Como padres, es importante velar por la salud y seguridad de nuestros hijos. Con los avances de la ciencia en materia de salud, hoy más que nunca, contamos con las herramientas y profesionales que nos ayudan incluso con condiciones de salud menos comunes, entre estas, las enfermedades y patologías asociadas al sistema nervioso, las cuales, muchas veces, se desarrollan desde una temprana edad.
Por ello, se hace crucial conocer que es la neurología, como algunas condiciones neurológicas pueden afectar a nuestros hijos, el rol de los profesionales de la salud como los neuropsiquiatras a la hora de tratar estas condiciones y algunas de las patologías más comunes asociadas al sistema nervioso y que pueden afectar el desarrollo de nuestros hijos. En el siguiente artículo vamos a explorar estos temas.
La Neurología en los niños
La Neurología es la rama de la Medicina que trata las enfermedades del sistema nervioso. Nuestro sistema nervioso se divide en Sistema Nervioso Central (SNC) y Sistema Nervioso Periférico (SNP). El SNC incluye el cerebro, cerebelo, bulbo y médula espinal mientras que el SNP abarca todas las ramificaciones de estos órganos hacia músculos y sentidos esenciales. Por tanto, la Neurología es una especialidad muy amplia que estudia enfermedades desde cognitivas (relacionadas con procesos de memoria y funciones cerebrales como escritura, reconocimiento o cálculo) hasta neuromusculares o del movimiento.
La Neurología en el niño es igualmente una ciencia muy diversa y extensa que abarca entidades desde genéticas (como el Síndrome de Rett, miopatías metabólicas, metabolopatías…) hasta neurodegenerativas (como la Esclerosis múltiples infantil o el S.Charcot Marie-Tooth) biológicas estructurales (como los diversos tipos de epilepsias) infecciosas (como las meningoencefalitis) o del desarrollo (como el caso del S. Guilles de la Tourette,los trastornos del neurodesarrollo o los síndromes regresivos).
La Neuropsiquiatría es una rama de la Neurología ligada a la psiquiatría que actualmente no existe como tal en nuestro país. Es cambio una especialidad reconocida en países europeos como Reino Unido o Alemania donde los profesionales cuentan con programas específicos de formación que aúnan el conocimiento de ambas especialidades. Por este motivo somos escasos los profesionales que nos dedicamos a la Neuropsiquiatría en España (más aún escasos los dedicados a la población infantil) y a menudo los niños con patologías frontera entre la Neurología y psiquiatría son vistos por múltiples profesionales, lo cual contribuye a la sensación de estas familias y niños de sentirse perdidos en un sistema que no reconoce ni recoge sus necesidades específicas.
Resulta evidente que las fronteras que diferencian la actual psiquiatría de la neurología no son más que un constructo acordado por la ciencia moderna en su afán de categorizar enfermedades y compartimentar la medicina. Hasta ahora esta división podría resumirse en que aquellas patologías con sustrato orgánico evidente o evidenciable a través de pruebas diagnósticas, caían del lado de la neurología (véase la epilepsia) mientras que aquellas en las que no se disponía de evidencia eran catalogadas como psiquiátricas (véase el trastorno bipolar) Sin embargo, usando estos mismos ejemplos cabría reflexionar sobre el elevado número de pacientes epilépticos que presentan manifestaciones más propias de patología psiquiátrica (como trastornos de la personalidad) o la elevada coexistencia de crisis comiciales con crisis conversivas (psicógenas) en el mismo paciente. Igualmente, la respuesta del trastorno bipolar a fármacos antiepilépticos o su predisposición familiar nos ilustra acerca de lo fina que es la imaginaria línea que hemos trazado entre la neurología y psiquiatría. En la práctica clínica real, nos encontramos con que estas fronteras artificiales a menudo se diluyen y la mayoría de los trastornos que vemos presentan un mestizaje más propio de la complejidad de nuestros cerebros que de la simpleza de los manuales.
Sería por tanto complicado abordar el tema de la Neurología en el niño sin resaltar que probablemente muchos de los trastornos mentales que conocemos podrían considerarse neuropsiquiátricos. De hecho, en la última década hemos sido testigos de un cambio de paradigma en el que la genética como origen de las enfermedades ha ido perdiendo importancia en favor de la epigenética o lo que es lo mismo el poder de la influencia ambiental en la expresión génica.
