer. Aquí te menciono algunos de los más frecuentes:
Errores más comunes a la hora de comer
- Consumir alimentos procesados en exceso: Los alimentos procesados suelen ser muy palatables, sabrosos, pero altos en calorías, grasas saturadas, azúcares y sodio, y bajos en nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y fibra. Consumir demasiados alimentos procesados puede contribuir a la obesidad, enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y otros problemas de salud.
- Consumir bebidas azucaradas en lugar de agua: Las bebidas azucaradas como refrescos, zumos de frutas y bebidas energéticas pueden ser una fuente importante de calorías vacías y azúcares añadidos. Optar por agua en lugar de estas bebidas puede ayudar a reducir el consumo de calorías y mejorar la hidratación.
- Comer rápido y distraído: Comer rápido y sin prestar atención a las señales de hambre y saciedad puede llevar a comer en exceso. Es importante tomarse el tiempo para saborear la comida y estar consciente de cuándo se está lleno.
- No prestar atención a las porciones: Muchas personas no son conscientes de las porciones adecuadas de alimentos y tienden a comer en exceso. Esto puede llevar a un aumento de peso no deseado y dificultar el control del tamaño de las porciones en el futuro.
- No incluir una variedad de alimentos en la dieta: Es importante consumir una variedad de alimentos para obtener todos los nutrientes necesarios para una buena salud. Al limitarse a unos pocos alimentos o grupos de alimentos, se corre el riesgo de no obtener todos los nutrientes esenciales. Para que una alimentación sea completa debemos consumir al menos 20 alimentos diferentes a la semana
- Saltarse comidas o hacer dietas extremadamente restrictivas: La creencia de querer estar según los cánones de belleza actuales lleva a muchas personas creen que saltarse comidas o seguir dietas muy restrictivas es la forma más rápida de perder peso. Sin embargo, esto puede llevar a desequilibrios nutricionales y problemas de salud a largo plazo.
- Depender demasiado de los suplementos: Los suplementos pueden ser útiles en ciertas situaciones, pero no deben utilizarse como sustitutos de una dieta equilibrada. Es importante obtener la mayoría de los nutrientes de los alimentos en lugar de depender exclusivamente de suplementos.
Afortunadamente, en los último años ha habido un aumento en la conciencia sobre la importancia de una alimentación saludable y equilibrada para prevenir enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas. Esto ha llevado a un mayor interés en la nutrición y una mayor disponibilidad de información sobre hábitos alimenticios saludables.
Cómo mejorar nuestra alimentación
Hay varias formas de mejorar la calidad de nuestra alimentación y comer más saludablemente. Entre ellos están:
- Incorporar más frutas y verduras: Estos alimentos son ricos en vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes, y son fundamentales para una dieta saludable. Intenta incluir una variedad de frutas y verduras de diferentes colores en tus comidas y meriendas diarias.
- Elegir granos enteros: Opta por granos enteros en lugar de granos refinados para aumentar tu ingesta de fibra y nutrientes. Elige productos integrales como arroz integral, pan integral, pasta integral y avena en lugar de sus versiones refinadas.
- Consumir proteínas magras: Las fuentes de proteínas magras como pollo, pavo, pescado, tofu, legumbres y productos lácteos bajos en grasa son excelentes opciones para una alimentación saludable. Intenta limitar el consumo de carnes procesadas y rojas, que pueden aumentar el riesgo de enfermedades crónicas.
- Limitar el consumo de alimentos procesados y azúcares añadidos: Reducir la ingesta de alimentos procesados, como bocadillos empaquetados, comida rápida y productos horneados, puede ayudarte a disminuir la cantidad de azúcares añadidos, grasas saturadas y sodio en tu dieta.
- Cocinar en casa más a menudo: Preparar comidas en casa te permite tener un mayor control sobre los ingredientes que utilizas y las técnicas de cocción. Intenta cocinar con ingredientes frescos y saludables y limita el uso de aceites, grasas y condimentos poco saludables.
Hacer mejores elecciones de comida es fundamental para mantener una dieta saludable y equilibrada. Como nutricionista, intento a las personas a ayudar a adaptar sus comidas a sus estilos de vida respetando siempre los aspectos culturales, así como las preferencias alimenticias. Muchas veces en consulta me encuentro con que las personas tienen barreras para, por ejemplo, encontrar ciertos ingredientes que en sus culturas son muy importantes, o con que los horarios de las comidas son muy diferentes.
No siempre es fácil, pero en consulta siempre intento ayudar a planificar las comidas con anticipación ya que de esta manera podemos tomar decisiones más conscientes y saludables. Dedicar un tiempo semanalmente para planificar los menús y hacer una lista de compras con los ingredientes necesarios hace que nuestras comidas y cenas sean más beneficiosas para nosotros.
Una vez elaborados los menús, entre los cuales deben priorizar alimentos frescos y no procesados, debemos también leer las etiquetas de los alimentos. Al comprar alimentos procesados, es importante leer las etiquetas para conocer su contenido nutricional. Presta atención a la cantidad de calorías, grasas saturadas, azúcares añadidos y sodio que contienen los productos. Normalmente los alimentos frescos y no procesados (frutas, verduras, cereales integrales, carnes magras, pescado y productos lácteos bajos en grasa son excelentes opciones para una alimentación saludable).
No es cuestión solo de organizar las comidas sino también controlar las porciones. Presta atención al tamaño de las porciones y practica la moderación al servirte. Utiliza platos más pequeños, comparte platos en restaurantes o guarda las sobras para evitar comer en exceso. Igual que no es bueno tomarse 3 platos de pasta, no es bueno tomarse 3 naranjas de una sentada.
Por último, bebe agua en lugar de bebidas azucaradas. Igual de importante es lo que comemos como lo que bebemos. El agua es la mejor opción de hidratación y no contiene calorías ni azúcares añadidos. Opta por agua en lugar de bebidas azucaradas como refrescos, jugos de frutas y bebidas energéticas.
Es importante ser consciente de estos errores y tratar de evitarlos para mantener una alimentación saludable y equilibrada. Al seguir estos consejos y hacer cambios gradualmente en tus hábitos alimenticios, podrás hacer mejores elecciones de comida y disfrutar de los beneficios para la salud a largo plazo. Recuerda que la clave está en adoptar un enfoque equilibrado y sostenible hacia la alimentación. Como digo en consulta, tiene que haber tiempo para todo. Para comer bien y también para darte un capricho de vez en cuando. No pasa nada por comer algo menos saludable de vez en cuando, pero hay que ser conscientes de que no podemos abusar de ello.
Sobre la autora
Adriana Martín es nutricionista clínica en Sinews. Atiende tanto a adultos, como adolescentes y niños que buscan mejorar su salud a través de la alimentación. Está especializada en salud pública y también trata TCA, SIBO, enfermedades crónicas y otras patologías, así como ganancia de masa muscular o pérdida de peso. Su enfoque no consiste en pautar menús cerrados, sino en hacer entender la importancia de la nutrición en cada etapa de la vida a través de diferentes herramientas.
La filosofía Shonagai: El poder de la aceptación ante las dificultades
Vivimos en la era del “caos” el olvido de nuestra cartera, estar atrapado en el tráfico o nuestra batería descargada puede hacer que entremos en un estallido emocional. Estas situaciones que se escapan de nuestro control son parte del estrés al que nos enfrentamos en nuestro día a día. La capacidad de mantener la calma frente a lo que podemos controlar y lo que no, es fundamental para preservar un bienestar mental y emocional saludable. Ante esto, en Japón nace el concepto “shou ga nai” que en nuestra versión occidental sería «que le vamos a hacer». Resulta muy fácil decirlo, pero ¿Como podemos integrar el concepto “shou ga nai” en nuestro estilo de vida?
Conoce el concepto “shou ga nai”
Desde la filosofía japonesa nace la expresión “shou ga nai” parte de una filosofía donde muchos de los que la practican, la reconocen como “el secreto de la felicidad”. La filosofía Shoganai tiene su origen en el budismo, por tanto, recoge un estilo de afrontamiento desde la aceptación ante las circunstancias que no podemos controlar.
Esta habilidad de mantener la serenidad ante las dificultades no niega nuestras emociones, es más, no se centra en el conformismo de nuestra realidad, si no que, preserva nuestros esfuerzos para cambiar aquello de podemos transformar. Esta dirección de nuestra energía resulta un gran factor de protección al considerado la enfermedad del siglo XXI: El estrés.
Esta nueva perspectiva refrescante nos trae una nueva estrategia de afrontamiento que nos aleja de la rumia cognitiva, los pensamientos automáticos o la parálisis por análisis, para brindarnos mayor paz en nuestras situaciones de la vida cotidiana y en la que podemos encontrar un punto de apoyo, para mirar a nuestras preocupaciones con amplitud de miras.
La integración del shonagai dentro del mundo occidental
La filosofía Shoganai bebe de los pilares del “mindfulness “donde reconocen la importancia de vivir en el presente, alejándose de “lo que podría haber hecho” en el pasado o “lo que haré” en el futuro. Este concepto se ha tratado de trasladar dentro del mundo occidental como (it is what it is) en el inglés o el popularmente conocido (C´est la vie) en Francés. En otras lenguas como el Islandés encontramos (Petta reddast).
Más allá de la globalización del concepto, la verdadera clave de esta filosofía está en la integración dentro de nuestro día a día. Y es que, dentro del mundo occidental puede resultarnos, fatalista o pesimista, el hecho de “tirar la toalla” ante las dificultades. La clave la llevan practicando los Japones, los cuales centra su esfuerzo en el respeto y la aceptación de los ciclos malos y buenos, como parte del camino.
Esta filosofía nos hace ver más allá del concepto, un estilo de vida completamente alejado de los estándares occidentales de “productividad” y lo poco permitido que nos resulta el poder “parar”. Podemos encontrar diferentes traducciones de “shou ga nai” pero tristemente resulta muy alejado de nuestra integración ante las dificultades. Un buen punto de partida para establecer un nuevo reencuadre cognitivo ante las dificultades se centra en la diferenciación entre: “Conformarse” como actitud reactiva mientras que “Aceptar” es un actitud madura y proactiva, lo que traduce en estabilidad emocional, sensación de control interno y autoconocimiento.
