Tomamos decisiones constantemente. Cada día elegimos la ropa que vamos a llevar o lo que vamos a comer. En estas ocasiones tomar decisiones se plantea como una tarea sencilla. Pero, ¿qué ocurre cuando debemos tomar decisiones más importantes en nuestra vida? Si miramos atrás, observamos que nuestras decisiones pasadas, entre otros factores, nos han llevado al presente en el que vivimos.

Algunas personas experimentan dificultades a la hora de tomar decisiones que consideran importantes. A veces podemos sentirnos bloqueados, paralizados por el miedo a la incertidumbre o a tomar la decisión equivocada. La indecisión puede llevarnos a postergar constantemente el momento de decidir, además de hacernos sentir cansancio e impotencia.

A lo largo de este artículo se describirán los modelos psicológicos que explican los procesos de toma de decisiones, se identificarán los factores que dificultan estos procesos y se propondrán estrategias para afrontarlos. También hablaremos sobre como las emociones afectan a nuestras decisiones.

¿Cómo tomamos decisiones?

La psicología ha tratado de explicar y describir cuales son los procesos mentales subyacentes a la toma de decisiones. Se han desarrollado algunos modelos psicológicos, entre los cuales destacan:

  1. El modelo racional: esta teoría sostiene que la persona toma una decisión evaluando, por un lado, la probabilidad de cada resultado posible, y, por otro lado, el beneficio de ese resultado. Por ejemplo, imaginemos que estamos tratando de decidir qué carrera estudiar. Este modelo sostendría que tomamos esa decisión evaluando la posibilidad de entrar en la carrera que elijamos y de estudiarla satisfactoriamente, así como valorando los beneficios futuros de estudiar esa carrera (demanda del mercado, expectativas salariales…).
  2. El modelo heurístico: esta modelo crítica al modelo racional por asumir que las personas siempre tienen toda la información necesaria para tomar la mejor decisión y que valoran las posibilidades como si fueran un “ordenador sin fallos”. Sabemos que esto no es siempre así. Kahneman y Tversky (1973) señalaron que las personas utilizamos atajos mentales o “heurísticos” para tomar decisiones rápidas y eficientes ante situaciones complejas. En el ejemplo anterior de elegir una carrera universitaria, una persona podría utilizar varios heurísticos para tomar su decisión:
    • Heurístico de disponibilidad: la persona podría basar su elección en las carreras que más conoce o de las que ha oído hablar más por experiencias de personas cercanas.
    • Heurístico de representatividad: la persona podría elegir su carrera tratando de elegir aquella que se ajuste más a sus características personales, habilidades o valores.
    • Heurístico de juicio social: la persona podría elegir una carrera por la forma en la que esta está vista socialmente.
Por qué me cuesta tomar decisiones y cómo hacerlo de manera efectiva

Los heurísticos permiten explicar nuestra “intuición”, definida como la “facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento”. Es decir, nos permiten explicar por qué a veces nos decantamos por una opción sin dedicar demasiado esfuerzo consciente a reflexionar sobre una decisión. Sin embargo, en la toma de decisiones influyen también factores emocionales y subjetivos que entorpecen la elaboración de un modelo generalizable.

¿Cómo afectan nuestras emociones a nuestras decisiones?

Numerosas investigaciones demuestran que las emociones afectan en gran medida a nuestras decisiones. Influyen principalmente de dos maneras.

Por un lado, cuando nuestra corteza prefrontal (área del cerebro implicada en la toma de decisiones) empieza a crear representaciones de los escenarios que podrían producirse como consecuencia de una decisión, podemos sentir esbozo de la reacción emocional que ese escenario provocaría en nosotros. Esto nos permite tomar decisiones que se orientan a experimentar emociones positivas o placenteras y a evitar emociones negativas o displacenteras.

Por otro lado, nuestros estados emocionales también afectan a la hora de decidir. Cuando nos encontramos en estados emocionales positivos (ej. alegría o exaltación) tendemos a considerar opciones más arriesgadas y a tomar decisiones más rápidas. Mientras que los estados emocionales negativos (ej. tristeza o miedo) se asocian a decisiones más conservadoras, más lentas y en las que se evalúan mucho más los detalles.

Por qué me cuesta tomar decisiones y cómo hacerlo de manera efectiva 3

Por lo tanto, como dijo Pascal mucho antes del desarrollo de la psicobiología, “el corazón tiene razones que la razón ignora”. Es decir, las emociones pueden ser de gran ayuda a la hora de tomar decisiones vitales. Pero algunas emociones también pueden contribuir a los bloqueos que nos limitan a la hora de tomar una decisión. De estos bloqueos hablaremos en el siguiente apartado.