La patología neuropsiquiátrica en niños es altamente prevalente y forma parte del día a día de nuestras consultas. Se trata de un amplio grupo de enfermedades con sustrato neurobiológico y manifestaciones psiquiátricas que precisan un abordaje integral e individualizado a través de un enfoque multidisciplinar e integrativo.
La población infantil presenta además unas características intrínsecas especiales que hacen más complejo el manejo de estas entidades:
- EL DESARROLLO NEUROLÓGICO DEL NIÑO: Muchas de las patologías neuropsiquiátricas se presentan en la población infantil mediante síntomas que pueden ser propios de un desarrollo neurológico normal (como ciertos movimientos estereotipados, algunas regresiones comportamentales o ciertas dificultades para el sueño) Es importante conocer el desarrollo del niño en sus distintas etapas, para así poder discernir síntomas propios del mismo de aquellos que pueden indicar una patología más grave que precise un diagnóstico exhaustivo.
- LA PLASTICIDAD DEL SISTEMA NERVIOSO EN DESARROLLO: La gran variabilidad clínica en las manifestaciones conductuales, afectivas o psicóticas en los niños es fruto de la plasticidad de su red neuronal en desarrollo y hace más complejo si cabe el diagnóstico temprano de estas patologías frontera.
- LAS DIFICULTADES EN LA IDENTIFICACIÓN DE SÍNTOMAS POR PARTE DE PADRES Y/O CUIDADORES: Algunos síntomas neuropsiquiátricos son difícilmente interpretables para los padres (por ejemplo, conductas obsesivo-compulsivas vs juegos repetitivos, experiencias sensoriales anómalas en la epilepsia del lóbulo temporal vs juego imaginativo del niño) Esto puede dificultar el diagnóstico en estadios tempranos y retrasar así su tratamiento.
Con el fin de proporcionar una mejor comprensión de los desafíos anteriores, vamos a resumir dos afecciones neuropsiquiátricas infantiles principales: los síndromes epilépticos durante el neurodesarrollo y los trastornos del neurodesarrollo:
- Síndromes epilépticos durante el desarrollo: se denomina epilepsia del desarrollo a aquellos procesos neurológicos consistentes en la existencia de crisis convulsivas o no convulsivas de aparición durante el proceso de desarrollo madurativo del niño. Hay múltiples tipos de epilepsia del desarrollo, pero todas ellas tienen en común una afectación integral de la maduración neurológica del niño. Esto significa que los procesos madurativos neuronales se ven afectados por lo cual es mucho más frecuente que se añadan a las dificultades propias de la epilepsia (como las crisis comiciales, status o psotcrisis) otras dificultades de índole más conductual (como la afectación cognitiva, conductual, manejo emocional o relacional con iguales) Cabe destacar la epilepsia del lóbulo temporal como paradigma de estos trastornos neuropsiquiátricos ya que además de afectar el desarrollo neurológico del niño presenta síntomas propios de la esfera psiquiátrica (como alucinaciones auditivas o fenómenos de deja vú o deja vie).
- Trastornos del neurodesarrollo: se trata de trastornos de origen multifactorial que acontecen durante el neurodesarrollo (es decir de inicio en edades precoces entre los 2 y los 6-7 años) y que afectan de manera integral a los procesos de maduración del niño tanto a nivel cognitivo, metacognitivo, emocional y relacional. Entre los trastornos del neurodesarrollo que vamos a desglosar se encuentra el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, el síndrome Guilles de la Tourette o el trastorno del espectro autista. Todos ellos presentan una variedad de síntomas diferentes, pero comparten un sustrato fisiopatológico y etiopatogénico similar.
En la segunda parte de este artículo proporcionaremos información más detallada sobre tres ejemplos representativos de trastornos del neurodesarrollo como el síndrome de Guilles Tourette, el TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) y el TEA (trastornos del espectro autista), todos los cuales se caracterizan clínicamente por una amplia espectro de síntomas a pesar de su origen común relacionado con el desarrollo neurológico.