¿Cómo practicar la filosofía Shoganai? Estos son 4 sencillos pasos para su integración
Toma instancia de las cosas
Antes de comenzar a analizar una situación resulta clave dar un paso atrás e intentar encontrar un momento donde nuestras emociones estén más asentadas. Cuando todos recibimos una mala noticia, nos inundan pensamientos negativos e incluso catastrofistas, nos tendemos a poner en lo peor, pasando a un estado de alerta como estrategia de preparación ante el peligro. Una herramienta vital que nos puede ayudar en la práctica es la metáfora del cachorro:
“Tenemos un cachorro y vemos como no para de sentarse en nuestro sofa, a morder los cojines e incluso que comienza a dejarnos algún regalo por la casa… a través de esta metáfora, veremos cómo nos brota la frustración y rabia de tener nuestra casa impecable, sin embargo, debemos de tener paciencia y centrar nuestros esfuerzos en educar al cachorro, ya que una regañina no nos serviría de nada”
Identifica cuales están y no están en tu control
Una vez puesta en práctica la metáfora, comenzaremos a analizar aquellas cosas que han perturbado en nuestra rutina y han supuesto un estado de caos en nuestro orden. Ante su aparición, tomar perspectiva suficiente para establecer un juicio crítico. Diferenciaremos entre: ¿Lo puedo cambiar? Si, pasamos a la acción. ¿No puedo cambiarlo? “shou ga nai” en este caso, nos conviene aceptar y ahorrar nuestra energía.
Práctica la gratitud
La gratitud conforma una parte crucial para la integración de esta filosofía, de forma que, cuando nuestros esfuerzos se centran en las cosas que nos inspiran agradecimiento, fomentamos el desarrollo de una actitud positiva. En el término de esta actitud se refiere al cultivo de nuestra resiliencia como una herramienta de capacidad de adaptación ante las dificultades. Además de esto, una actitud de serenidad en una “mente en calma” nos hace encontrar nuevas soluciones en situaciones que anteriormente no habíamos contemplado.
A mayor práctica mayor dominio
Este tipo de estrategias al igual que el mindfulness, no tratan de establecerse con un objetivo de horas de práctica. La clave reside en su frecuencia, es decir, si en el día tienes 5 situaciones estresantes y pones en práctica estos sencillos pasos en las 5, estarás entrenando el dominio del flujo de pensamientos, viendo como cada vez se hacen menos presentes y que tienes mucha mayor consciencia y control sobre tus emociones ante estos. Esta continuidad de corto tiempo y mucha frecuencia es la que verdaderamente trabaja nuestra habilidad.
Conoce los 5 Beneficios para tu salud mental a través de la práctica de la filosofía “Shoganai”
- Reduce tu hormona de cortisol: Al ser la hormona responsable del estrés, el cortisol es producido por nuestro organismo en situaciones de “emergencia” para poder enfrentarnos a esas situaciones que se salen de nuestra rutina. El cortisol es tan necesario como cualquier otra hormona, ya que nos resulta indispensable para aquellas situaciones en las que se nos presenta un peligro real. Sin embargo, su mantenimiento de forma prolongada puede resultar perjudicial para la salud, fomentando la irritabilidad emocional, la falta de sentido del humor o provocándonos estallidos emocionales de ira o tristeza. Más allá de esto, nuestra calidad de sueño o nuestro sistema inmunitario se ve debilitado por esta continuidad. Ante esto, la práctica de la filosofía Shoganai puede reducir nuestra reactividad ante el estrés y, por tanto, establecer una correcta regulación de la hormona.
- Aumenta tu habilidad de resiliencia: La resiliencia es una de las habilidades más importantes a la hora de enfrentarnos a los desafíos de nuestra vida, y es que, aportar serenidad es también enfocar tu energía interior en escucharte, comprenderte y sobre todo recomponerte de esos contratiempos que nos asaltan sin avisar. La ausencia de esta habilidad puede hacer que el miedo o la pérdida de control, nos paralice llevándonos a un estado de obsesión o rumia de nuestros propios pensamientos. Está claro, que la resiliencia no va a hacer que nuestros problemas desaparezcan, sin embargo, nos da la capacidad de saber ver más allá de ellos, de continuar y saber apreciar lo bueno a pesar de las dificultades.
- Mejora la estabilidad de tus emociones: La filosofía Shoganai nos lleva a un mayor estado de conciencia enfocándose en la aceptación de lo presente, es decir, centrar nuestras fuerzas en lo que realmente tenemos, para poder así modificar nuestra realidad. Esto hace que emociones que nos llevan a la frustración se alejen, estableciendo un mayor equilibrio mental y aprendiendo a gestionar aquellas que nos aparecen con relatividad ante los hechos.
- Promueve el Autoconocimiento: La práctica del Shoganai nos lleva a un estado de resignación el cual, nos adentra a un encuentro con nuestras emociones, este encuentro desde la aceptación nos brinda una compresión más profunda sobre nosotros mismos y el reconocimiento de donde están nuestros límites de voluntad, siendo más consciente de aquellas cosas que nos predisponen en ese estado de alerta. Este autoconocimiento es una capacidad clave para saber cómo trabajar en estas situaciones estresantes.
- Mejora tu capacidad de atención con creatividad: El control de tu foco de atención hace que directamente mejore la calidad de esta. La filosofía Shoganai, no solo nos ayuda a establecer este control, si no que, con la adquisición de este, encontramos nuevas soluciones a través de la creatividad. Esta valiosa cualidad, tal y como dicen expertos se bloquea en aquellas situaciones donde hay una sobreactivación de ciertas áreas cerebrales. Cuando abordamos los problemas desde la preocupación o la presión, nuestro cerebro entra en “estado de alerta” tratando de resolver las situaciones de forma rápida y automática y por tanto limitando nuestra capacidad para encontrar soluciones creativas.
La importancia del estilo de vida para el bienestar
Después de haber conocido la multitud de beneficios que nos brinda esta innovadora filosofía, es fundamental reconocer su aplicación práctica para integrarla como un pilar de nuestro estilo de vida. El concepto de «shou ga nai» puede comenzar como una simple expresión, pero tiene el poder de transformarse en una nueva manera de percibir la vida y cada una de las circunstancias que nos rodean. Su adopción no es un proceso pasivo, sino que requiere un compromiso activo, voluntad y conciencia. Sin embargo, los esfuerzos invertidos en su práctica nos aportan la paz y el equilibrio mental esenciales para afrontar los desafíos cotidianos con serenidad. Ahora, te pregunto a ti: ¿Estás dispuesto a sumergirte en la práctica de la filosofía Shoganai?
Escrito por:
Paula Taguas Labrador
Dislexia: no hay que esperar a que los niños fracasen en la lectura
La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje de origen neurobiológico, caracterizado por dificultades en el reconocimiento preciso y/o fluido de las palabras, la memoria verbal y la velocidad de procesamiento verbal. Se deriva de un déficit en la conciencia fonológica. Es un trastorno que dura toda la vida, aunque su impacto en un individuo puede variar en las distintas etapas de su vida. «Neurobiológico» significa que está causado por ciertas anomalías cerebrales de origen genético.
Aunque el número de programas de intervención temprana en los colegios, al menos en Madrid, está creciendo, con demasiada frecuencia sólo se detecta la dislexia cuando el niño «fracasa» en el aprendizaje de la lectura y sólo se empieza a intervenir después de recibir un diagnóstico formal, normalmente en torno a los 7 años de edad. Los efectos de retrasar la prestación de apoyo hasta este momento pueden incluir, no sólo un mal rendimiento académico, sino también una actitud negativa hacia el colegio, baja autoestima y problemas de conducta.
Este artículo pretende ofrecer información a profesores y padres sobre la detección del riesgo de dislexia en niños prelectores y sobre las mejores técnicas para que los niños con dificultades aprendan a leer con éxito.
¿Cuánto saben los profesores sobre la dislexia?
Desgraciadamente, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, en España sigue existiendo una falta de formación en dislexia del profesorado en los centros de Educación Infantil y Primaria. Lo que saben los profesores sobre este trastorno varía, dependiendo más de su experiencia individual con los niños que de otra cosa. El hecho de que la dislexia sea uno de los trastornos más comunes en las aulas (en España el porcentaje de niños con dislexia es del 7-10%) subraya la importancia de abordar este problema mediante la provisión de recursos de formación e información.
Es importante disipar los mitos. Los mitos más comunes en torno a la dislexia, son, por ejemplo:
- Que el principal síntoma de este trastorno es escribir las letras al revés o leer las palabras al revés.
- Que la dislexia está causada por un problema de procesamiento visual.
- Que la dislexia está asociada a un bajo nivel de inteligencia.
- Que se puede curar la dislexia.
¿Cómo puede detectarse la dislexia en los niños antes de que alcancen la edad de leer?
Existe un consenso considerable entre varios recursos sobre cuáles son los signos precoces de que un niño puede experimentar dificultades de lectura más adelante. A continuación, figura una lista de los signos que deberían alertar a profesores y padres sobre la posibilidad de riesgo. No obstante, es importante tener en cuenta que es cuando se presentan al menos tres de estos signos, y sobre todo si persisten en el tiempo, que hay que ponerse alerta.
Muchos de los signos precoces de la dislexia se enumeran en este artículo. Otros signos tempranos (en niños de 3-5 años) incluyen:
- Dificultad para recordar los nombres de cosas familiares o para aprender los números, los colores y las letras;
- Le gusta escuchar cuentos, pero no muestra interés por las palabras o las letras de la página;
- Días "buenos" y "malos" en el colegio, sin motivo aparente;
- Dificultad para recordar secuencias, como los días de la semana, los meses, etc.
- Falta de atención o concentración;
- Falta de control motor, especialmente de la motricidad fina, por ejemplo, con el manejo del lápiz y las tijeras, o para abrocharse la ropa, atarse los cordones de los zapatos, etc.
- Conductas problemáticas en sus habilidades sociales.
En muchos colegios en los Estados Unidos se realizan cribados periódicos para detectar a los niños con riesgo de dislexia. Se realizan en el aula y se basan en un modelo que se llama “Response to Intervention” (en español: Respuesta a la Intervención). El éxito de este modelo ha sido respaldado por numerosas investigaciones.
¿Cómo pueden los profesores indentificar a los niños con riesgo de dislexia?
