¡Mamá, Papá, Tengo miedo!. Los miedos infantiles
Tener miedo es algo común en los niños. El miedo es una de las emociones más básicas del ser humano. Tanto los niños como los adultos los sufrimos en algún momento de nuestras vidas, sin el miedo no habríamos sobrevivido como especie y no existiríamos hoy en día. En realidad su función es adaptativa, ya que actúa como una alarma que nos indica que nos salvemos del peligro. Lo que pasa a veces es que el miedo no es real, o no responde a una amenaza física verdadera, sino que lo generamos en nuestro cerebro.
Los miedos de los niños son evolutivos, es decir, van cambiando según la edad del niño. La clave está en aprender a superarlos cada uno en su momento y a la edad a la que aparecen, evitando que se queden estancados y que el niño vaya acumulando miedos a lo largo de su crecimiento.
¿Cuándo se considera normal que aparezcan los miedos?
Normalmente hablamos de la aparición de los miedos infantiles a los dos años, porque a esta edad cobran protagonismo la fantasía y la imaginación de los pequeños; pero eso no quiere decir que los niños no tengan miedos antes.
Con un año, la mayoría de sus temores tienen que ver con el miedo a que les abandonen, miedo a los extraños o desconocidos, y sobresaltos bruscos. Entre los dos y los cuatro años predominan el temor a los animales, la oscuridad, máscaras y disfraces, y a perder de vista a los padres. Entre los cuatro y los seis años se mantiene el miedo a la oscuridad y a los animales, y aparecen los miedos a las catástrofes, al dolor, a la sangre y a los seres imaginarios. Entre los seis y los nueve años el niño suele tener miedo a los incendios, a los accidentes, a las enfermedades o a conflictos con sus mayores, y comienzan las incertidumbres con respecto al ciclo de la vida y la muerte. A partir de los 12 años vienen los temores relacionados con su propia autoestima personal, los exámenes escolares, las heridas y la muerte de seres queridos.
¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos a superar el miedo?
La sociedad actual huye del miedo. No sabe cómo enfrentarse a él ni aplacarlo y lo ignora. Estamos habituados a escuchar que “los valientes no tienen miedo”, “los niños no lloran” u otro tipo de frases en las que le miedo es ridiculizado. Pero si no lo aceptamos, ¿cómo podemos combatirlo?
Muchos niños se asustan de lo que no conocen y solo se sienten seguros con papá y mamá. Por tanto, vuestro apoyo, proximidad y consuelo son las mejores herramientas para que superen sus miedos.
Consejos para ayudar a su hijo a superar el miedo:
La evitación es la peor de las respuestas, porque si se evita el miedo, se aparca el tema y nunca se crean estrategias para superarlo. Por eso, no podemos permitir que los niños eviten la situación del miedo, tenemos que enfrentarles poquito a poco, dándoles recursos, dándoles pequeñas técnicas, con un adulto al lado, que les sirva de referencia, que les ofrezca seguridad, pero nunca fomentar la evitación. Por ejemplo, si el pequeño teme a los perros, no los evites siempre cuando os crucéis uno por la calle.
Aquí tenéis algunas estrategias:
- Es fundamental, antes que nada, no reñirles ni obligarles a cambiar de actitud. Si un pequeño tiene miedo es importante que no le hagas sentir mal por ello, y explicarle que el miedo es normal en ciertas situaciones. Por extraño que te parezca su miedo nunca lo ridiculices.
- Escucha a tu hijo, permitiéndole que exprese todos sus miedos.
- Réstales importancia pero sin ignorarlas.
- Transmítele afecto, protección, tranquilidad y confianza. De esa forma, tu hijo te contará sus miedos y podrás ayudarlo a que los supere y crezca más seguro de sí mismo.
- Enfréntate al problema con tu hijo. Cuando él no sea capaz de hacer algo solo, intenta hacerlo con él para que pueda comprobar que no pasa nada. Si por ejemplo, él no quiere entrar a oscuras en su habitación, dale la mano y entra con él.
- No pierdas la oportunidad de enseñar a tu hijo cómo otras personas actúan con confianza en aquellas situaciones que él teme. Si tu hijo ve a otro niño tocar un perro puede que le ayude a perder el miedo a los animales.
- Cuando tu hijo esté pasando por una situación de miedo, trata de distraerle con juegos, pero cuéntale siempre la verdad. A veces es lo desconocido y la falta de información lo que provoca los temores a tu hijo. Si él se asusta con los cuentos de ogros, brujas, etc., dile que todos los personajes no existen en la realidad y que viven solamente en los cuentos, y en las películas.
- Comunícate con él y analizad juntos la situación con naturalidad.
- Ayúdale a que él mismo evalúe su nivel de miedo y proporciónale estrategias para que, poco a poco, vaya venciéndolo (respirar profundamente, pensar en cosas agradables, recordar por qué está fuera de peligro, etc.).
- Si estas estrategias no funcionan, y el miedo aparenta estar fuera de todo control o las reacciones son desmesuradas, es el momento de pedir ayuda profesional a un psicólogo.
«El miedo parece existir tan sólo para ser superado, y es precisamente esta superación la que le permite al niño crecer y adquirir la autonomía que le servirá para la vida adulta» JAN-UWE RODGE