Depresión, esta palabra está asociada a un montón de significados que poseemos según el aprendizaje popular que tenemos de el. Probablemente la noción más popular que todos tenemos es de una persona triste (sea por algo específico o general) que se queda el día en la cama sin poder hacer nada por la falta de energía, y es que así nos lo han vendido la mayoría de las series y películas populares de nuestros tiempos.
Hay una razón por la que este sea el trastorno mental más conocido a nivel popular y es que en algún momento de la vida todos tenemos un episodio pasajero de ello, un periodo de tiempo donde nos sentimos sin energía, sin ganas de hacer nada, y con una tristeza general sobre todo o incluso una falta de emociones en general.
Pero la verdad es que la depresión encuadra muchas más cosas, y el hecho de convertirlo en un fenómeno popularmente conocido ha hecho que se generen también una gran cantidad de mitos respecto al mismo, mitos como que la depresión es solo una falta de ganas, que con el tiempo la persona que lo sufre lo supera solo, que la depresión viene porque nos ha pasado algo malo o que siempre se ve cuando una persona está deprimida. La verdad es que nada de esto es totalmente cierto, la depresión encuadra muchos patrones de conducta distintos y es más común encontrar dos casos completamente distintos que iguales, aunque sea el mismo problema.
Como ya se mencionó, hay una gran cantidad de series y películas que tratan sobre la depresión, aunque muchos de ellos caen en el error (sea intencional o no) de romantizarlo o generar mitos respecto la misma, y por ello quiero recomendar una serie que es mezcla de drama y comedia escrita, y protagonizada, por uno de los mas reconocidos comediantes del mundo Ricky Dene Gervais, llamada After-life. En esta serie Ricky Gervais interpreta el papel de Tony Johnson, periodista de un pequeño periódico local de su pueblo, que entra en un estado depresivo tras el fallecimiento de su mujer por un cáncer.
Tony contempla el suicidio como una manera de acabar con todo y se da cuenta de que ya no le importa nada, todas las normas ‘sociales’, su bienestar, higiene, amigos y demás ya no tiene importancia para el por lo que es libre de hacer y decir lo que quiera, pero sus planes de ser 100% libre se ‘frustran’ ante la continua insistencia de su familia y amigos por asegurarse de que esté bien e intentar ayudarle, lo cual no hace sino empeorar su situación y lo que siente.
Además, se ve cómo Tony va aguantando día a día debido a algunas grabaciones que su mujer le dejó dónde le va recordando periódicamente que tiene que seguir intentándolo, que no tiene que darse por vencido y que tiene gente que lo quiere, siendo una representación magnífica de los pensamientos que muchas personas afectadas tienen y que los lleva a seguir aguantando. Otro aspecto importante es su perra Brandy, la cual le acompaña en casi toda la serie y se le pinta como un factor de protección ante la necesidad que tiene de seguir cuidándola, aunque todo le de igual.
La serie muestra de manera muy realista, aunque también con toques muy cómicos, cómo es el día a día de una persona con depresión, cómo piensan y racionalizan las cosas que hacen y los factores que pueden hacer que se mantenga el episodio en el tiempo, dándonos una noción dura, aunque muy acertada sobre lo que puede conllevar padecer un trastorno depresivo. Prueba de su realismo son las aclamadas críticas que ha tenido la serie no solo por sus fans sino también por algunas organizaciones de salud mental que avalan su realismo y agradecen que se le quite el tabú a este trastorno de manera cómica, aunque dura. Por todo esto, recomendaría la serie After- life como un medio de aprendizaje que pueda ayudar a entender lo que ocurre con las personas que sufren depresión, sea para personas cercanas como amigos o familiares, o incluso para la persona que lo sufre.
Actualmente, la serie After-life está disponible en Netflix y tiene ya 2 temporadas con una tercera confirmada y en producción.
Departamento Psicológico, Psicoterapéutico y Coaching
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