La detección de niños en situación de riesgo tiene más probabilidades de ser precisa si se basa, no sólo en los signos precoces mencionados, sino también en el riesgo familiar. Cuando los niños entran en el sistema escolar, los profesores de Educación Infantil tienen la oportunidad de recabar información sobre la familia del niño cuando se reúnen con los padres de los niños de su clase. Si preguntan si los padres o hermanos del niño han tenido dificultades de lectura o han sido diagnosticados de dislexia, sabrán si existe el riesgo genético. Los niños que tienen un pariente cercano con dislexia tienen un riesgo significativamente mayor de padecer ellos mismos el trastorno.
Los profesores de educación infantil tienen la oportunidad de recabar información sobre sus alumnos justo en el momento en que entran en el sistema escolar, durante la entrevista inicial que mantienen con los padres de cada niño. Se pueden enterar sobre el desarrollo del niño hasta ese momento y su comportamiento en casa. Los profesores también podrían proporcionar información a todos los padres sobre la dislexia y los signos a los que hay que prestar atención. Sin embargo, es importante que no se etiquete a los niños en esta edad tan temprana; el objetivo del cribado debería ser identificar a los niños que podrían tener problemas en el proceso de aprendizaje de la lectura. Siempre es posible que los niños identificados más tarde no muestren ningún problema o que, con un poco más de apoyo, sean capaces de alcanzar el nivel de lectura de sus compañeros. También es importante tener en cuenta que las dificultades pueden estar relacionadas con otro tipo de trastorno que no sea la dislexia.
¿Qué debe ocurrir después de realizar un cribado de los niños?
Inicialmente, la idea sería que los niños detectados con factores de riesgo recibieran apoyo y refuerzo adicionales con la fonética y el desarrollo de su conciencia fonológica, ya sea por parte de profesores de colegio, asistentes de clase o especialistas en necesidades especiales. Con el tiempo, es posible que haya que dividir a los niños en grupos con distintos niveles, aunque esto depende de la disponibilidad de profesores para impartir esa enseñanza multinivel. Evaluar a los niños desde una edad muy temprana nunca va a ser un indicador preciso. Siempre es posible que los niños que parecen mostrar signos tempranos de alerta resulten no tener dificultades con la fonética y la lectura. Evaluar a los niños periódicamente significa que se puede hacer un seguimiento regular del desarrollo de las habilidades lectoras de cada niño. De este modo, si se descubre que un niño identificado como «en riesgo» aprende a un ritmo más rápido de lo esperado, siempre se le puede trasladar a otro grupo para que reciba una enseñanza menos intensiva.
¿Cómo dotamos a los niños de las habilidades necesarias para aprender a leer en el aula?
Los pasos básicos que se deben dar para preparar a los niños para el aprendizaje de la lectura se exponen en este artículo. Algunas otras pautas a seguir son:
- Enseñar primero los sonidos de las letras (fonemas) con letras minúsculas;
- Empezar por las letras más utilizadas;
- Asociar letras con palabras mediante imágenes (por ejemplo, /b/ con la imagen de un bebé);
- Reforzar las formas de las letras haciendo que los niños las tracen en el aire, en la arena o sobre la forma impresa de la letra;
- Pedir al niño que encuentre cosas (por ejemplo, en el aula) que empiecen por esa letra.
- Cuando los niños hayan aprendido todos los fonemas de una sola letra, enséñeles a combinar las consonantes con las vocales (sílabas). En español es mejor empezar con las sílabas de consonante-vocal (ma/ti/po/cu etc.).
¿Cómo pueden los padres apoyar este proceso con su hijo prelector en casa?
Si los padres sospechan que su hijo corre el riesgo de tener dificultades de lectura (véase el apartado anterior sobre señales tempranas), no deben dudar en informar a los profesores. También es importante que compartan con los profesores las técnicas que han comprobado que funcionan o no para su hijo en casa.
A continuación hay algunas pautas más para los padres:
- Intentar ver juntos libros, cuentos o poemas todos los días. Un niño no sabe automáticamente cómo sujetar o abrir un libro, dónde empieza la historia, dónde está la parte superior del libro o en qué dirección se leen las palabras.
- Ver juntos la televisión o vídeos de aprendizaje. Los niños aprenden mucho más si ven los programas con sus padres.
- Trazar formas y letras y hacer letras con plastilina.
- Jugar al "veo-veo" con los sonidos de las letras.
- Palmar las sílabas de las palabras.
- Cantar canciones que riman o canciones sobre los días de la semana, los meses del año, etc.
- Las letras magnéticas también son muy útiles para reforzar los sonidos de las letras, las sílabas y las palabras en casa.
- Exponer a su hijo a nuevas palabras siempre que sea posible para ampliar su vocabulario.
Los siguientes recursos pueden ser muy útiles para los padres:
Family Guide from Reading Rockets | Reading Rockets – una guía que está en inglés y español.
Se recomiendan también las siguientes páginas que incluyen juegos gratuitos con los fonemas, sílabas etc.: Juegos fonológicos para practicar con niños | EDUCACIÓN 3.0 (educaciontrespuntocero.com)
Aunque a primera vista el modelo de Respuesta a la Intervención requiere una inversión inicial de recursos, especialmente humanos (profesores) para los cribados periódicos de los niños pequeños y la enseñanza multi-nivel en grupos, el argumento a su favor es que si esto significa que hayan menos niños con dificultades de lectura en una etapa posterior, se necesitarán menos recursos para los niños una vez que alcancen la edad de leer. Hay que añadir a esto el beneficio de evitar todos los problemas emocionales, psicológicos y de conducta de los niños que no reciben el apoyo que necesitan para aprender. Sea cual sea la estrategia utilizada, está muy claro que no debemos esperar a que los niños fracasen en la lectura para ayudarles.
Sobre la autora
Julia Jakubovics es británica. Vive en España desde hace más de 20 años. Es licenciada en Psicología y recientemente ha cursado un Máster en Intervenciones en Dificultades de Aprendizaje en Niños en el ISEP (Instituto Superior de Estudios Psicológicos). Actualmente trabaja como «Shadow Teacher» y Coach para Sinews, proporcionando apoyo psicopedagógico a niños con necesidades educativas especiales.
Equilibrio entre dieta y cultura: Reflexiones de una nutricionista angloparlante en Madrid
Estuve explorando cómo las diferencias culturales afectan a la dieta y la nutrición y cómo un nutricionista de habla inglesa en Madrid puede ayudar a combinar las prácticas dietéticas culturales con hábitos alimenticios saludables.
Mudarse a otro país conlleva a menudo cambios significativos en los hábitos de vida, incluidos los hábitos alimenticios. Estos cambios pueden deberse a una variedad de factores, y es importante estar preparado para adaptarse a nuevas costumbres y entornos. Los horarios de las comidas (tardías), por ejemplo, es algo que sorprende mucho a los extranjeros cuando se mudan a vivir a España.
En nuestro país, la comida tiene una importancia cultural, social y económica significativa además de desempeñar un papel central en la vida diaria de las personas. La gastronomía española es conocida internacionalmente por su diversidad, riqueza de sabores y la importancia que se le da a los ingredientes frescos y locales. Además, la socialización en torno a la comida refleja la riqueza de la tradición culinaria española.
Diferencias culturales de la comida en España
Esta tradición tan arraigada a la comida de nuestro país puede tener un impacto negativo en los hábitos alimenticios de las personas que se mudan a España. Hay que entender, que las diferencias culturales pueden tener un impacto significativo en la nutrición de las personas. Aquí hay algunas formas en las que las diferencias culturales pueden afectar la nutrición:
- Preferencias alimenticias: Las culturas tienen diferentes preferencias en cuanto a sabores, texturas y tipos de alimentos. Por ejemplo, algunas culturas pueden basar su dieta en alimentos más picantes, mientras que otras pueden preferir alimentos más suaves o dulces. Estas preferencias pueden afectar la elección de alimentos y, por ende, la calidad nutricional de la dieta.
- Patrones alimenticios: Las culturas también tienen patrones alimenticios específicos, que pueden influir en la frecuencia y la cantidad de comidas consumidas. Algunas culturas pueden tener la costumbre de hacer varias comidas pequeñas a lo largo del día, mientras que otras pueden optar por comidas más grandes en ciertos momentos.
- Significados simbólicos de los alimentos: Los alimentos pueden tener significados simbólicos en diferentes culturas. Algunos alimentos pueden asociarse con celebraciones, rituales o eventos especiales. Esto puede influir en la cantidad y el tipo de alimentos consumidos en ciertas ocasiones, lo que afecta la ingesta nutricional.
- Disponibilidad de alimentos: La disponibilidad de ciertos alimentos puede variar según la región geográfica y las condiciones climáticas. Esto puede afectar la variedad y la cantidad de alimentos disponibles en una determinada cultura, lo que a su vez influye en la nutrición de la población.
- Normas sociales: Las normas sociales en torno a la comida, como la aceptación o el rechazo de ciertos alimentos, pueden ser fuertemente influenciadas por la cultura. Estas normas pueden afectar la elección de alimentos y la cantidad consumida.
- Roles de género: En algunas culturas, los roles de género pueden afectar la nutrición, ya que las expectativas sobre quién cocina, compra alimentos o decide sobre las comidas pueden variar. Esto puede influir en la calidad y cantidad de alimentos consumidos por diferentes miembros de la sociedad.
- Tradición y transmisión intergeneracional: Las recetas y prácticas alimenticias son a menudo transmitidas de generación en generación. Las tradiciones culinarias pueden influir en la elección de alimentos y en cómo se preparan, lo que afecta la calidad nutricional de la dieta.
- Creencias religiosas: Las creencias religiosas pueden tener restricciones dietéticas específicas que afectan los hábitos alimenticios. Por ejemplo, algunas religiones pueden prohibir ciertos tipos de carne o alimentos procesados.
Cómo encontrar un equilibrio entre la dieta y la cultura
Encontrar un equilibrio entre la dieta y la cultura es esencial para promover hábitos alimenticios saludables y sostenibles. Muchas veces mudarnos a otro país es sinónimo de variaciones en nuestros patrones alimentarios, lo que puede conllevar a influir negativamente en nuestra salud. Acudir a una nutricionista española que habla inglés y ha residido en Australia, puede ser beneficioso para nosotros ya que tendrá en cuenta los siguientes aspectos:
- Respetar las preferencias culturales: Reconocer y respetar las preferencias alimenticias y las tradiciones culinarias de ambos países es fundamental. Esto implica comprender los ingredientes, métodos de cocción y combinaciones de alimentos que son significativos en esa cultura. Como nutricionista, mi labor es ayudar a combinar aspectos de ambas culturas para conseguir tener una buena alimentación.