Los 4 factores que contribuyen a la indecisión

Los apartados anteriores han servido para entender la manera en la que las personas tomamos decisiones. Ahora vamos a identificar cuáles son los cuatro elementos que contribuyen en mayor medida a la indecisión:

  1. Necesidad de control: cuando tenemos que tomar una decisión importante para nuestras vidas nos enfrentamos a una gran incertidumbre. A veces, las personas con excesivo miedo a la incertidumbre creen necesitar mucho tiempo para recopilar más y más información que les ayude a elegir la opción más sabia. Sin embargo, a veces la información útil es también limitada. Esta búsqueda inacabable de información puede hacernos sentir una falsa “ilusión de control” mientras postergamos tomar la decisión.
  2. Falta de autoconfianza: las personas con bajos niveles de autoconfianza pueden sentirse menos dispuestas tomar decisiones y menos seguras de sus decisiones una vez las toman. Esto tiene que ver con una falta de confianza en sus propios juicios y con una sensación de que no se podrán responsabilizar de las consecuencias de la decisión que tomen. Generalmente consultan a las personas de su alrededor excesivamente antes de decidir por sí mismas.
  3. Miedo al rechazo: a veces tomar una decisión implica elegir algo que otros no elegirían. En este sentido, implica exponerse al juicio de los demás. Otras veces, tomar una decisión que nos conviene puede tener un efecto negativo para los demás. Algunas personas se bloquean ante una decisión por el miedo al “qué dirán” o a ser rechazado por otros.
  4. Miedo a equivocarnos: elegir implica renunciar a las opciones que no han sido elegidas. En algunas ocasiones el miedo a no tomar la decisión adecuada, a cometer un error o a arrepentirnos después, hace que la indecisión perdure mientras evaluamos una y otra vez en nuestra cabeza lo que puede ocurrir si nos equivocamos.
Por qué me cuesta tomar decisiones y cómo hacerlo de manera efectiva

Consejos para tomar decisiones de manera más eficaz

Una vez explicados cuales son los elementos que contribuyen en mayor medida a la indecisión, estos son los pasos que podemos seguir para hacerlo de manera efectiva:

  1. Identifica cuál es el dilema: Define el problema y por qué es necesario tomar una decisión al respecto.
  2. Plantea todas las posibles alternativas a elegir.
  3. Elabora una lista de pros y contras de cada alternativa.
  4. Elige una alternativa.
  5. Pasa a la acción: pon a prueba la opción elegida.

Cuando en este proceso nos “bloqueamos” o no sentimos que podamos llegar al paso 5, podemos:

  1. Identificar cuáles son los miedos o emociones que me bloquean a la hora tomar una decisión.
  2. Evaluar los costes de actuar desde estos miedos (quedarte en la indecisión o no tomar acción) frente a los costes de actuar de manera objetiva y tomar una decisión (afrontar esos miedos).
  3. Trabajar en asumir la responsabilidad sobre mi decisión y en aceptar que elegir siempre implica renunciar a otras posibilidades.
  4. Trabajar en asumir la falta de control. Tomamos decisiones en base a la información y a las herramientas que tenemos “hoy” y muchas veces no podemos predecir el resultado que tendrá el día de mañana.
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Tomar decisiones importantes no es tarea fácil, y requiere de planificar y actuar. Pero a veces aquello que nos bloquea tiene que ver con miedos o emociones que debemos trabajar para sentirnos más capaces y seguros a la hora de decidir.

Se recomienda complementar la lectura con este artículo y su segunda parte.

Sobre la autora

Emma es psicóloga sanitaria en Sinews. Atiende a adultos y adolescentes que acuden a consulta por problemáticas como ansiedad, depresión, duelo, autoestima, dependencia emocional… Además, es especialista en el tratamiento del trauma. Realiza sus intervenciones desde un enfoque integrador, que incluye una exploración de las relaciones vinculares primarias desde la mirada de la teoría del apego, así como una aproximación al problema desde una perspectiva cognitivo-conductual, empleando técnicas efectivas según la demanda de cada paciente.

Emma Chancellor Díez
Departamento Psicológico, Psicoterapéutico y Coaching
Emma Chancellor Díez
Psicóloga
Adultos y adolescentes
Idiomas de trabajo: Español e inglés
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