- Adaptar las recomendaciones nutricionales: Es importante adaptar las recomendaciones nutricionales a las preferencias y necesidades específicas de una comunidad cultural. Esto puede incluir la adaptación de guías dietéticas para reflejar las opciones alimenticias más comunes y respetar las restricciones culturales o religiosas.
- Educación nutricional culturalmente sensible: Desarrollar programas de educación nutricional que tengan en cuenta las prácticas alimenticias y las creencias culturales. Esto ayuda a las personas a comprender cómo hacer elecciones alimenticias saludables dentro de su contexto cultural.
- Incorporar alimentos locales y de temporada: Fomentar el consumo de alimentos locales y de temporada puede ser beneficioso tanto para la salud como para la sostenibilidad. Además, esto se alinea con muchas prácticas alimenticias tradicionales que han evolucionado para aprovechar los productos disponibles en la región. En España contamos con una gran diversidad de producción agrícola y ganadera gracias a la cual contamos con alimentos ricos en nutrientes.
- Promover la diversidad alimentaria: Animar a la diversidad en la dieta es esencial para garantizar una ingesta equilibrada de nutrientes. Esto puede incluir la exploración de alimentos tradicionales menos conocidos pero nutritivos.
- Celebrar festivales y eventos culturales con alimentos: Integrar la comida en celebraciones culturales y eventos fortalece los lazos entre la alimentación y la identidad cultural. Esto puede hacer que las personas se sientan más conectadas con sus tradiciones y al mismo tiempo promover elecciones alimenticias saludables. España es un país con una gran diversidad de festividades en las cuales comemos alimentos tradicionales. Incluirnos en nuestra alimentación es una manera de integrarnos en la nueva sociedad.
- Abordar desafíos específicos de salud: Reconocer y abordar los desafíos de salud específicos dentro de una comunidad cultural. Algunas comunidades pueden enfrentar problemas de salud específicos relacionados con la dieta, y es importante abordar estos problemas de manera culturalmente sensible.
- Fomentar la cocina casera: Promover la preparación de alimentos en casa puede ser una forma efectiva de mantener las tradiciones culinarias y al mismo tiempo controlar la calidad de los ingredientes y las porciones.
- Adaptarse a cambios culturales: Reconocer que las culturas evolucionan y cambian con el tiempo, y que los hábitos alimenticios también pueden cambiar. Adaptarse a estos cambios culturales sin perder de vista la importancia de la salud nutricional es crucial.
En resumen, la consulta con un nutricionista al mudarte a otro país puede ser fundamental para garantizar que mantengas una dieta equilibrada, saludable y adaptada a tu nueva situación. Encontrar un equilibrio entre la dieta y la cultura implica respetar y celebrar las prácticas alimenticias tradicionales mientras se promueven elecciones que sean beneficiosas para la salud y sostenibles a largo plazo.
Sobre la autora
Adriana Martín es nutricionista clínica en Sinews. Atiende tanto a adultos, como adolescentes y niños que buscan mejorar su salud a través de la alimentación. Está especializada en salud pública y también trata TCA, SIBO, enfermedades crónicas y otras patologías, así como ganancia de masa muscular o pérdida de peso. Su enfoque no consiste en pautar menús cerrados, sino en hacer entender la importancia de la nutrición en cada etapa de la vida a través de diferentes herramientas.
¿Podemos liberarnos? Descubriendo y trabajando las secuelas del trauma infantil
Los traumas de la infancia son aquellas experiencias que nos impactaron de manera significativa durante nuestros primeros años de vida, dejando huellas profundas que moldean nuestra percepción del mundo a medida que crecemos. Estas experiencias no solo ejercen influencia a corto plazo, sino que también arraigan en nosotros una serie de creencias nucleares que perduran hasta la edad adulta. Configuran la forma en que nos vemos a nosotros mismos, a los demás y al mundo en su conjunto. Cualquier persona puede verse afectada por un trauma infantil; no obstante, mediante trabajo personal y un apoyo adecuado, es posible darle sentido en estas experiencias desafiantes y emprender un camino hacia la mejora y el autodescubrimiento.
¿Qué es el trauma infantil y cuándo deja huella?
El trauma infantil engloba una diversidad de vivencias altamente emotivas que afectan al individuo durante las etapas de desarrollo de la infancia y la adolescencia. A menudo se asocia popularmente al trauma con experiencias cercanas a la muerte, accidentes, terrorismo, situaciones de guerra y desastres naturales. No obstante, el trauma infantil también puede abarcar otras experiencias emocionales, como la negligencia, el abuso físico, emocional o sexual, la exposición a la violencia o la pérdida súbita de un ser querido. El impacto del trauma infantil es extenso, afectando el desarrollo cognitivo, emocional y físico, y estableciendo con frecuencia los cimientos de efectos psicológicos a largo plazo en la vida adulta.
Una clave para identificar si algo en la infancia te afectó puede radicar en descubrir si posees creencias sobre ti mismo/a, sobre el mundo o sobre los demás que no se ajustan a las pruebas «racionales» disponibles, pero que, a pesar de ello, generan una intensidad emocional significativa.
La paradoja de una infancia feliz
Resulta interesante observar la paradoja inherente al trauma infantil. En ocasiones, a algunas personas les resulta complicado reconocer la negligencia emocional y pueden percibir sus primeros años de vida como si hubiesen transcurrido en una infancia feliz. Esto ocurre cuando no se evidencia un abuso claro, dando la impresión de que todo está en orden. El trauma emocional se convierte, por tanto, en uno de los más desafiantes de abordar, ya que en muchas ocasiones no somos conscientes de la carencia, como por ejemplo, la falta de validación emocional. Nos resulta difícil comprender que existió un daño emocional al no haber aprendido siquiera a reconocer nuestras necesidades emocionales.
Síntomas del trauma infantil
Descifrar los signos del trauma infantil es fundamental para comprender cómo nos afecta. Cada persona experimenta su influencia de manera diferente; algunas presentan todos los síntomas, mientras que otras muestran una combinación de los mismos. Los indicadores más comunes son los siguientes:
- Altibajos emocionales: Enfrentarse a las emociones a veces se experimenta como una montaña rusa, apareciendo intensos sentimientos de tristeza, ansiedad, enfado, culpa y/o vergüenza, así como de alegría. De hecho, muchos pacientes con trauma infantil acuden a la primera sesión preguntándose si padecen trastorno bipolar.
- Creencias cognitivas: Ser autocrítico con uno/a mismo/a o tener la creencia de que no somos dignos de amor, éxito o felicidad. Puede traducirse en dificultades para conectar con los demás, sentirse inferior o simplemente no prestar mucha atención a uno/a mismo/a. "No soy suficiente", "No soy querible" o "Tengo que ser bueno/a" son algunos ejemplos.
- Desafíos interpersonales: Algunas personas experimentan desconfianza al acercarse emocionalmente a los demás, o, en el extremo opuesto, tienen dificultades para establecer límites con ciertas personas por carecer de las herramientas necesarias para identificar las señales de alarma.
- Patrones de comportamiento: A veces, puede significar hacer cosas que no son buenas para nosotros/as, realizando conductas de riesgo, actuar de manera impulsiva o incluso evitando lugares o situaciones que traen de vuelta emociones relacionadas con nuestros traumas.
- Síntomas físicos: Nuestro cuerpo también puede ofrecer algunas pistas, como cambios en el sueño, problemas de salud frecuentes o modificaciones en el apetito y los hábitos alimenticios.
¿Dónde se manifiestan las respuestas al trauma?
Identificar las respuestas al trauma infantil implica reconocer cómo se manifiestan las reacciones de lucha, huida, congelación y sumisión. Estas respuestas de adaptación o defensa ante el entorno pueden activarse en diversas situaciones de la vida, influyendo tanto en el comportamiento como en el bienestar emocional. Además, los flashbacks emocionales son también un síntoma del trauma infantil.
Reconocimiento de respuestas asociadas al trauma infantil:
1. Respuestas de lucha, huida, congelación, sumisión:
Identificar estas respuestas, como enfrentarse a la situación (lucha), evitar situaciones (huida), quedarse inmovilizado/a (congelación) o adoptar una actitud de complacencia o apaciguamiento (sumisión), puede señalar la activación de los desencadenantes del trauma infantil.
2. Flashbacks emocionales:
Estos episodios son experiencias emocionales intensas en las que se experimenta la misma intensidad emocional que en el evento pasado. Reconocer los flashbacks emocionales implica identificar sentimientos repentinos y abrumadores desencadenados por una situación actual, los cuales pueden ser muy intensos y generar malestar. Se pueden experimentar pensamientos de autocrítica, así como intensos sentimientos de vergüenza, culpa, tristeza, vacío o desesperanza. La intensidad emocional se percibe como desproporcionada en relación con el evento que la desencadena. Los flashbacks emocionales, a menudo provocados al volver a entornos pasados como visitas familiares, pueden resultar abrumadores. Las estrategias de afrontamiento incluyen el reconocimiento de los desencadenantes, la práctica de técnicas de enraizamiento (grounding), el uso de autoinstrucciones, la escritura en un diario, la actividad física, la expresión creativa y el establecimiento de límites. Además, también puede ser beneficioso conectar con nuestra red social, mantener rituales de autocuidado, emplear técnicas cognitivo-conductuales y de validación y aceptación emocional, y buscar ayuda profesional si es necesario.
¿Qué sucede durante una terapia centrada en el trauma infantil?
El plan de tratamiento no es único para todo el mundo, sino que se trata de un plan individualizado acordado entre el paciente y el terapeuta. Como psicóloga, mi objetivo principal es comprender las necesidades y expectativas de la persona e incorporarlas al plan de tratamiento. El trauma infantil no es algo que abordemos a menos que estemos preparados, y el ritmo depende de cada individuo. En algunas ocasiones, primero se trabajará en abordar los desencadenantes actuales, mientras que con otras personas nos centraremos en establecer una rutina y atender a las necesidades básicas no cubiertas primero. Si se tratara de un incendio, habría que apagarlo antes de nada y después descubrir cuáles fueron las causas.
Este es un ejemplo de un posible plan de tratamiento:
- Sesión inicial: Hablaremos sobre las razones por las que creemos que nos beneficiaríamos de la terapia. Te proporcionaré explicaciones sobre tus síntomas y algunos ejercicios para que los apliques en tu día a día, si así lo deseas.
- Sentirse seguros/as y a salvo: Trabajaremos en técnicas para mantenernos conectados/as al momento presente y en estrategias para gestionar las emociones intensas, preparándonos para cuando surjan. La confianza en el vínculo terapéutico es también clave. La idea es construir una relación sólida y mantener abierta la comunicación para sentirnos apoyados/as en nuestro viaje. La terapia debe ser el espacio seguro en el que nunca sintamos que se nos juzga.
- Información básica: Hablaremos sobre síntomas, cómo el trauma puede afectar a nuestra vida, emociones y creencias que tenemos sobre nosotros/as mismos/as, y qué tipo de progreso podemos esperar en terapia.
- Adentrándonos en el trauma: Solo cuando estemos listos/as y respetando los ritmos de cada persona, hablaremos sobre la historia de trauma, procesaremos esos recuerdos (o emociones si no recordamos algunas partes de nuestro pasado) y abordaremos cualquier creencia nuclear. Nuestro plan conllevará la exposición lenta a las emociones relacionadas con el trauma, dando pasos sólidos, seguros y constantes, siempre a tu ritmo.
- Habilidades emocionales y estrategias de afrontamiento: También aprenderemos a manejar esos sentimientos intensos relacionados con el trauma. Se trata de estrategias de afrontamiento emocional para los momentos difíciles.
- Patrones de relaciones: Es común que el trauma nos afecte en la manera de relacionarnos. También podemos analizar estos patrones para determinar si hay algo que necesitamos trabajar en relación con la formación de conexiones saludables.
- Autodescubrimiento: Es fácil no tener claros los intereses o la identidad cuando hemos experimentado un trauma infantil. Trabajaremos en construir un "yo" más positivo y empoderado. También podemos establecer valores personales y metas alcanzables.
- Trabajo con EMDR: Si te interesase, la Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares (EMDR) es una herramienta eficaz para trabajar el trauma infantil. Antes de comenzar, nos aseguraremos de que poseas todas las habilidades de afrontamiento necesarias.
- Conclusión: A medida que nos acerquemos al final de nuestras sesiones, elaboraremos un plan de prevención de recaídas y exploraremos los próximos pasos en tu camino.
- Seguimiento: Se realizarán ajustes continuos en el plan de tratamiento según sea necesario. Tu feedback es muy importante para sentirte escuchado/a y apoyado/a.
¿Cuándo buscar ayuda profesional?
Buscar ayuda, ya sea de amigos, familiares o profesionales de la salud mental, denota fortaleza y un deseo genuino de cambio, representando un paso significativo hacia la mejora y el autodescubrimiento. Parte de la respuesta al trauma implica intentar resolver las dificultades por cuenta propia o sentir que no merecemos recibir apoyo. Pedir ayuda es esencial para abordar de manera eficaz los efectos del trauma infantil.
Si te encuentras abrumado/a por emociones intensas y tus estrategias para afrontarlas no están generando los resultados deseados, si los síntomas persisten o se intensifican, si comienzan a afectar tu rutina diaria, ya sea en el ámbito laboral, en tus relaciones o en general, o si percibes que te estás distanciando socialmente o experimentando sentimientos de aislamiento, esto podría señalar que podrías beneficiarte de un apoyo adicional.
Recuerda, no estás solo/a en este trayecto, y existen recursos disponibles para respaldarte en tu proceso.
Libros de autoayuda recomendados para el trauma infantil
- "El Cuerpo Lleva la Cuenta" de Bessel van der Kolk: Este libro explora cómo el trauma nos afecta física y mentalmente, proporcionando ideas sobre tipos de terapia y formas de cuidarnos.
- "TEPT Complejo: De Sobrevivir a Prosperar" de Pete Walker: Walker nos da una guía completa paso a paso para entender en profundidad y superar el TEPT complejo (infantil), con estrategias prácticas.
- "El Libro Que Ojalá Tus Padres Hubieran Leído (y que Tus Hijos Agradecerán que Tú Leas)" de Philippa Perry.
- "Hijos Adultos de Padres Emocionalmente Inmaduros: Cómo Curarse de Padres Distantes, Rechazadores o Egocéntricos" de Lindsay C. Gibson.
- "El Valor de Sanar" de Ellen Bass y Laura Davis: Enfocado en aquellas personas que han sufrido abusos sexuales en la infancia, este libro ofrece una guía compasiva sobre el abuso infantil con ejercicios e ideas que ayudan en el proceso de recuperación.
- "Viviendo con el Alma en Blanco" de Jonice Webb: Webb explora la Negligencia Emocional, dándonos las herramientas para reconocer y superar las necesidades emocionales en nuestra infancia.
- "Autocompasión: Sé Amable Contigo Mismo" de Kristin Neff: Autocompasión no es sentir pena por uno mismo, sino tratarnos con amabilidad como trataríamos a un amigo. Neff explora el poder transformador de la autocompasión, proporcionando herramientas prácticas para liberarnos de patrones autocríticos, a menudo arraigados en el trauma infantil.
Trabajar las ideas y las emociones que nos marcó el trauma de la infancia es un camino muy personal. Requiere dedicación, paciencia y, en muchas ocasiones, la ayuda de un/a psicólogo/a. Los libros de autoayuda pueden ser un recurso útil, con explicaciones prácticas y ejercicios para quienes buscan mejorar y conocerse mejor. Afrontar las respuestas automáticas que surgen por el trauma, como las reacciones de lucha, huida, congelación, complacencia, y los flashbacks emocionales, son pasos esenciales para desenredar el tejido de creencias que hemos ido construyendo. Liberarse de los efectos duraderos del trauma infantil es factible, pero encontrar la fórmula que funcione para cada persona implica un proceso de autorreflexión, apoyo externo y el compromiso de querer explorar terrenos difíciles, para poder mejorar y autodescubrirse.
Sobre la autora
Marta Gray es psicóloga en Sinews. Tiene un enfoque flexible que combina diferentes métodos científicamente probados (Terapia de Aceptación y Compromiso, TCC, EMDR) dependiendo de las necesidades del paciente. Su principal campo de especialización es el trabajo con adultos y está especialmente interesada en traumas complejos, trastornos de ansiedad, desregulación emocional y terapia de pareja.
¿Cómo puedo mejorar mi inteligencia emocional?
La inteligencia emocional, esa capacidad para entender y gestionar nuestras emociones, es un recurso invaluable que puede marcar la diferencia en la calidad de nuestras relaciones así como en nuestro éxito personal y profesional.
A lo largo de la evolución de la humanidad, las emociones han desempeñado un papel crucial en la supervivencia. La capacidad de percibir y responder a las emociones permitió a nuestros ancestros reaccionar de manera rápida y efectiva ante situaciones de peligro al sentir miedo por ejemplo, o fortalecer los vínculos sociales y familiares al sentir alegría al relacionarse.
En la actualidad siguen siendo un crucial sistema de señales evolutivas que sirven como indicadores rápidos de nuestras experiencias y desencadenan respuestas adaptativas. Saber gestionarlas y que sean nuestras grandes aliadas y no enemigas va a determinar la capacidad de tomar decisiones positivas, la calidad de nuestras relaciones interpersonales, la habilidad de ser resilientes y hacer frente a la adversidad, nuestro estado general de salud y bienestar así como nuestro desempeño profesional.
Daniel Goleman, un psicólogo estadounidense, popularizó este concepto a través de su libro «Inteligencia Emocional», publicado en 1995. Según Goleman:
La inteligencia emocional se refiere a la capacidad de reconocer, comprender y gestionar nuestras propias emociones, así como la habilidad para reconocer, influir y gestionar las emociones de los demás en nuestras interacciones cotidianas.
Afortunadamente, la inteligencia emocional no es una habilidad fija, sino que puede ser aprendida y mejorada con el tiempo. Es un factor clave para el éxito en la vida, tanto en el ámbito personal como en el profesional, y según Goleman puede ser incluso más importante que el coeficiente intelectual (CI) en la determinación del rendimiento profesional y el bienestar general.
En un mundo cada vez más interconectado, donde las relaciones humanas desempeñan un papel fundamental en el éxito personal y profesional, cultivar y mejorar nuestra inteligencia emocional se convierte en una tarea esencial.
En este artículo, exploraremos 6 estrategias prácticas para potenciar tu inteligencia emocional. Descubriremos cómo estas habilidades pueden impactar positivamente en tu bienestar general, en tu toma de decisiones y en la calidad de tus relaciones interpersonales.
1. Autoconocimiento: La base de la Inteligencia Emocional
Antes de poder gestionar tus emociones, necesitas ser consciente de ellas. Dedica tiempo a reflexionar sobre tus sentimientos. Lleva un diario emocional para identificar patrones y desencadenantes emocionales, identificando y etiquetando lo que sientes en diferentes situaciones y cómo tus emociones afectan tus pensamientos, tu conducta y tus sensaciones corporales.
La autoconciencia te permite comprender mejor tus reacciones emocionales y te brinda la capacidad de gestionarlas de manera más efectiva. Esta práctica te permitirá reconocer tus reacciones automáticas y proporcionará una base sólida para el crecimiento emocional.
La autoconciencia también implica estar presente en el momento actual. La atención plena o mindfulness es una técnica efectiva para cultivar esta conciencia. Dedica unos minutos cada día a practicar la atención plena, centrándote en tus pensamientos y emociones sin juzgarlos. A medida que desarrollas la autoconciencia, te vuelves más capaz de reconocer y comprender tus propias emociones.
2. Gestión Emocional: Aprender a Canalizar tus Emociones
Una vez que eres consciente de tus emociones, el siguiente paso es aprender a gestionarlas. Practica la autorregulación emocional, identificando estrategias que te ayuden a mantener la calma en situaciones estresantes. La meditación, la respiración consciente y la práctica de la empatía contigo mismo son herramientas poderosas para manejar tus emociones de manera saludable. Establece rutinas que fomenten la estabilidad emocional en tu vida diaria.
3. Empatía: Conectar con las Emociones de los Demás
La empatía es la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás. Cultivar la empatía fortalece tus habilidades sociales y mejora tus relaciones interpersonales. Escucha activamente a los demás, sé consciente de sus emociones y muestra comprensión, prestando atención completa a la comunicación no verbal y verbal de los demás. Intenta comprender las experiencias y perspectivas de los demás sin juzgar.
Este acto no solo fortalece tus conexiones, sino que también te permite ver el mundo desde perspectivas diversas.
Participar en actividades que te expongan a diversas experiencias y puntos de vista puede ampliar tu comprensión empática. La lectura, el voluntariado y la participación en grupos diversos te permiten entrar en contacto con diferentes realidades y aumentar tu capacidad de empatizar con una gama más amplia de emociones y experiencias.
4. Habilidades Sociales: Construir Relaciones Saludables
Las habilidades sociales son esenciales para el éxito en la vida personal y profesional. Desarrolla la capacidad de comunicarte efectivamente, resuelve conflictos de manera constructiva y practica la asertividad. Construir relaciones saludables implica establecer límites claros, expresar tus necesidades de manera respetuosa y estar abierto al diálogo. Participar en actividades grupales puede ser una excelente manera de practicar estas habilidades.
5. Motivación: Impulso para el Crecimiento Personal
La motivación es un componente clave de la inteligencia emocional. Reflexiona sobre tus valores y objetivos a largo plazo. ¿Qué te impulsa a levantarte cada mañana? Al alinear tus metas con tus valores fundamentales, encontrarás una fuente duradera de motivación. Descubre lo que te apasiona y establece metas significativas que te inspiren y te impulsen a crecer.
La capacidad de mantener la motivación incluso en tiempos difíciles es fundamental para superar desafíos y alcanzar el éxito a largo plazo. Mantente enfocado en tus objetivos, incluso cuando enfrentes obstáculos, y utiliza los desafíos como oportunidades de crecimiento. Recuerda que el camino hacia el logro puede estar lleno de obstáculos, pero enfrentarlos con determinación refuerza tu resiliencia emocional. Celebra los éxitos, incluso los pequeños, y aprende de los fracasos.
6. Desarrollo Continuo: Un Compromiso de por Vida
Mejorar la inteligencia emocional no es un destino, sino un viaje continuo. Comprométete a aprender y crecer a lo largo del tiempo. Buscar la orientación de profesionales y reflexionar regularmente sobre tus experiencias emocionales forman parte del compromiso constante con el desarrollo personal que te ayudará a mantener una inteligencia emocional sólida a lo largo de tu vida. Cada experiencia, positiva o negativa, es una oportunidad para aprender. Reflexiona sobre las situaciones emocionales pasadas y considera cómo podrías haber manejado las cosas de manera diferente. Esta autoreflexión constructiva alimenta el crecimiento emocional.
En conclusión, la inteligencia emocional emerge como un pilar fundamental que sostiene múltiples facetas de la vida de una persona, impactando tanto en su bienestar psicológico como en su éxito en diversas áreas. Desde las relaciones interpersonales hasta el ámbito profesional y la salud mental, la influencia de la inteligencia emocional es omnipresente, delineando el camino hacia una vida más plena y satisfactoria. El viaje hacia la mejora de la inteligencia emocional es un proceso valioso que contribuye significativamente al bienestar personal y a relaciones más saludables. Al desarrollar el autoconocimiento, gestionar las emociones, cultivar la empatía, mejorar las habilidades sociales, mantener la motivación y comprometerse con el desarrollo continuo, estarás en camino hacia una vida más plena y enriquecedora.
Cultivar esta habilidad no solo enriquece la vida de cada individuo, sino que también contribuye positivamente a la construcción de comunidades más compasivas, entornos de trabajo más colaborativos y sociedades más resilientes. Así, la inteligencia emocional se revela como una herramienta esencial para abrazar la complejidad de la experiencia humana y avanzar hacia una vida plena de significado y conexión.
Sobre la autora
Verónica Sarria es psicóloga sanitaria en Sinews. Está especializada en trastornos de la conducta alimentaria y obesidad, trabajando con adolescentes y adultos. De igual manera trata otras problemáticas como ansiedad, depresión, duelo, autoestima y problemas en relaciones interpersonales, entre otros. Su orientación es cognitivo conductual pero integra herramientas y técnicas de otras corrientes según las necesidades de cada paciente, gracias a su formación en mindfulness, mindful eating, teoría del apego y terapia sistémica (de familia).
Explorando la Terapia EMDR: Tratamiento de Trauma con Estímulos Sensoriales
La Terapia EMDR, conocida como Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares en inglés (Eye Movement Desensitization and Reprocessing), representa un enfoque terapéutico que integra estímulos sensoriales para abordar experiencias traumáticas pasadas.
¿Qué implica la Terapia EMDR?
Este enfoque terapéutico está diseñado para asistir a individuos en la superación de traumas emocionales. Durante las sesiones, el terapeuta guía al paciente para que se enfoque en recuerdos o imágenes perturbadoras, empleando movimientos oculares laterales, sonidos bilaterales o estimulación táctil.
Estos estímulos sensoriales facilitan el desbloqueo del procesamiento de memorias traumáticas, permitiendo que el cerebro las procese de una manera más adaptable.
¿En qué situaciones se recomienda la Terapia EMDR?
Principalmente, se emplea para tratar el trastorno de estrés postraumático (TEPT), aunque también ha demostrado eficacia en otros trastornos psicológicos como la ansiedad, la depresión, fobias y trastornos alimenticios. Además, se ha explorado su uso en casos de adicción y dolor crónico.
¿Cómo se desarrollan las sesiones de EMDR?
Las sesiones típicamente tienen una duración de 60 a 90 minutos y se estructuran en distintas fases.
Inicialmente, el terapeuta evalúa la historia clínica y las necesidades específicas del paciente. Posteriormente, guía al individuo para identificar un objetivo de tratamiento claro. En la siguiente etapa, el terapeuta facilita la desensibilización de los recuerdos traumáticos, haciendo uso de estímulos sensoriales como movimientos oculares, sonidos bilaterales o estimulación táctil.
Finalmente, se trabaja con el paciente para consolidar los resultados obtenidos y establecer un plan de acción para el futuro.
¿Cómo inciden los movimientos oculares en la Terapia EMDR?
Según la hipótesis de Shapiro, se cree que los movimientos oculares en la Terapia EMDR están relacionados con la manera en que el cerebro procesa y almacena la información. Estos movimientos oculares pueden contribuir a liberar memorias traumáticas y facilitar un procesamiento más adaptativo de la experiencia.
¿Es aplicable la Terapia EMDR en niños?
Sí, la Terapia EMDR puede adaptarse para trabajar con niños, ajustando el proceso terapéutico a su edad y nivel de desarrollo. Terapeutas especializados emplean técnicas específicas para ayudar a los niños a procesar experiencias traumáticas y superar los síntomas relacionados. Es esencial proporcionar a los niños que reciben Terapia EMDR un entorno seguro y de apoyo para manejar sus emociones durante y después del tratamiento.
¿Por qué tengo hambre continuamente y cómo evitarlo?
La sensación de hambre puede tener diversas causas, y entenderlas puede ayudarte a manejar mejor tu alimentación. Algunas razones comunes por las cuales podrías sentir hambre son las propias necesidades fisiológicas, una falta de hidratación, factores emocionales o lo que suelo ver más en consulta, unos niveles bajos de glucosa en sangre.
La glucosa es un tipo de azúcar simple que sirve como fuente principal de energía para muchas células del cuerpo. Es un monosacárido, lo que significa que es una molécula de azúcar compuesta por un solo tipo de unidad de azúcar. La glucosa es esencial para el funcionamiento adecuado del cuerpo humano, ya que proporciona la energía necesaria para llevar a cabo diversas funciones celulares y metabólicas. Cuando esta glucosa está baja en sangre, nuestro cuerpo quiere aumentarla para poder tener energía.
Cuando consumes alimentos que contienen carbohidratos, como azúcares y almidones, tu cuerpo descompone estos compuestos en glucosa durante la digestión. La glucosa luego circula en el torrente sanguíneo y es transportada a las células para su uso inmediato como fuente de energía o se almacena en el hígado y los músculos en forma de glucógeno para un uso futuro.
La regulación cuidadosa de los niveles de glucosa en la sangre es crucial para mantener la salud. La hormona insulina, producida por el páncreas, desempeña un papel clave en este proceso, facilitando la entrada de la glucosa en las células y ayudando a mantener los niveles de glucosa en la sangre dentro de un rango normal. Problemas en la regulación de la glucosa, como la diabetes, pueden tener consecuencias significativas para la salud.
¿Cuándo aumenta o disminuye la glucosa en sangre?
La glucosa en sangre tiende a subir y bajar en respuesta a varios factores, y tenemos que entender y ser conscientes de que es un proceso normal en el cuerpo. Aquí hay algunas situaciones comunes en las que los niveles de glucosa en sangre pueden fluctuar:
- Después de Comer (Postprandial): después de una comida, los niveles de glucosa en sangre tienden a aumentar debido a la absorción de glucosa desde los alimentos en el sistema digestivo. Esto es parte de la respuesta natural del cuerpo a la ingesta de alimentos. Sin embargo, una comida que no esté equilibrada proporcionará una desregulación de estos niveles de glucosa y hará que tengamos hambre antes de lo normal.
- Ayuno o Prolongado Período Sin Comer: durante el ayuno o si pasa mucho tiempo entre comidas, los niveles de glucosa en sangre pueden disminuir a medida que el cuerpo utiliza la glucosa almacenada para obtener energía.
- Ejercicio: la actividad física puede reducir los niveles de glucosa en sangre, ya que los músculos utilizan la glucosa como fuente de energía durante el ejercicio.
- Estrés: el estrés puede afectar los niveles de glucosa en sangre. En situaciones de estrés, el cuerpo puede liberar hormonas que aumentan los niveles de glucosa para proporcionar energía adicional.
¿Cómo afecta a nuestro cuerpo las oscilaciones de glucosa en nuestra sangre?
Las oscilaciones en los niveles de glucosa en sangre pueden tener varios efectos en el cuerpo y la salud, especialmente si estas oscilaciones son extremas o se producen de manera frecuente. Aquí hay algunas formas en las que las fluctuaciones en los niveles de glucosa pueden afectar:
Fatiga y Energía:
Niveles bajos de glucosa en sangre pueden llevar a fatiga y debilidad, ya que las células no reciben suficiente energía para funcionar correctamente.
Niveles altos de glucosa pueden causar fatiga debido a la resistencia a la insulina, donde las células tienen dificultades para utilizar la glucosa disponible.
Estas continúas subidas y bajadas de glucosa en sangre provocarán en nuestro cuerpo unos picos de energía momentáneos continuados de un cansancio extremo. Es algo que muchos piensan que es normal en el día a día, pero no es así. Mantener unos niveles regulares de glucosa en sangre hará que nuestra energía también se mantenga estable.
Cambios de Humor:
Oscilaciones en los niveles de glucosa pueden afectar el estado de ánimo. Los niveles bajos de glucosa pueden causar irritabilidad y cambios de humor, mientras que los niveles altos pueden estar asociados con fatiga y letargo. Cuando estamos con uno niveles bajos de glucosa en sangre, apáticos, buscamos comida que nos haga sentir mejor, normalmente dulce, que hará que estos niveles de glucosa se eleven rápidamente.
Problemas Cognitivos:
Niveles bajos de glucosa pueden afectar la función cerebral y la concentración. Esto es especialmente importante porque el cerebro depende en gran medida de la glucosa como fuente de energía. En personas con déficit de atención, autismo, u otras patologías cognitivas, mantener niveles de glucosa regulares hará que no se exageren estos problemas.
Síntomas Físicos:
Oscilaciones extremas pueden causar síntomas físicos como temblores, sudoración, mareos y en casos más graves, desmayos.
Daño a Órganos y Tejidos:
Niveles elevados de glucosa a largo plazo, como en el caso de la diabetes mal controlada, pueden contribuir al daño de órganos y tejidos, incluyendo los ojos, los riñones, los nervios y los vasos sanguíneos.
Aumento del Riesgo Cardiovascular:
Las fluctuaciones frecuentes en los niveles de glucosa, especialmente si son extremas, pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Problemas Metabólicos:
Oscilaciones frecuentes pueden contribuir a la resistencia a la insulina, lo que puede llevar al desarrollo de la diabetes tipo 2.
¿Qué podemos hacer para evitar oscilaciones de glucosa y mantener el hambre a raya?
Si comenzamos nuestro día con un desayuno rico en carbohidratos refinados (pan blanco, bollería, galletas o incluso cereales sacados de una caja) o un zumo de naranja, nuestra glucosa se disparará desde primera hora de la mañana. Esto conllevará una consiguiente bajada en sangre y por lo tanto, un aumento del apetito a media mañana (¿te suena, no?). Nuestro cuerpo es sabio, y una vez conseguido ese aumento de glucosa desde primera hora de la mañana, buscará siempre que lo mantengas tan elevado, pero no es saludable.
Mantener el hambre a raya implica adoptar hábitos alimenticios y de estilo de vida que ayuden a controlar el apetito. Algunas estrategias que pueden ayudarte a mantener el hambre bajo control:
- Comer Comidas Equilibradas: incluye proteínas magras, carbohidratos complejos y grasas saludables en cada comida. Estos nutrientes proporcionan una sensación de saciedad y ayudan a mantener los niveles de energía estables. Guíate por el Plato de Harvard para comer y cenar, ajustando proporciones a tu actividad física, peso altura y objetivos.
- Consumir Fibra: los alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras, granos enteros y legumbres, son más satisfactorios y pueden ayudar a mantener el hambre a raya al aumentar la sensación de saciedad.
- Hidratación Adecuada: a veces, la sed puede ser confundida con hambre. Beber suficiente agua durante el día puede ayudar a mantener el hambre bajo control.
- Evitar Azúcares y Carbohidratos Refinados: los alimentos con alto contenido de azúcares simples y carbohidratos refinados pueden llevar a fluctuaciones en los niveles de glucosa en sangre, lo que puede aumentar el apetito. Opta por fuentes de carbohidratos más saludables.
- Incluir Snacks Saludables: no pasa nada si sientes hambre entre comidas, elige snacks saludables y saciantes, como frutas, yogur griego, nueces o vegetales con hummus.
- Dormir Suficiente: la falta de sueño puede afectar las hormonas que regulan el hambre y el apetito. Intenta asegurarte de obtener suficientes horas de sueño cada noche.
- Gestionar el Estrés: el estrés puede afectar el apetito. Practicar técnicas de manejo del estrés, como la meditación o el yoga, puede ayudar a controlar el hambre emocional.
Recuerda que cada persona es única, y puede ser útil experimentar con diferentes enfoques para encontrar lo que funcione mejor para ti. Un modelo de alimentación saludable pasa por comer 3 veces al día, 5 o incluso 2. Sentir hambre es normal, es un proceso fisiológico. Sin embargo, si experimentas una sensación constante e inusual de hambre, o si hay cambios significativos en tu apetito sin una causa evidente, podría ser útil consultar a un nutricionista para obtener orientación personalizada.
Sobre la autora
Adriana Martín es nutricionista clínica en Sinews. Atiende tanto a adultos, como adolescentes y niños que buscan mejorar su salud a través de la alimentación. Está especializada en salud pública y también trata TCA, SIBO, enfermedades crónicas y otras patologías, así como ganancia de masa muscular o pérdida de peso. Su enfoque no consiste en pautar menús cerrados, sino en hacer entender la importancia de la nutrición en cada etapa de la vida a través de diferentes herramientas.
Un Análisis Psicológico de "El Sutil Arte de Que Te Importe Un Carajo" de Mark Manson
«El Sutil Arte de Que Te Importe Un Carajo» de Mark Manson es una toma audaz e irreverente del género de autoayuda que ha causado sensación en todo el mundo. Publicado en 2016, desafía la noción de que la felicidad se puede lograr únicamente a través del pensamiento positivo y la búsqueda incesante del placer. En cambio, Manson presenta una perspectiva refrescante sobre la vida, abogando por abrazar el dolor, el sufrimiento y la inevitabilidad de los problemas como componentes esenciales del crecimiento personal y la felicidad. En esta reseña, exploraremos las perspicacias y limitaciones psicológicas de esta obra provocativa.
Lo Bueno en el Libro desde un Punto de Vista Psicológico
- Abrazar el Dolor y el Sufrimiento: Desde un punto de vista psicológico, el énfasis de Manson en abrazar las dificultades de la vida es una salida refrescante de la prevalente cultura del pensamiento positivo. Psicológicamente, esto se alinea con el concepto de "resiliencia". La resiliencia es la capacidad de recuperarse de la adversidad, y los estudios han demostrado que las personas que enfrentan los desafíos y contratiempos de la vida tienden a desarrollar una mayor resiliencia. Al alentar a los lectores a enfrentar el dolor y el sufrimiento de frente, Manson promueve un enfoque psicológicamente más saludable hacia la adversidad.
- El Poder de los Valores: El enfoque de Manson en los valores también tiene mérito psicológico. Los psicólogos a menudo enfatizan la importancia de tener un conjunto claro de valores como fuente de motivación y bienestar. Vivir en consonancia con nuestros valores contribuye a un sentido de propósito y satisfacción. La idea de Manson de que la felicidad y el éxito fluyen naturalmente al vivir de acuerdo con nuestros valores se relaciona con las teorías psicológicas sobre la motivación intrínseca y la autodeterminación.
- Responsabilidad y Propiedad: El llamado de Manson a que los lectores asuman la responsabilidad de sus vidas y sus reacciones ante los eventos hace eco de los principios de la terapia cognitivo-conductual (TCC). La TCC enfatiza que nuestros pensamientos y creencias influyen en nuestras emociones y comportamientos. Al reconocer nuestro papel en la formación de nuestras experiencias, podemos tener un mayor control sobre nuestras vidas y nuestro bienestar. El énfasis de Manson en la responsabilidad personal se alinea con el objetivo de la TCC de identificar y modificar patrones de pensamiento perjudiciales.
Lo Malo en el Libro desde un Punto de Vista Psicológico
- Simplificación Excesiva: Una crítica psicológica del libro es su tendencia a simplificar cuestiones emocionales y mentales complejas. Si bien la filosofía de "no dar un carajo" de Manson puede ser empoderadora, puede que no sea adecuada para personas que luchan con problemas graves de salud mental, como la depresión clínica o los trastornos de ansiedad. Estas personas pueden requerir intervenciones psicológicas más matizadas y apoyo.
- Desatención de Factores Sistémicos: El enfoque de Manson pone un gran énfasis en la responsabilidad individual, a veces pasando por alto el impacto de los factores sistémicos en la vida de una persona. Los psicólogos reconocen que los factores externos, como las condiciones socioeconómicas, pueden afectar profundamente la salud mental y el bienestar de un individuo. Un enfoque exclusivo en la responsabilidad personal podría no abordar adecuadamente estas influencias externas.
- Limitada Profundidad Psicológica: Si bien la filosofía de "no dar un carajo" de Manson resuena con muchos, no profundiza en las teorías psicológicas y la evidencia que la respaldan. Los lectores interesados en una comprensión integral de los principios psicológicos detrás de las ideas de Manson pueden encontrar que el libro carece en este aspecto. Una exploración más completa de los fundamentos psicológicos podría haber agregado profundidad a sus argumentos.
¿Cómo Puedes Aprender a No Dar un Carajo?
Aprender a «no dar un carajo» en el sentido de Manson implica varios principios psicológicos:
- Atención Plena (Mindfulness) Manson aboga por estar presente y completamente comprometido con los desafíos de la vida. La atención plena, una práctica psicológica, enseña a las personas a observar sus pensamientos y emociones de manera no crítica. Esto puede ayudar a enfrentar el dolor y el sufrimiento sin sentirse abrumado.
- Clarificación de Valores: Identificar y aclarar tus valores centrales, como sugiere Manson, se alinea con las teorías psicológicas sobre motivación y bienestar. Los psicólogos a menudo utilizan intervenciones basadas en valores para ayudar a las personas a llevar vidas más satisfactorias.
- Técnicas Cognitivo-Conductuales: El llamado de Manson a la responsabilidad personal coincide con la terapia cognitivo-conductual (TCC). Aprender técnicas de TCC puede ayudar a las personas a identificar y modificar patrones de pensamiento perjudiciales que contribuyen a la angustia emocional.
Algunas Palabras Clave Importantes y Su Significado
- Resiliencia: La resiliencia, un concepto psicológico, se refiere a la capacidad de un individuo para recuperarse de la adversidad. El énfasis de Manson en abrazar las dificultades de la vida se alinea con la idea de que enfrentar los desafíos de frente puede fomentar la resiliencia. Psicológicamente, desarrollar resiliencia es crucial para mantener el bienestar mental ante los inevitables contratiempos de la vida.
- Valores: El concepto de valores desempeña un papel importante tanto en la filosofía de Manson como en el bienestar psicológico. En psicología, los valores representan las creencias y motivaciones centrales de un individuo. Vivir en armonía con los valores propios se asocia con una mayor satisfacción y felicidad en la vida.
- Responsabilidad: La responsabilidad personal, un tema clave en la obra de Manson, hace eco de los principios de la terapia cognitivo-conductual (TCC). Asumir la responsabilidad de nuestros pensamientos y reacciones es un principio psicológico que puede conducir al crecimiento personal y al bienestar emocional.
- Enfrentar el victimismo: Aprender a no dar un carajo no se trata solo de adoptar una nueva mentalidad; también se trata de enfrentar algunas verdades incómodas. El estilo de escritura directo y sin filtros de Manson puede resultar ofensivo para algunos, pero transmite un mensaje esencial. Una de las lecciones cruciales de 'El Sutil Arte de Que Te Importe Un Carajo' es la importancia de abordar la mentalidad de ser una víctima. Sentirse como una víctima puede ser seductor porque a menudo conduce a una mayor atención del entorno y a expectativas más bajas hacia uno mismo. Crea una burbuja de seguridad. Sin embargo, romper con esta mentalidad exige asumir la responsabilidad de tu situación y decisiones. El enfoque sincero de Manson podría no ser el más gentil, pero contiene mucha verdad. Los psicólogos normalmente abordarían este tema con más cuidado, pero la crudeza del mensaje de Manson resuena con muchos precisamente porque obliga a los lectores a enfrentar la incómoda realidad de su propia agencia en los resultados de la vida.
En conclusión, «El Sutil Arte de Que Te Importe Un Carajo» de Mark Manson ofrece una perspectiva única y a veces controvertida sobre cómo vivir una vida significativa. Desde un punto de vista psicológico, el libro promueve conceptos valiosos como abrazar la adversidad, aclarar valores y asumir la responsabilidad personal. Sin embargo, también plantea preocupaciones sobre la simplificación excesiva y la falta de atención a los factores sistémicos. Aprender a «no dar un carajo» requiere una comprensión matizada de cuándo y cómo aplicar la filosofía de Manson junto con los principios psicológicos establecidos.
¿Cómo se aborda un TCA desde el punto de vista nutricional?
Un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) es un término que engloba varios tipos de trastornos relacionados con los hábitos y comportamientos alimentarios de una persona. Los TCA incluyen los trastornos alimentarios como la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón, explicados en este artículo, pero también pueden abarcar otras afecciones que no se ajustan claramente a estas categorías específicas.
Los TCA se caracterizan por una relación disfuncional con la comida y pueden involucrar preocupaciones obsesivas sobre el peso corporal, la imagen corporal y la alimentación. Estos trastornos pueden afectar tanto la salud física como la salud mental de una persona y a menudo requieren intervención y tratamiento profesional.
Algunos ejemplos adicionales de trastornos de la conducta alimentaria que pueden entrar en la categoría de TCA incluyen:
- Ortorexia: Un enfoque obsesivo en la elección de alimentos considerados saludables, con restricciones extremas y ansiedad en torno a los alimentos "no saludables".
- Vigorexia: También conocida como dismorfia muscular, es una preocupación obsesiva por ser musculoso y fuerte, lo que puede llevar a un exceso de ejercicio y consumo de suplementos.
- Trastorno de la alimentación nocturna: Las personas con este trastorno tienen episodios de ingesta excesiva de alimentos durante la noche.
- Pica: Un comportamiento de comer cosas que no son alimentos, como tierra, tiza o cabello.
- Rumia: La repetición involuntaria de la regurgitación de alimentos, que luego pueden volver a ser masticados, vuelto a tragar o escupidos.
Es importante destacar que los TCA pueden ser peligrosos y tener consecuencias graves para la salud si no se tratan adecuadamente. Es fundamental acudir a consulta médica para realizar una primera evaluación sobre la situación, así como a un nutricionista que pueda ayudarnos a afrontar y superar nuestro problema de alimentación.
¿Cómo es una consulta con un nutricionista para superar un TCA?
Un nutricionista desempeña un papel fundamental en el tratamiento de los trastornos alimenticios como parte de un equipo de atención médica interdisciplinario. Su objetivo es ayudar a los individuos a establecer una relación saludable con la comida, mejorar su ingesta nutricional y abordar los aspectos físicos de la recuperación. Aquí hay algunas de las principales acciones que un nutricionista realiza en el tratamiento de un trastorno alimenticio:
- Evaluación nutricional: El nutricionista comienza por realizar una evaluación detallada de la historia clínica, los hábitos alimenticios, los patrones de ejercicio y la composición corporal del paciente. Esta evaluación ayuda a comprender la gravedad del trastorno alimenticio y a determinar los problemas nutricionales específicos.
- Planificación de comidas y pautas dietéticas: El nutricionista trabaja en conjunto con el paciente para desarrollar un plan de comidas equilibrado y personalizado. Esto implica establecer objetivos de ingesta calórica, distribución de macronutrientes (proteínas, carbohidratos, grasas) y selección de alimentos saludables.
- Educación nutricional: Proporciona educación sobre la nutrición y la importancia de una alimentación equilibrada. Ayuda al paciente a comprender cómo los alimentos afectan su salud física y emocional.
- Monitoreo y apoyo: El nutricionista trabaja de cerca con el paciente para realizar un seguimiento regular de su progreso y ajustar el plan de comidas según sea necesario. También ofrece apoyo emocional y refuerza la importancia de mantener hábitos alimenticios saludables.
- Introducción gradual de alimentos: En algunos casos, especialmente en trastornos alimenticios como la anorexia nerviosa, el nutricionista ayuda al paciente a reintroducir gradualmente alimentos que hayan evitado o restringido durante mucho tiempo, asegurándose de que lo hagan de manera segura.
- Manejo de la ansiedad alimentaria: Ayuda al paciente a desarrollar estrategias para manejar la ansiedad y los temores relacionados con la comida, lo que puede incluir técnicas de exposición gradual.
- Trabajo en equipo: Colabora estrechamente con otros profesionales de la salud, como terapeutas, psicólogos y médicos, para garantizar un enfoque integral en el tratamiento del trastorno alimenticio.
- Educación sobre el autocuidado: Enseña a los pacientes habilidades para el autocuidado relacionadas con la alimentación y el mantenimiento de una relación positiva con la comida a largo plazo.
- Prevención de recaídas: Una vez que se ha logrado la estabilización y la recuperación inicial, el nutricionista trabaja con el paciente para prevenir recaídas y mantener hábitos alimenticios saludables a largo plazo.
Es importante destacar que el tratamiento de los trastornos alimenticios es un proceso multidisciplinario y que la terapia nutricional es solo una parte de la atención integral. La atención médica y psicológica también son esenciales para abordar los aspectos físicos y psicológicos de los trastornos alimenticios.
¿Es importante entonces trabajar con un nutricionista y un psicólogo a la vez para abordar un TCA?
La relación entre la nutrición y la psicología es muy estrecha y compleja. La forma en que comemos y nuestra dieta pueden tener un impacto significativo en nuestra salud mental y emocional, y a su vez, nuestros estados emocionales y psicológicos pueden influir en nuestros hábitos alimenticios y elecciones dietéticas. Es por ello que el trabajo conjunto de un nutricionista y un psicólogo es esencial en el tratamiento de trastornos alimenticios y otros problemas relacionados con la alimentación. Ambos profesionales aportan sus conocimientos y habilidades para abordar tanto los aspectos nutricionales como los psicológicos de estos trastornos.
Tras una evaluación inicial, donde ambos profesionales realizan análisis de la situación, éstos se ponen en contacto para la coordinación del tratamiento. El nutricionista y el psicólogo trabajan juntos para desarrollar un plan de tratamiento integral y coordinado. Esto implica establecer objetivos nutricionales y emocionales, así como un enfoque conjunto para abordar las necesidades del paciente. Es importante que exista una comunicación regular para compartir información relevante sobre el paciente. Esto les permite ajustar el tratamiento según sea necesario y garantizar una atención coherente.
El apoyo emocional por parte del psicólogo es fundamental para ayudar a identificar y manejar los sentimientos y emociones relacionadas con la alimentación y el trastorno alimenticio. Por otro lado, el nutricionista educará al paciente sobre la importancia de la nutrición equilibrada y la relación entre la salud física y mental con herramientas que el psicólogo le haya proporcionado.
En conclusión, detectar un trastorno alimenticio puede ser desafiante, pero es esencial prestar atención a las señales y los síntomas que puedan indicar la presencia de un problema. La detección temprana y la intervención son cruciales para la recuperación.
Es importante recordar que la recuperación de un TCA es un proceso gradual y que cada persona es única. La recuperación puede llevar tiempo y esfuerzo, pero es posible. Es crucial buscar ayuda lo antes posible y mantener un compromiso continuo con el tratamiento y el apoyo a lo largo del camino hacia la recuperación. La recuperación total es un objetivo alcanzable, y muchas personas han logrado superar los TCA con el apoyo adecuado.
En este tipo de casos, la relación entre la nutrición y la psicología cobra una importancia significativa. Los hábitos alimenticios y la salud mental están estrechamente interconectados, y ambos pueden influenciarse mutuamente de diversas maneras. Es fundamental comprender cómo los factores psicológicos pueden afectar nuestros patrones alimenticios y cómo nuestras elecciones alimenticias pueden impactar nuestra salud mental y emocional.
Sobre la autora
Adriana Martín es nutricionista clínica en Sinews. Atiende tanto a adultos, como adolescentes y niños que buscan mejorar su salud a través de la alimentación. Está especializada en salud pública y también trata TCA, SIBO, enfermedades crónicas y otras patologías, así como ganancia de masa muscular o pérdida de peso. Su enfoque no consiste en pautar menús cerrados, sino en hacer entender la importancia de la nutrición en cada etapa de la vida a través de diferentes herramientas.